La semilla que siempre tiramos a la basura y es muy beneficiosa para mantener los huesos fuertes

Además, favorece la salud cardiovascular y ayuda a reducir el ácido úrico. Cómo incorporarla a tu alimentación.

Las semillas de calabaza, conocidas en Argentina como «pepitas», no solo son un ingrediente nutritivo y versátil, sino también una herramienta clave para cuidar la salud. A pesar de su pequeño tamaño, estas semillas están cargadas de nutrientes esenciales y compuestos bioactivos que podrían marcar la diferencia en tu bienestar diario.

El cultivo de la calabaza tiene raíces que se remontan a más de 7.000 años en el continente americano. En Argentina, estas semillas también forman parte de diversas recetas tradicionales, desde panes hasta ensaladas y snacks saludables. Lo que quizás no sabías es que este alimento también ha sido valorado por sus propiedades medicinales a lo largo de los siglos.


Semillas de calabaza: cuáles son sus propiedades nutricionales


Las pepitas de calabaza son una fuente natural de proteínas, grasas saludables, vitaminas y minerales. Entre sus componentes destacados están el magnesio, el zinc, los ácidos grasos omega-3 y la fibra.

El magnesio, por ejemplo, es fundamental para mantener huesos fuertes y prevenir enfermedades como la osteoporosis, especialmente en mujeres después de la menopausia. Por otro lado, el zinc fortalece el sistema inmunológico y puede ayudar a regular los niveles de glucosa en sangre.

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Además, las grasas insaturadas y antioxidantes presentes en las semillas favorecen la salud cardiovascular y ayudan a combatir la inflamación, un factor clave para prevenir enfermedades crónicas.


Semillas y ácido úrico


Un aspecto menos conocido de las semillas de calabaza es su capacidad para reducir los niveles de ácido úrico, un beneficio relevante para quienes sufren de gota. Estudios indican que una dieta basada en alimentos de bajo índice glucémico puede prevenir ataques de esta condición, y las pepitas encajan perfectamente en este perfil.

Estos pequeños tesoros también contienen vitamina E, que mejora la circulación sanguínea y refuerza las defensas del organismo. Sus propiedades antioxidantes ayudan a combatir el daño celular causado por los radicales libres, contribuyendo a la prevención de enfermedades como el cáncer y la diabetes.

También han demostrado ser protectoras del hígado y poseen propiedades antiparasitarias gracias a un compuesto llamado cucurbitina. Además, pueden aliviar problemas digestivos como gastritis y úlceras, y promover la salud de la próstata y el sistema urinario.


Cómo incorporarlas a tu dieta


Consumir semillas de calabaza es muy sencillo. Podés comerlas crudas, tostarlas para potenciar su sabor o agregarlas a preparaciones dulces y saladas. Son ideales como snack entre comidas, en ensaladas o incluso como parte de un mix de frutos secos.

La próxima vez que prepares calabaza, pensá dos veces antes de tirar sus semillas. Lo que muchas veces termina en la basura podría convertirse en un aliado valioso para tu salud. Con beneficios que abarcan desde la mejora de la salud ósea hasta la protección contra enfermedades crónicas, las pepitas de calabaza merecen un lugar destacado en tu dieta diaria.


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