¿Dormir con tu perro en la cama es bueno o malo? Pros, contras y lo que dice la ciencia

Compartir la cama con una mascota es una costumbre cada vez más extendida. ¿Aporta bienestar o interfiere en el descanso? Esto es lo que revelan los estudios y lo que deberías tener en cuenta.

Para muchos, no hay mejor manera de cerrar el día que con su perro acurrucado al costado. Otros prefieren mantener su espacio. En el medio, hay dudas, costumbres heredadas y cada vez más investigaciones científicas que ayudan a entender si dormir con un perro en la cama es saludable o no.


Los beneficios emocionales: compañía, seguridad y reducción del estrés

Una de las principales razones por las que las personas permiten que su perro duerma con ellas es el efecto calmante que genera. Numerosos estudios demuestran que la presencia de un perro reduce los niveles de ansiedad, ayuda a regular la presión arterial y favorece la producción de oxitocina, la llamada “hormona del amor”.

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También se asocia con una mayor sensación de seguridad, sobre todo en personas que viven solas o tienen dificultades para conciliar el sueño. El calor del cuerpo del animal, su respiración y hasta su ritmo cardíaco funcionan como un estímulo tranquilizador.


¿Pero qué pasa con el descanso?

Aquí es donde aparecen los matices. Según la Clínica Mayo, si bien los perros pueden ser un aporte emocional, también pueden interrumpir el sueño. Movimientos frecuentes, ladridos, ronquidos o cambios de posición durante la noche pueden afectar la calidad del descanso del humano, incluso sin que este lo note.

En especial, si el perro es grande o muy inquieto, la fragmentación del sueño se vuelve más probable. Algunos especialistas recomiendan, en esos casos, que duerma en la habitación pero en su propia cama o colchón.


Higiene y salud: puntos clave a considerar

Desde lo veterinario y lo médico, hay varias recomendaciones si vas a dormir con tu perro. Lo primero es mantener al día las vacunas y desparasitaciones. También conviene revisar regularmente patas, pelaje y orejas para evitar que lleve tierra, ácaros o pulgas a la cama.

Otro aspecto relevante es el lavado de sábanas y mantas, que debería hacerse con mayor frecuencia si hay una mascota durmiendo allí. Personas con alergias, asma o problemas respiratorios deben consultar con su médico, ya que en esos casos se desaconseja compartir la cama.


El vínculo se fortalece, pero no debe generar dependencia

Dormir con una mascota puede fortalecer el lazo afectivo. Pero si el animal no puede dormir sin su humano, o si hay signos de ansiedad por separación, puede ser necesario trabajar esa relación con pautas claras.

La convivencia saludable también implica marcar límites y enseñar al animal a tolerar estar solo o en su propio espacio de descanso.


En resumen: ¿sí o no?

No hay una única respuesta. La decisión depende de la personalidad del perro, los hábitos del tutor y las condiciones de salud e higiene. Si ambos descansan bien, no hay razón médica para evitarlo. Pero si el sueño se ve alterado o hay riesgos de salud, conviene buscar alternativas.


Ventajas

  • Favorece el apego y la relajación
  • Reduce el estrés y la ansiedad
  • Brinda sensación de seguridad
  • Mejora el vínculo humano-animal

Desventajas

  • Posibles interrupciones del sueño
  • Cuestiones de higiene o alergias
  • Problemas de espacio o movilidad
  • Dependencia excesiva

Dormir con un perro no es una moda nueva, es una práctica ancestral que sigue vigente. Lo importante es que sea una elección informada, equilibrada y cómoda para ambos.