Fertilización asistida en Neuquén: “Mi papá es un varón trans”

Luego de cuatro años de intentos, Yohana y Andree esperan a Dastyn. Accedieron al tratamiento a través del hospital Castro Rendon, cuyo comité de abordaje funciona desde noviembre de 2017.

“Lo empecé a buscar y bueno, lo encontré. Menos mal”.

Esta declaración de amor se le escapa al pasar a Yohana Vallejo. Hace nueve años vio a Andree Solís en el barrio Confluencia de la ciudad de Neuquén, donde ambos viven. Lo rastreó y le mandó una solicitud de amistad. “Me dijo que ese nombre que salía en Facebook no era el suyo y que le gustaba que le dijeran Andy”, contó.

Yohana transita el octavo mes de embarazo. Tiene 28 años y luce las uñas perfectamente esmaltadas en un tono azul francia. Andree obtuvo su nuevo documento, tal como prevé la ley de identidad de género para las personas trans, aquellas que no se identifican con el sexo asignado al nacer. Luego de cuatro años de intentar con el tratamiento de fertilización, al que accedieron a través del sistema público de salud de Neuquén, lograron la gestación deseada.

-¿Es una, une, uno?
-Une. Sabemos que su género es masculino, pero después él va a ver lo que elija.
-¿Nombre?
-Dastyn Jazhiel.

La ley 2954 obliga a las obras sociales, prepagas y hospitales a la cobertura del 100% de los tratamientos de fertilización, y los incluye en el Plan Médico Obligatorio, en concordancia con la norma nacional (ver aparte). Se dispone, además, la guarda de gametos o tejido reproductivo para todas aquellas personas que por causa de tratamientos invasivos, principalmente oncológicos, puedan ver comprometida su capacidad reproductiva en un futuro.

La pareja concurrió al hospital Castro Rendón, que desde noviembre de 2017 cuenta con un comité de fertilidad.

En estos tres años el equipo recibió aproximadamente 50 consultas. El 80% ingresó a tratamiento, mientras que el 20% presentó alguna causa, tanto del orden médico y/o psicosocial contempladas en la ley, que no aconsejan la práctica.

Actualmente el comité trabaja en la incorporación de procesos de baja complejidad, para realizarlos en el hospital.

“El 30 de junio nos enteramos. Me levanté, me hice el test, ya sabía que iba a ser negativo, lo tenía asumido. Cuando vi el positivo lo miraba y no lo creía, salí corriendo a despertar a Andy. Fue como: “ahora sí, ahora sí” y lloré a los gritos. Siempre nos daba negativo y se te hace un cansancio físico y psicológico, de querer y desearlo todo el tiempo. Nos pasaron unas carpetas con las descripciones físicas de los donantes y ahí nos guiamos”, relató Yohana. El control del embarazo lo realiza en el centro de salud del barrio.

Es la segunda vez que va a ser mamá. Su hija más grande escucha la entrevista mientras desayuna. Usa una vincha con forma de unicornio.

“En una relación empieza todo color de rosa. Nosotros no, nosotros empezamos de atrás para adelante. Ahora estamos viviendo la parte tranquila, asentada, pero lo que fue al principio era un caos”, recordó Yohana.

Él agregó: “No había manera de que nos comprendieran. Pero siempre por el “qué dirán”. Nosotros nos hemos cansado de llorar, pero se sale”.

“Mi familia siempre fue conservadora. Y mi mamá era la que estaba con el grito en el cielo. Muchas veces hemos pasado situaciones complicadísimas, y al otro día hay que seguir”, mencionó ella.

Andree es un joven de 31 años, sin empleo estable. “Estoy buscando laburo, un trabajo fijo más que nada para asegurar la mesa”, afirmó. La población trans y travesti es permanentemente expulsada del mercado laboral formal

Según un relevamiento realizado por activistas junto a la UNC apenas el 32% cuenta con una actividad registrada, lo que menoscaba cualquier perspectiva de vida. Es por eso que la sanción de la ley de cupo laboral en Neuquén es urgente (ver aparte).

“Yo me sentía único. Pensaba que era el único que sentía esto. Le agradezco a la “orga”, porque me sacaron del pozo depresivo. Es un grupo muy humano”, manifestó Andree. La “orga” es “Varones Trans y No Binarios de Neuquén y Río Negro”, una de las agrupaciones que agita en las calles.

Justamente en la última marcha del orgullo, Andree escribió en la panza de Yohana “Mi papá es un varón trans”, como un acto político de visibilización (ver aparte).

-¿Qué es ser un papá trans?
-Es salir a la lucha, todos los días, ir con un escudo y siempre con ellos al lado.

Terminó la entrevista. La niña unicornio muestra su boletín con buenas calificaciones, pasó a sexto grado. La familia saluda con las manos en alto detrás del portón. Se encontraron, menos mal.

En números

50
consultas recibió el Comité Hospitalario de Abordaje de la Fertilidad del Castro Rendon, de las cuales 80% ingresaron al tratamiento.

La panza convertida en pancarta


“Mi papá es un varón trans” surgió en la última marcha del orgullo, que se realizó en Neuquén capital el 7 de diciembre pasado con epicentro en los Arcos Romanos del Parque Central.

“Siempre tenemos una idea, o algo nuevo para hacer. Fue una inspiración del momento, del papá. Estábamos por salir y con un marcador empezó a escribirme”, contó Yohana. Y agregó: “como me gustó la frase, empecé yo misma a sacarme fotos, como podía.”

La remera anudada. La panza, convertida en pancarta. La piel y la sonrisa, al sol y en la calle.

Andree dijo: “La marcha yo creo que es para soltarse, para demostrar lo que uno es, ¿no?”.

Yohana, en la última marcha del orgullo. Foto Oscar Livera.

Qué dice la ley


El 13 de agosto de 2015, la Legislatura de Neuquén sancionó la ley 2954 que garantiza el acceso integral a los procedimientos y técnicas de reproducción médicamente asistida a toda persona mayor de edad, que haya manifestado su consentimiento informado.

La norma ordena que el sector público, las obras sociales (incluido el Instituto de Seguridad Social de Neuquén) y las entidades de medicina prepagas incorporen como prestaciones obligatorias y brinden a sus afiliados o beneficiarios las técnicas de baja y alta complejidad, la cobertura integral e interdisciplinaria del abordaje, el diagnóstico, los medicamentos, las terapias de apoyo, los servicios de guarda de gametos o tejidos reproductivos, y los procedimientos y las técnicas, que la Organización Mundial de la Salud, definen como reproducción médicamente asistida.

En su artículo 13 la ley establece que la reglamentación debía realizarse dentro de los 90 días, contados a partir de su publicación. Pasaron cinco años y aún no hay decreto.

Desigualdades


Las personas trans y travestis registran una baja participación en el mercado laboral formal. Según el relevamiento realizado en Río Negro y Neuquén, del que participó la Universidad Nacional del Comahue, el 82% de esta población tiene una actividad por la cual obtiene un ingreso monetario, y solo un 32% cuenta con empleo registrado.

No se trata de un dato aislado, sino de un contexto de exclusión: el grueso de las personas encuestadas en el trabajo citado tiene entre 26 y 40 años. Apenas el 3% supera los 56 años. De cada 10 personas, 6 carecen de vivienda propia. Quienes alquilan han tenido dificultades para hacerlo ya sea por discriminación, motivos económicos o sobreprecios. El 60% no completó la educación obligatoria.

Es por eso que organizaciones LGBTIQ+ demandan a la Legislatura de Neuquén la sanción del cupo laboral que establece que un porcentaje de los cargos de los tres poderes del Estado provincial debe ser cubierto por personas trans, con el fin de promover su inclusión laboral y mejorar sus condiciones de vida.

En la composición anterior se avanzó en la discusión en comisiones, pero no hubo acuerdo político para que se tratara en el recinto.


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