Un héroe del infinito y más allá

Hoy llegá a los cines la película de Lightyear, ese astronauta inocente y adorable que le causaba celos a Woody en Toy Story y que se convirtió en su “amigo fiel”. La película de Pixar.

¿Recuerdan la primera Toy Story? ¿Recuerdan la llegada de ese regalo tan ansiado por Andy? Era un astronauta. Woody, el sherif, su otro juguete favorito, se sentía desplazado, celoso. Y lo que es peor, se sentía desplazado por un objeto con muy pocas luces: el astronauta se creía real, y no entendía que era un simple juguete. Ese aparentemente sencillo problema “existencial” -además de los celos y la amistad- es el tema que guía el primer filme.


“Lightyear”, que llega hoy a las pantallas de cine de todo el mundo es, para decirlo en pocas palabras, la película de la que surge ese juguete que llega a manos de Andy. Aquí no es un simple juguete sino el actor que lo inspiró . Por eso, aquí no estarán ni Woody, ni la vaquerita, ni Tiro al blanco.

En la película, el astronauta Buzz es el protagonista de una aventura intergaláctica. “Acá Buzz Lightyear es un humano protagonizando su propia historia de ciencia ficción”, explicó el director Angus MacLane. La historia entonces sigue al capitán y una fallida misión que atascó a los humanos que lo acompañan en un planeta hostil y pantanoso.

“Buzz está consumido por la culpa de haber cometido un error crítico, y tiene el deseo de rectificarlo. Nuestra historia sucede en el espacio, pero conecta con algo que nos ha sucedido a todos: a veces tomamos malas decisiones”, explica la productora ejecutiva del filme de Pixar, Galyn Susman.

El problema es que cada intento por salir del planeta T’Kam Prime lo introduce en un bucle temporal. Lo que para el héroe representan cuatro minutos para el resto de sus compañeros son cuatro años.


Además, Buzz debe aprender una vez más a trabajar en equipo, cuando conozca a una patrulla de inadaptados reclutas integrada por Izzy (con la voz de Keke Palmer), Mo (Taika Waititi) y Darby (Dale Soules), con quienes deberá aprender a cooperar a pesar de su inexperiencia en el campo de batalla para vencer al gran villano que no les permite escapar del planeta. Este villano sí es un viejo conocido para los fans de Toy Story, porque también tenía su versión de juguete: el emperador Zurg, que es un homenaje al Darth Vader de Star Wars.

Buzz se culpa a sí mismo. “Agobiado por la culpa de haber cometido un error crítico, Buzz está consumido por el deseo de rectificarlo”, dice Susman. Y agrega: “La vida nunca es lo que planeamos. No se trata de vivir en el pasado y desear que las cosas fueran diferentes, eso parece una pérdida de tiempo”.

Y entonces, mientras Buzz está obsesionado corrigiendo su error, Alisha decide que hará todo lo posible para estar bien en el lugar donde se encuentra ahora. “Quiere aprovechar al máximo su tiempo, independientemente del planeta en el que se encuentre”.


El corazón



Para los implicados en Lightyear, era fundamental respetar el aspecto central del personaje, eso que lo hace tan adorable como inocente. Según Susman, lo que hace especial a Buzz es su tendencia a ver el mundo a partir de una manera única.

“Es alguien aspiracional y el mundo necesita de personajes así. Pero su visión de la realidad no encaja con la de los demás y eso es bastante de entretenido”, planteó la productora del proyecto.

El director amplió la idea. “Es alguien que se ha caracterizado por su desacuerdo sobre la naturaleza de la realidad que le toca vivir. En Toy Story creía que era un combatiente del espacio y Woody estaba en desacuerdo. En Toy Story 2 aparecían los otros Buzz Lightyear y en Toy Story 3 tenías al Buzz en español”, dijo el director. Lo interesante es que la premisa se mantiene aquí con un Buzz que se haya en su ámbito natural: el espacio.

“Teníamos el núcleo central para empezar y luego teníamos que desarrollar la historia. Queríamos algo universal. En Pixar se suele alentar a que los directores trabajen a partir de algo íntimo y a partir de ahí desarrollar algo verdadero. Para Lightyear, quería hacer algo muy específico con la que todos nos sintiéramos relacionados, así que elegí el tiempo”, aseguró MacLane.

Aquí, Buzz no es un juguete: es un astronauta con una misión.


El tiempo, entonces, no será un tema tan alegre. La condena a vivir en un planeta lejano, con culpa y la sensación de incapacidad de resolver el asunto, tiene un sino fatal.

“Hay muchos momentos pesados ​en la película. Y hubo versiones más pesadas en el borrador de cuánta tragedia le sobrevenía a nuestro personaje en el comienzo. Tuvimos que desecharlas porque podía ser devastador a nivel emocional. Luego descubrimos lo que debía pasar en el segundo y tercer acto que es donde interactúa con sus nuevos compañeros y ahí es donde la aventura despega”, explicó MacLane.

Con ese despegue, Lightyear se convierte en un homenaje a todas las películas épicas de ciencia ficción -las que se hacen a Star Wars, 2001: Odisea del Espacio, y Aliens son evidentes– y a las de acción que marcaron los años ochenta.

El sello de Pixar, parece, está intacto. Y ese personaje inocente, honesto, simpático, está de vuelta, para que mantengamos esa ilusión de ir al cine a pasarla bien, y emocionarnos, hasta el infinito. Y más allá.


No se verá en 14 países por un beso lésbico


La última película animada de Disney, “Lightyear”, en la que se besan dos personas del mismo sexo, fue vetada de más de una docena de países musulmanes.

Naciones de Asia y Medio Oriente se han rehusado a exhibir la película sobre el personaje de “Toy Story”, producida por Pixar: una empresa de la familia Disney que aún trata de acomodar su postura respecto a los temas LGBTQ.

Reguladores de los Emiratos Árabes anunciaron el fin de semana que prohibían la película por “violación de las normas de contenido de los medios de comunicación del país”, al tuitear una fotografía del personaje principal, Buzz Lightyear, con un símbolo rojo de “No”.


Indonesia, el mayor país en el mundo de mayoría musulmana, dijo que no ha vetado la cinta, “pero sugiere al dueño de la película pensar en la audiencia en Indonesia, donde una escena de un beso LGBT sigue siendo sensible”.

Todo indica que Disney ha declinado recortar la película, ofreciéndola “tal cual” para todos los mercados.

La escena en cuestión es una que muestra a la mejor amiga de Buzz, Alisha Hawthorne, besar a su mujer.

La escena fue de por si objeto de controversia en Estados Unidos, en donde fue originalmente retirada de la película, antes de que Pixar y Disney echaran marcha atrás ante la presión de empleados que les reclamaban sus compromisos con los derechos de la población LGBT.


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