Darío Martínez criticó el costo del gas importado de Bolivia: «La improvisación cuesta 185 millones de dólares»
Darío Martínez, exsecretario de Energía criticó la gestión energética del gobierno de Javier Milei, señalando que la suspensión de obras clave ha llevado a costos exorbitantes en la importación de gas boliviano. Martínez destacó la necesidad de reactivar proyectos para reducir el déficit y mejorar la provisión energética.
El exsecretario de Energía de la Nación, Darío Martínez, criticó duramente la gestión del gobierno de Javier Milei en materia energética, destacando los elevados costos que implica la importación de gas boliviano debido a la suspensión de obras clave. «La improvisación y el desconocimiento del Gobierno cuestan otros 185 millones de dólares al país», dijo.
El exsecretario de Energía de la Nación, Darío Martínez, arremetió contra la gestión energética del gobierno de Javier Milei, acusando a la administración de «improvisación y desconocimiento» que han llevado a costos desmedidos en la importación de gas boliviano. Martínez expresó que estas decisiones resultaron en un gasto adicional de u$ 185 millones para el país.
Martínez explicó que la suspensión inicial de la obra de reversión del Gasoducto Norte y la compresión del GNK I obligaron al país a importar más gas natural licuado (GNL) y gas boliviano a precios significativamente más altos que los del gas de Vaca Muerta. “La inoperancia, la subestimación, más el desconocimiento del Gobierno sobre la materia energética, solo hacen que la energía le cueste cada vez más al país, a cada consumidor y al Estado”, afirmó.
Cuando asumió el gobierno de Milei, se tomaron decisiones que, según Martínez, fueron impulsadas por una visión ideológica liberal que subestimó la importancia de ciertas obras públicas esenciales. “Su canciller, el que era su ministro de Obras Públicas y su secretario de Energía denostaron tanto la obra pública como el GNK y la reversión del Gasoducto Norte. Con ese fundamento obtuso y cargado de ideologismo liberal, suspendieron ambas obras”, dijo el exfuncionario de Alberto Fernández.
Martínez alertó en su momento sobre las consecuencias de suspender estas obras, indicando que ello llevaría a un mayor déficit para el Estado y a un aumento en los costos energéticos. “Para abastecer el norte argentino, se iba a depender exclusivamente del gas boliviano, al precio infinito que quisieran poner dada la necesidad extrema y la debilidad de nuestro Gobierno. En términos de Milei: un precio derivado de una demanda impostergable y una oferta única”, añadió.
La falta de reversión del Gasoducto Norte impide la posibilidad de transportar gas de Vaca Muerta y GNL regasificado desde Escobar hacia la región norte del país, afectando no solo la provisión de gas sino también la de energía eléctrica. “Esto afecta no solo la provisión de gas, sino también la de energía eléctrica, ya que deja sin combustible a las usinas térmicas importantes de esa región”, señaló Martínez.
Finalmente, Martínez criticó al gobierno de Milei por «reaccionar tarde ante el problema». Mencionó que cuando la situación se volvió insostenible, se abandonó la idea de privatizar las obras públicas y se intentó reactivar las obras suspendidas, pero ya era demasiado tarde. “Hoy Milei le pagará a Bolivia hasta u$ 21 MMbtu por 4 millones de m3 diarios en el invierno, cuando las obras de reversión hubieran permitido llevar 5 millones de m3 diarios de gas de Vaca Muerta a u$ 4”, concluyó.
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