Así se vivió la Fiesta del Puestero en Junín de los Andes

En una tarde estupenda, de cielo limpio y sol reinante, los puesteros se dieron el gusto de compartir destrezas y valentías, en una exhibición campera de excelencia.

Fotos: Patricio Rodriguez

Ayer pasadas las cuatro de la tarde, las primeras ternas de trabajadores comenzaron con un espectáculo de experiencias de campo. En el día a día es su trabajo pero ayer fueron un show de sabidurías y destrezas. El encierro de terneras convocó a los más variados tríos de avezados gauchos que, según el numero asignado a cada animal, debían llevarlos de un corral a otro sin que se les escape y vuelvan a su origen en el “rincón” opuesto. La prueba consistía en llevar- en un minuto- la máxima cantidad de animales o tres terneras en el menor tiempo posible. Los ganadores lo hicieron en menos de cuarenta y cinco segundos.

Un rato más tarde, y luego del desarme de los corrales, fue el turno de la “pialada”: dos parejas de “enlazadores” dispuestos a los lados de un camino por el cual corrían las terneras empujadas por los gauchos montados. Debían enlazar hasta dos animales por turno. Los ganadores apenas pudieron con un ternero, ya que las destrezas y enorme energía de los animales superaban ampliamente a las de los puesteros.

Fotos: Patricio Rodriguez

En el tercer turno la demostración de marcado de ganado se llevó los aplausos del público, que en gran número colmo las tribunas que rodean el predio del centro tradicionalista Huiliches. Los animales enlazados previamente dentro del corral eran llevados y soltados hasta el medio de la pista, donde los gauchos de a pie debían volver a enlazar y dominar al animal para luego proceder a la marcación en uno de sus cuartos traseros.

Fotos: Patricio Rodríguez
Foto: Patricio Rodriguez

Ya al atardecer, cuando el sol se despedía, fue el turno de los extraordinarios jinetes que, en una demostración de bravía destreza- montando los indomables potros- dieron rienda a sus habilidades sobre los lomos de unos fantásticos y poderosos animales, que de arisco carácter, hicieron lo imposible por quitárselos de encima. Allí se desataron los aplausos y vítores del público que para esta hora ya dominaban la escena campera de Junín de los Andes, en la previa de una noche de bailes y festejos en el escenario central.


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