Elecciones en Río Negro: 450.000 votos con cortes, blancos, leales y no tanto

Las elecciones del domingo tuvieron una importante concurrencia en Río Negro, con unos 27 mil votantes más que en las PASO.

Esa afluencia explica en parte el incremento de votos de las fórmulas presidenciales del Frente de Todos y de Juntos por el Cambio, que crecieron en más de 43 mil votos con respecto a los comicios de agosto. Pero ese reparto acentuó la brecha y la dupla de Alberto Fernández-Cristina Fernández duplicó a la del presidente Mauricio Macri y del rionegrino Miguel Pichetto.

En el tramo al Senado, el gobernador Alberto Weretilneck logró 30 mil votos más que en las PASO y quedó a 17 mil del diputado Martín Doñate, que lo había aventajado por 56 mil en las primarias.

El oficialismo provincial acortó casi 40 mil votos con una estrategia de resultados dispares. Cipolletti incrementó su aporte, Viedma revirtió el revés inicial, Bariloche achicó la diferencia y Roca cayó más, con una ventaja del FdT de 17 mil votos al Senado.

Después de haber tenido siete victorias en agosto, Weretilneck triunfó ahora en 17 ciudades con su oferta a la Cámara Alta y Doñate se quedó con los 22 restantes, con Regina disputada. Poco, tal vez, frente la unanimidad de victorias del FdT en el tramo presidencial. Incluso en su pueblo -Luis Beltrán- Doñate sólo perdió en su tramo.

En Diputados, Martín Soria y Luis Di Giacomo repartieron de la siguiente manera: el peronista venció en 26 localidades y el ministro en 12. La restante corresponde a la única victoria del macrismo, con Sergio Wisky:  fue en Guardia Mitre.

Los tramos al Congreso del FdT terminarán por debajo de los 173 mil votos de las PASO. Serán cerca de 168 mil. La merma es más representativa porque el domingo hubo más votantes. Unos 73 mil votos los separan de la cosecha presidencial. Tres de cada diez votantes a la dupla mayor cortaron y no adhirieron a sus postulaciones al Congreso.

Las voluntades fugadas -blancos/nulos- bajaron porcentualmente pero igual son altos, especialmente en Senado con unos 110 mil. Queda ratificada la insuficiencia de la estrategia de Juntos en el corte. Funcionó en algunos municipios, que sumaron militancia callejera al reparto estatal. El recuento confirmó el temor de Weretilneck: la desmovilización-descompromiso local, pues ya resolvieron sus autoridades municipales.

El domingo, el gobernador venció en San Antonio, Dina Huapi, Conesa y pelea Regina (diferencia de 14 votos en favor del FdT y faltan tres mesas), todas con elección municipal ese mismo día. En cambio, otras suyas o de aliados quedaron lejos de los planes gubernamentales, como Chichinales, Cinco Saltos, Fernández Oro, El Bolsón, Chimpay, entre otras. El mandatario repitió ventajas de agosto en Allen, Cipolletti, Choele Choel, Guardia Mitre, Los Menucos, Darwin y Pomona. Sumó SAO, Dina Huapi, Conesa, Beltran, Cordero, Catriel, Mainqué, Pilcaniyeu, Comallo y Viedma.

En Cipolletti, Juntos aumentó su ventaja, pasando de 1.000 a 8.000 votos mientras en la Capital se revirtió el resultado de las primarias, superando -siempre en el Senado- por unas 2.600 adhesiones al FdT.

Weretilneck quedó a más de 7 mil apoyos en Bariloche, que igual redujo la diferencia de 16 mil de agosto. En cambio, el FdT incrementó su distancia en Roca, alejándose por unos 17 mil en el tramo al Senado y, en Diputados, encabezado por Soria, la brecha con Di Giácomo llega a los 21 mil votos.

Los senadores electos por el Frente de Todos se pusieron a disposición ayer de la próxima gobernadora, Arabela Carreras, para gestionar en beneficio de la provincia desde el 10 de diciembre.

“Recibí un mensaje de la gobernadora electa. Va a tener en el Senado una mujer compañera trabajando en pos de lo que ella necesite para Río Negro”, contó ayer Silvina García Larraburu.

Con una frase más polémica, Martín Doñate dijo que “no va a ser tarea fácil para una mujer, gobernadora, que tiene su primera experiencia en ese rol. La vamos a tener que acompañar mucho”.

Ambos respondieron al mensaje que el domingo lanzó el gobernador y también futuro senador, Alberto Weretilneck, quien planteó su expectativa de que los integrantes del futuro oficialismos nacional “siempre tengan en cuenta la defensa de la provincia”.

“Voy a trabajar para la futura gobernadora, porque se encuentra una provincia en serias condiciones financieras. Necesitamos reconstruir esta provincia, volver a poner en marcha proyectos productivos. Hay grandes obras pendientes, que sin dudas con un presidente como Alberto Fernández vamos a poder poner en marcha”, sostuvo García Larraburu en diálogo con el programa radial de “Río Negro”.

Doñate fue más directo en la crítica a Weretilneck. “Hay que ponerse de acuerdo en lo que significa la gobernabilidad. Si significa darle la posibilidad a un gobernador para que se sostenga pagando salarios o significa la gobernabilidad de las familias de Río Negro que no tienen las cuatro comidas, que no pueden pagar las tarifas, que ven cerrar sus pymes. Para mí esa es la gobernabilidad”, sostuvo.

Por eso consideró que “tenemos que tener una fuerte articulación con la gobernadora, que necesita ayuda del gobierno nacional” porque “recibe una provincia endeudada en dólares, con un presupuesto extremadamente ajustado, con una demanda social muy grande, y va a tener que acomodar este Estado”.

La senadora también buscó alejar fantasmas sobre el inicio de una etapa belicosa por parte del kirchnerismo. “El que asume es el peronismo moderado, que sin dudas va a tener en Alberto Fernández a un hombre de consenso. Es la persona que va a hermanar a los argentinos. No hay margen para más grieta, para más pelea. Los que tenemos la oportunidad de estar en un espacio dirigencial debemos honrar la política y volver a ponerla en valor”, aseguró.

En ese sentido, sostuvo que “los senadores tenemos que ser muy responsables. No hay margen para el individualismo, sino para las construcciones colectivas”.

Los ministros Luis Di Giacomo, Mónica Silva y Gastón Pérez Estevan, que habían renunciado para la campaña, volverán a la gestión para concluir el mandato junto al gobernador Alberto Weretilneck.

La decisión se conoció ayer, en medio de los análisis cruzados sobre los resultados del domingo para Juntos Somos Río Negro.

Las interpretaciones fueron múltiples en un oficialismo que buscó mostrar su mejor cara pero que no pudo ocultar algunas muecas.

Haber logrado una mejor performance que en las PASO y los triunfos municipales en Regina, San Antonio y Dina Huapi no fueron suficientes para algunos funcionarios provinciales, que ayer resaltaban la disparidad de resultados y los vinculaban al esfuerzo de sus dirigentes.

La lectura más rápida y elocuente: se ganó en Cipolletti y en Viedma, se perdió en Bariloche y en Roca. De esas cuatro ciudades provienen gobernador y vice actual, y mandataria y vice electos, respectivamente.

Otros bucearon en los números para encontrar argumentos distintos.

Juntos apostó fuerte al corte de boleta. Y logró su objetivo a medias, porque hubo una notoria distancia entre la fórmula presidencial del Frente de Todos y los candidatos peronistas al Congreso. Sin embargo, el voto en blanco para la categoría senadores fue mayor en las generales que en las PASO.

“El marco de polarización nacional, la importancia que le da la ciudadanía a la cuestión presidencial y el desprestigio que tienen los aspectos legislativos, quizás hicieron que se sostengan estos votos en blanco”, evaluó Di Giacomo, ya como diputado electo.

El ministro consideró que la falta de interés en la elección de legisladores nacionales se reflejó en los 45.000 votos de Lavagna, Gómez Centurión y Espert, los candidatos presidenciales que no tenían lista de senadores y diputados en la provincia.

“Los otros fueron por la polarización, que en la recuperación de los votos del macrismo los llevó a ese voto fuerte a la boleta de Cambiemos, que no tenía tramo de senador”, completó.

“Hemos hecho una buena elección, mejoramos las PASO, creo que tenemos que sentirnos conformes. Porque además vamos a estar en un Congreso con cierto equilibrio. Es bueno para el interior que no haya hegemonías absolutas, porque eso lleva generalmente al autoritarismo y a que las posiciones del centralismo porteño se hagan muy fuertes”, finalizó.