El otoño en la Patagonia pinta paisajes de ensueño del Alto Valle a la cordillera
Las temperaturas descienden, la vegetación cordillerana se viste de cálidos colores que van de amarillos, ocres y rojos intensos. El otoño indica el término de un ciclo y prepara a la naturaleza para el letargo invernal. Un entorno maravilloso que inspira y conmueve a cualquiera.
Visitar la Patagonia argentina en otoño trae ventajas: es la fiesta de los colores, no hay tantos turistas y los días pueden ser muy agradables. Foto: Alejandro Carnevale.
“El otoño en Huechulafquen no es otoño, es un duende pintor de cordillera”, escribió Marcelo Berbel en una canción y en abril el duende con sus pinceles, transforma no solo aquel lugar cerca de Junín de los Andes, sino cada rincón del Alto Valle a la cordillera patagónica. Tonos amarillos, rojos y ocres en paisajes de ensueño invitan a ser recorridos.
Y en Roca, en el corazón del Alto Valle, el río Negro es una postal encantadora llena de rincones hermosos para pasar el día.
Podés ir a el Área Natural Protegida Paso Córdoba que cuenta con diversos paisajes que se caracterizan por sus colores, donde podés realizar distintas actividades al aire libre, como caminatas nocturas, trekking, hacer Stand Up Paddle y más. Se accede fácil a través de automóvil, colectivos y bicicleta, tomando la rotonda de Ruta 6 y 22, a unos 15 kilómetros de Roca.
Si salís a caminar te encontrarás con senderos para avanzar entre sauces, álamos, tamariscos. Y arroyos que nacen en el río como venas en la tierra y plantas plenas de colores que brillan con la luz del sol. El canto de los pájaros, el rumor del agua, la música de fondo.
También las calles de las chacras proponen paseos llenos de paz, y muestran una postal encantadora llena de rincones para pasar el día. Un circuito que propone la visita a fábrica de bocaditos, galpones de empaque, sidreras, fábricas de cerveza artesanal, establecimientos de hongos y más. Con la creciente demanda de vinos finos las bodegas se han reacondicionado para recibir a los turistas.
El turismo rural es una experiencia para vivenciar el proceso de producción de los frutos de la tierra. El visitante puede apreciar en estas visitas las distintas etapas de la producción de manzanas, peras, frutas frescas y las viñas, además de la elaboración de los productos derivados de dichas frutas.
Llegar a Brazo Verde y Playón Rojo, es una buena opción para una tarde de descanso. Se accede luego de cruzar el puente y apenas después de La Pulpería, donde hay que girar a la derecha y el camino conduce a un área cercana de unos dos km de largo por 400 metros de ancho.
El otoño en la Cordillera de los Andes
En la cordillera de los Andes el otoño despierta los sentidos y la creatividad para hacer planes diferentes. Los árboles autóctonos como las lengas, ñires o coihues tiñen de rojo y naranja los bosques húmedos de la Patagonia y pintan un cuadro sorprendente.
Muchas personas eligen esta época del año para recorrer los senderos en una caminata o en bicicleta. Los árboles y sus colores son los protagonistas de este escenario de película. Para salir a la montaña, es fundamental obtener información precisa sobre el estado de los senderos y sus diferentes niveles de dificultad. Además, si el recorrido se encuentra dentro de un parque nacional es necesario realizar el registro de trekking.
Uno de los mejores lugares para vivir esta temporada es La Ruta de los 7 lagos que atraviesa uno de los entornos más puros y bellos de la región, constituyendo sin duda, el exponente número uno del paisaje otoñal enaltecido por los espejos de agua que se encuentran allí.
La temporada otoñal va desde el 21 de marzo al 20 de junio. Los días son entre frescos y templados, con noches frías. La temperatura oscila entre los 4º y los 13º, en donde predominan las lluvias. Es imprescindible llevar un buen impermeable, liviano y con rompevientos.
Las excursiones lacustres brindan otra perspectiva del paisaje. Lagos extensos de aguas gélidas y azules profundos contrastan con la vegetación y realzan esta verdadera obra de arte natural. Los Lagos Lácar y Nahuel Huapi permiten vivir esta experiencia.
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