Frutales: conocer la altura de la napa trae beneficios
El exceso de reserva hídrica en el suelo puede afectar las raíces de las plantas y su sanidad, provocando consecuencias irreversibles. El freatímetro es un aliado clave para controlar la napa y hacer un manejo sostenible del agua en la chacra.
Por L. Aguilar y S. Izaguirre (INTA Gral. Roca)
En zonas bajo riego como el Alto Valle del Río Negro y Neuquén, los productores conviven con la presencia de la capa freática, conocida como napa. Al inicio de la temporada de riego, la napa asciende por múltiples causas y es importante determinar el nivel freático porque la presencia de agua en exceso podría afectar el sistema radicular y provocar daños a la planta.
Esto sucede cuando el exceso de agua en el suelo reemplaza a la proporción ideal de oxígeno que debería tener y provoca asfixia que, según el tiempo que esto dure, podría generar daños reversibles o permanentes.
De acuerdo con Lautaro Aguilar – profesional del INTA General Roca –, un suelo agrícola ideal que contiene una fracción mineral del 45% y un 5% de materia orgánica, debe contener un 25% de agua y un 25% de oxígeno. Si la proporción de agua es mayor disminuye el contenido de oxígeno, causando estrés y posibles daños a la planta. Por esta razón, es recomendable que la zona de exploración radicular del frutal libre de exceso de humedad sea cercana a los 1,5 metros.
El exceso de agua puede ser producto de los riegos del control pasivo de heladas primaverales, de la infiltración del sistema de distribución de agua como canales y acequias, pérdidas por roturas de taludes (raíces de árboles y tocones) y mantenimiento insuficiente.
Otro aporte muy importante a la napa es el agua de riego acumulada en el fondo de canales o acequias que no puede ser utilizada o enviada hacia el cuadro por “falta de dominio” (o desnivel), conocida como “agua muerta”.
Todas las situaciones de estrés provocadas sobre la planta generan daños acumulativos que no necesariamente se manifestarán en la misma temporada. Algunos de los daños más comunes son las roturas mecánicas de raíces, la falta o exceso de riego o fertilización, contrastes entre períodos marcados de déficit hídrico frente a otros con exceso de agua en el perfil.
Para definir cuándo se debe regar un monte frutal hay que considerar distintos aspectos como la época del año (demanda ambiental), el estado general del frutal, el tipo suelo, la capacidad de infiltración (densidad y compactación) y el contenido de materia orgánica. Asimismo, es fundamental corroborar que la zona de exploración radicular esté libre de exceso de humedad cercana al 1,5 m. Esto puede determinarse mediante el uso de un freatímetro que aporta información de gran utilidad y necesidad. “El freatrímetro nos permite conocer la profundidad en que se encuentra la napa, saber con certeza si se encuentra estática, en ascenso o en descenso – ésta sería la condición deseable – y tomar las decisiones de riego y manejo en consecuencia” explicó Aguilar.
“El freatrímetro nos permite conocer la profundidad en que se encuentra la napa, y tomar las decisiones de riego y manejo”
Lautaro Aguilar – Profesional del INTA General Roca
El freatímetro es un caño de metal o PVC perforado que se entierra a 2 metros de profundidad y la medición se realiza en su interior. Para eso se introduce una cinta métrica adosada a un pequeño flotante o campanita, o algún otro elemento (tales como varilla, caño de menor diámetro, etc.) que al mojarse o al hacer ruido indica el punto de distancia entre la superficie del agua de la napa y la superficie del suelo.
De acuerdo con los ensayos en el Alto Valle del Río Negro y Neuquén, el uso de freatímetros incidió en las decisiones de riego de productores de la zona que optaron por reducir el tiempo de riego para evitar encharcamientos en el cuadro y otros tomaron la decisión de no regar en sus turnos asignados por el Consorcio de Riego.
En otras ocasiones, frente a fuertes temporales de lluvias primaverales, los productores evitaron dar el primer riego hasta que la napa disminuya su altura. Además, en algunas chacras se constató que aún sin regar, el nivel freático se elevó a causa del exceso de agua del riego aplicado en una chacra lindera.
Entre los beneficios del uso de esta tecnología está la posibilidad de hacer un seguimiento de la calidad del recurso, mediante la medición de pH y conductividad eléctrica para monitorear la salinidad del agua de la napa.
La incorporación y uso de freatímetros en el predio es una oportunidad para mejorar el uso del recurso hídrico y evitar la pérdida de calidad de suelos, de frutas o la mortandad de plantas por asfixia radicular.
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