“El ‘ser argentino’, un ADN contradictorio”

La chicana demagógica que utilizan los populistas favorece la manipulación del ciudadano común, y éste no percibe el proceder tramposo y entonces es fácil presa de las argucias que lo mantienen en la ignorancia. Podríamos atribuir esa causa a que existen muchos millones que viven marginados en la cuasi indigencia, que sumados a los considerados pobres superan el tercio del total que somos. Esta dolorosa verdad es acusatoria de instituciones, directivos y gobiernos que manejaron las riendas del Estado en los últimos 60 años conformando a la multitud clientelar mediante dádivas y prebendas con el despilfarro a discreción del erario público. Hay que agregar una cuota de patrioterismo frecuente en los discursos La conforme mansedumbre ocurre en todos los niveles de la sociedad. El voto es canjeado por colchones, cocinas y nailon o cargos políticos, dádivas dinerarias, acomodos, favores comerciales y contratos a amigos y empresarios. Estos últimos recuperan, de esa forma, los aportes “voluntarios” durante las campañas. Una maraña de complejas relaciones que lamentablemente va enraizando en el tejido social, que va transformando en costumbre el procedimiento clientelar y populista mientras aumentan los indigentes y pobres a lo largo y ancho del país. Un verdadero festival con dulzona música de fondo maquinada por los mediocres dirigentes y verdaderos dueños del generoso negocio político. La elite se enriquece descaradamente mientras las personas comunes y laburantes descuidan el interés común tras la farsa del relato facilista. ¡Una funesta entrega ciudadana! Hay países emergentes que se han destacado en los últimos tiempos, tales como Corea del Sur, los países nórdicos europeos y nuestros vecinos inmediatos, que están logrando una interesante estabilidad institucional y consecuente progreso económico-social, porque sus dirigentes asumieron con responsabilidad las tareas de gobierno. Sin embargo y por suerte, el potencial que nos otorgó la naturaleza sigue en pie y además es notorio que contamos con intelectuales y técnicos para el desarrollo de las ciencias, el deporte, las artes, el empresariado, etc., que hace presumir que no está todo perdido. Sólo hay que cambiar la mentalidad para que cada uno se ubique en el andarivel correcto y sepa exigir sus derechos ciudadanos y recíprocamente reconozca sus obligaciones. Es el camino más difícil, pero tenemos a nuestro favor que somos un país joven y pujante. Sólo hay que animarse y luchar por lo nuestro en forma solidaria. Omar A. González, 5.749.340 Neuquén

Omar A. González, 5.749.340 Neuquén


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