Ennio Morricone, el genio que volvió al Oeste

En los 60 había musicalizado clásicos como “El bueno, el malo y el feo”.

Todo lo que Ennio Morricone quería de Quentin Tarantino tras comprometerse a hacer la música de su nuevo western “The Hateful Eight’’ (“Los 8 más odiados”), era que el director le diera a su obra la prominencia y espacio necesarios para transmitir su mensaje. Dada la admiración de Tarantino por el laureado compositor, apenas tuvo que pedirlo. “Ennio Morricone, por lo que a mí respecta, es mi compositor favorito’’, dijo Tarantino en el escenario al aceptar el tercer Globo de Oro para Morricone a la mejor música original. “Cuando digo compositor favorito, no quiero decir compositor de cine… Hablo de Mozart, hablo de Beethoven, hablo de Schubert’’. Lograr que Morricone, de 87 años, musicalizara “The Hateful Eight’’, fue un golpe maestro para Tarantino, quien ya había intentado antes conseguir una banda sonora del prolífico compositor italiano. Algunas de las películas de Tarantino, como “Kill Bill: Vol. 2’’ y “Django Unchained’’, han incluido música que Morricone compuso originalmente para cintas dirigidas por Sergio Corbucci, Don Siegel y Sergio Leone en la década de 1960. La música de Morricone tiene un papel protagónico en la experiencia cinemática de los “spaghetti westerns’’ de Leone como “The Good, the Bad and the Ugly’’ y “A Fistful of Dollars’’, y también lo tiene en “The Hateful Eight’’, por la cual el compositor recibió una nueva nominación al Oscar. En las manos de Tarantino, su música recibe un trato estelar como una narradora que ayuda a llevar adelante la historia, presagiando próximos giros y acentuando el creciente suspenso. “La duración de la pieza musical dentro del filme es primordial para la misión del filme y la partitura’’, dijo Morricone. “Si uno tiene solo 30 segundos, la música no puede cumplir su papel, que es expresar lo que no se puede percibir a través de las imágenes y el diálogo’’. Morricone conversó con The Associated Press, a través de un intérprete, desde su casa en Roma. –¿Sigue algún proceso particular cuando decide musicalizar una película? –A veces discuto con el director cuando la película es tan solo una idea, y de ese modo puedo contribuir incluso con mis propias ideas. Pero eso depende de cómo lo aborde el director. En el caso de Tarantino, él se me acercó después de haber filmado, cuando la cinta ya estaba rodada. Le dije que si llega a haber una próxima vez, una próxima película con Quentin Tarantino y Ennio Morricone, me gustaría discutir la música por anticipado, cuando tenga la primera idea del filme, para yo realmente poder contribuir de lleno con mi música. –Algunos dicen que esta es su primera partitura para un western en más de 40 años, pero en entrevistas recientes usted dijo que no considera que “The Hateful Eight’’ sea un verdadero western. Como una persona que ayudó a definir el género hace medio siglo, ¿podría explicar qué constituye un verdadero western? –Para mí un verdadero western contiene aventura y drama, transcurre en una ubicación geográfica muy específica, con praderas … caballos y pistolas. Eso es lo que hace que un western sea un western. En el caso de “The Hateful Eight’’, tenemos los sombreros de vaquero y las pistolas, pero también tenemos la presencia de la nieve y el hecho de que casi todo el filme transcurre en el mismo lugar y en los mismos interiores. Eso no lo hace un western, en mi opinión. De hecho, cuando leí el guion nunca pensé que era un western. –Ha musicalizado tantas películas. ¿Cómo se mantiene tan prolífico? –Comencé como arreglista escribiendo canciones pop. Comencé trabajando en piezas musicales realmente fáciles para la radio, para televisión y luego para el teatro, y entonces poco a poco empecé a componer música para películas. Todas estas experiencias se sumaron con mis estudios, porque no podemos olvidar que realicé todos los estudios que un verdadero compositor tiene que realizar, y eso me llevó a ser tan prolífico, tan fresco y tan original a lo largo de los años. –¿Qué lo llevó a componer para cine? –Debo decir que nunca busqué un trabajo en particular. Fue al revés. La gente me llamaba para que hiciera algo. Fue el caso con las canciones pop, y luego con la radio y la televisión y el teatro y, por último, el cine. Así que quizás es que la gente que me llamó, los productores y los cineastas, entendieron que podía ser un buen compositor para películas.

“Ennio Morricone, en lo que mi respecta, es mi compositor favorito más allá del cine”, lo había elogiado Tarantino.

El compositor de Tarantino


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