Estas son las diez plantas no aptas para perros y gatos
Muchas de las que embellecen nuestro jardín resultan ser tóxicas para los animales de compañía. Cuáles son esas plantas y qué alternativas tenemos.
Varias plantas ornamentales que comúnmente habitan en los jardines, pueden resultar tóxicas para nuestros perros y gatos. Algunas especies, ante el simple contacto, pueden ocasionar reacciones en la piel, mientras que en otros la intoxicación se produce al ingerirlas, con diversas consecuencias, desde urticarias a trastornos gastrointestinales o incluso problemas neurológicos, respiratorios o cardíacos.
Silvina Busson, médica veterinaria (MPRNNº814) y docente de la Universidad Nacional de Río Negro nos advierte sobre los cuidados y prevención. Estar atentos al comportamiento de nuestros animales, sobre todo con los cachorros porque son más juguetones, inocentes y tienden a morder cosas, aclaró. Si se encuentran plantas masticadas y el animal muestra algún tipo de síntoma, como salivación excesiva y/o vómitos, se recomienda enjuagar la boca y acudir rápidamente al veterinario.
Se puede prevenir identificando el tipo de especie. Busson aconsejó darle juguetes apropiados a los cachorros y evitará jugar con plantas, hacer pozos, comer raíces y masticar tallos. Evitar que beban agua que contengan hojas o material vegetal. “Algo común en gatos que beben agua de floreros”, explicó y además se debe estar atento en paseos o territorios nuevos con mucha vegetación.
Por último, aconsejó el aporte de fibra en la dieta de nuestros animales y es que por naturaleza, los animales buscan su consumo y eso puede hacer que terminen consumiendo plantas no aptas. La fibra mejora el tracto intestinal, también evita el estreñimiento y formación de bolas de pelos. “Recomiendo dietas fisiológicas o barf y otra opción para los gatos es plantar “hierba para gatos” que aporta fibra y estimulación mental”, concluyó Busson.
Lirios, Lilium ssp, Hemerocallis spp
Muy tóxica para gatos. Tan solo una hoja puede ser fatal. Su ingestión produce trastornos gastrointestinales, hipersalivación, deshidratación y nefrotoxicidad letal.
Dieffenbaccia o Galatea: Contiene oxalatos y causa irritación de garganta, estómago e intestinos, inflamaciones, y de forma tópica dermatitis y conjuntivitis. A causa de la inflamación puede dar lugar también a problemas respiratorios y cardiacos.
Hiedra y frutos: Muy tóxica para perros y gatos. El contacto directo con la hiedra provoca dermatitis con irritaciones y erupciones cutáneas debido a los pelos que recubren la planta y al jugo de su interior. Su ingestión podría ser peor ya que produce trastornos gastrointestinales, fiebre, disminución de la frecuencia cardíaca, espasmos musculares o incluso la muerte por asfixia.
Potus (Epipremnum aureum): similar a la hiedra provoca reacciones parecidas, que pueden ir desde molestias digestivas a problemas neurológicos graves e incluso la muerte.
Laurel de Jardín: El contacto, causa reacciones en la piel. Ingerido, problemas digestivos y vómitos, y en las situaciones más graves trastornos respiratorios y cardíacos, que podrían ser fatales.
Crotón (Codiaeum variegatum): contiene látex en su interior. En contacto con la piel o las mucosas puede producir ardor, irritación, hinchazón y/o parálisis. De ser consumida en grandes cantidades por perros/gatos puede provocar fallo hepático y/o renal.
Cica, Cycas revoluta: es especialmente peligrosa, ya que es mortal en un 50-75% de casos; puede provocar daños gastrointestinales, hemorragias internas, problemas neurológicos y fallo hepático. Es tóxica toda la planta, y sobre todo las semillas.
Aloe Vera. El látex amarillo debajo de la piel de la planta causa náuseas, vómitos, cambio en la coloración de la orina.
Amaryllis- La ingestión de sus hojas, tallos y bulbos puede causar vómitos, diarreas y dificultad para respirar.
Kalanchoe (Kalanchoe spp): Por sus toxinas pueden provocar daños a nivel cardiaco (arritmias), vómitos y diarrea.
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Varias plantas ornamentales que comúnmente habitan en los jardines, pueden resultar tóxicas para nuestros perros y gatos. Algunas especies, ante el simple contacto, pueden ocasionar reacciones en la piel, mientras que en otros la intoxicación se produce al ingerirlas, con diversas consecuencias, desde urticarias a trastornos gastrointestinales o incluso problemas neurológicos, respiratorios o cardíacos.
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