Fuerzas federales en la región: una dispar idea del “control”

Gobiernos provinciales y municipales buscan refuerzos en Gendarmería y Prefectura. En Bariloche hubo un fuerte rechazo al Ejército y la visita a pacientes empieza hoy con 60 civiles.

Con unos 1.700 casos activos de covid-19 y más de 3.000 aislados en Río Negro y Neuquén, los gobiernos provinciales y municipales convocaron a fuerzas federales para reforzar los controles en la región. Pero esa imagen rígida que intentó transmitirse en un principio enfrenta hoy varios problemas, porque no todos quieren a los uniformados para el mismo objetivo y principalmente, porque en algunas comunidades surgieron importantes resistencias a los operativos con protagonismo militar.

La reacción más contundente se dio en Bariloche, donde organizaciones sociales, gremios y agrupaciones de Derechos Humanos rechazaron la participación del Ejército en las tareas de vigilancia a las personas que son contactos estrechos de vecinos afectados por el coronavirus.

Por su parte, la Gendarmería intenta ajustarse a la disparidad de pedidos recibidos para intervenir en el corredor valletano unido por la Ruta 22. En Cipolletti ya están trabajando para verificar que la circulación se limite sólo a quienes están autorizados para salir de sus hogares. En Roca se anunció su llegada para el lunes pasado, pero ayer todavía no empezaban a recorrer las calles junto a policías provinciales e inspectores municipales. Y en Plottier la intendenta, Gloria Ruiz, anunció que los convocaría, pero para acotar los índices de delitos, que están aumentando.

En Viedma, el intendente Pedro Pesatti defendió ayer el trabajo coordinado diseñado junto a Prefectura, Policía Federal y la Policía de Seguridad Aeroportuaria, afirmando que esa organización interestatal y la rigurosidad de los controles en los accesos a la comarca que integran la capital rionegrina y Patagones fueron las claves para que en esa zona todavía no haya muertos por covid-19 y que en cinco meses se hayan confirmado apenas tres casos.


Bariloche y el uso del Ejército para seguir pacientes


En Bariloche, el municipio y el gobierno provincial habían acordado en un principio que la tarea de seguir día a día a los pacientes con covid que cumplen con aislamiento domiciliario sería delegada a efectivos del Ejército, pero surgieron críticas desde distintas organizaciones y el Ministerio de Defensa ordenó dar marcha atrás.

El grupo de seguimiento finalmente quedó integrado con “civiles”, entre los que se mezclan jóvenes voluntarios y trabajadores municipales.

Ese equipo de 60 visitadores saldrá hoy a las calles, en un operativo que busca brindarles contención, evitar nuevos contagios y aliviar también a los trabajadores de salud pública.

La subsecretaria de Protección Civil, Patricia Díaz, confirmó la puesta en marcha del operativo durante esta jornada y dijo que la misión de los visitadores es “cuidar y acompañar” a las personas que dieron positivo en el test de coronavirus pero que no requieren internación y acordaron permanecer en sus viviendas. “Control no es la palabra”, aclaró la funcionaria.

Señaló que no les corresponderá verificar las condiciones de la vivienda para un aislamiento efectivo, porque eso ya fue chequeado por “Desarrollo Social” de salud pública.

Díaz dijo que la misión encargada a los voluntarios es importante porque desde hoy serán “la cara visible” del sistema de salud en relación con los pacientes.

Parte del equipo está compuesto por empleados del municipio, en su mayoría profesores de educación física dependientes de la subsecretaría de Deportes, que actualmente están sin tareas en esa área. El grupo se completó con voluntarios, convocados a través de la Red Solidaria.

Díaz dijo que no se pueden dar detalles sobre el recorrido que realizará cada visitador y tampoco los horarios “porque es prioritario el respeto a la privacidad de la gente”.

Señaló que la movilidad estará a cargo de cada agente, pero “geolocalización” mediante, se les asignaron pacientes que viven cerca de sus propios domicilios. Hasta ayer los pacientes con test positivo y aislamiento domiciliarios eran alrededor de 150.

Un número igual o mayor están alojados en hoteles y menos de un centenar (los cuadros de mayor riesgo) permanecen en el hospital o en sanatorios privados.

El director del hospital zonal, Leonardo Gil, dijo que el seguimiento epidemiológico permanece a cargo de personal de Salud, que lo realiza por teléfono, y que las visitas presenciales serán para asegurarse de que cumplan el aislamiento y “también con un fin social”, es decir garantizarles el acceso a leña, alimentos o la realización de trámites cuando lo necesiten.

Destacó que el último pico de contagios empezó a ceder y con las últimas medidas de restricción a la movilidad, vigentes desde hace diez días, la tendencia de contagios diarios es a la baja.

Señaló que el seguimiento de los “contactos estrechos” de los infectados, que durante cuatro meses se hizo de manera más exhaustiva, hoy resulta imposible porque “son más de mil”.

Dentro de ese marco, Salud Pública sólo les realiza un par de llamados al principio, con la recomendación estricta de que cumplan el aislamiento.

El municipio de Roca anunció para el lunes pasado la llegada de Gendarmería a la ciudad.

Ayer ese refuerzo todavía estaba pendiente, porque la Agrupación XII Comahue no tenía la autorización nacional para participar de los operativos.

“Se espera que en las próximas horas pueda cumplimentarse el trámite pendiente para que los 15 gendarmes asignados puedan colaborar en las tareas de control de circulación en los accesos y dentro de la ciudad”, se indicó oficialmente desde el Ejecutivo roquense.

Según informaron fuentes oficiales, el municipio pidió al gobierno provincial que eleve el pedido a las autoridades de la fuerza y desde Buenos Aires se demoró la respuesta más de lo imaginado.

Lo que se confirmó desde el municipio es que la llegada de Gendarmería no implicará un cambio sustancial en la estrategia de control de circulación implementada en la ciudad.

Van a ser controles similares a los que se vienen realizando entre la Policía y los inspectores municipales, aunque se sumarían algunos controles itinerantes más en el centro y en los barrios más poblados, para verificar el cumplimiento de las pautas de salida por terminación de DNI”, se detalló.

A partir de las demoras, una duda que surgió fue la extensión del período de intervención de la fuerza en la ciudad. Cabe recordar que en principio se anunció que los gendarmes estarían hasta el domingo 16, cuando termina esta fase de la cuarentena.

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“La clave pasó por la rigidez de los controles”, dijo ayer el intendente de Viedma, Pedro Pesatti, cuando fue consultado por los resultados diferentes logrados en la capital rionegrina con respecto a otras regiones de la provincia.

“Si uno puede evitar contagiarse, cómo no lo va a evitar. Si no, qué sentido tiene hacer el esfuerzo que se está haciendo”, agregó el mandatario durante una entrevista con el programa Posdata, de Roca.

Pesatti se refirió a los cuestionamientos que recibió por esa postura que muchos consideran extrema y si bien sostuvo que “tratamos de ser componedores”, también aclaró que su deber es “proteger a los vecinos de Viedma y en ese sentido, no voy a transigir con nadie”.

“Para mí estos cinco meses sin ninguna muerte es un tiempo precioso que ganamos. Vale la pena hacer todos los controles que tuvimos que hacer”, enfatizó el exvicegobernador.

En coordinación con el gobierno de Patagones, la comarca tiene un puesto de control en el acceso norte a cargo de personal de Prefectura. Por su parte, en el acceso oeste trabajan la Policía de Río Negro junto al personal del hospital Zatti, personal de Defensa Civil del Municipio, la Asociación de Voluntarios Socorristas. Este grupo recibe el aporte de la Policía Federal y la Policía de Seguridad Aeroportuaria, según describió el mandatario.


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