Facundo Agüero al fin consiguió una casa donde vivir

Tras más de un año y medio de insistencia, Adelina Rivas y su hijo podrán abandonar el hospital. El joven quedó con un cuadro irreversible luego una paliza policial.

Hace más de un año y medio que Facundo Agüero y Adelina Rivas buscan un lugar para vivir, luego de que el 8 de marzo de 2018 el joven terminara con un cuadro médico irreversible, producto de una feroz golpiza policial. Ambos son oriundos de Picún Leufú pero residen en Neuquén capital por la condición de salud del joven.

Pese a que Facundo ya había recibido el alta provisional en febrero de este año, él y su mamá vivían en el hospital Bouquet Roldán, ya que el Estado provincial no les garantizaba una vivienda.

La larga espera llega a su fin: el viernes pasado Rivas firmó el contrato de alquiler de un departamento por un año, ubicado cerca del aeropuerto. Hace unos meses ya habían tenido una falsa ilusión cuando consiguieron una casa a la que nunca le habilitaron el gas y la mudanza quedó truncada.

Esta vez, todo parece estar en orden y a penas consigan los electrodomésticos necesarios, más los recaudos a tomar por la salud de Facundo, se asentarán en la vivienda. Rivas indicó que ya tienen la cama ortopédica, el colchón antiescara y un baño acorde. Sólo les hace falta un lavarropa y una heladera.

Comentó que la casa es muy cómoda, con dos habitaciones, una cocina, un comedor y un patio para que tanto ella como su hijo puedan salir a tomar aire fresco. «El hospital no es un buen lugar para vivir porque te encontrás con situaciones peores que la tuya y es todo muy triste», enfatizó la mujer.

Agüero deberá seguir concurriendo al nosocomio para continuar con su tratamiento de rehabilitación.

Aunque la provincia era quién debía encargarse de propinarle una vivienda, Adelina y una de las cuidadoras de Facundo fueron quienes encontraron una casa a través de las redes sociales y les enviaron la información a los funcionarios competentes. Éstos gestionaron el contrato de alquiler y en lo que queda de la semana esperan instalarse en el departamento.

La espera fue ardua pero llega en un momento ideal, ya que falta poco para las fiestas de fin de año y van a poder recibir a su familia. Facundo y Adelina son de Loncopue y tuvieron que mudarse a la capital neuquina luego de que un grupo de policías dejaran al joven postrado en una cama con un cuadro irreversible, tras una brutal golpiza.

«Facundo no eligió estar en una cama. Yo tampoco elegí vivir así. Pero estás son las circunstancias», remarcó la mujer que tuvo que trasladar su vida tranquila de pueblo a la vorágine de la ciudad.


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