Gallardo, Filipe Luis y las repercusiones de la final de la Libertadores

El 2 a 1 en la final de la Libertadores de Flamengo sobre River dejó mucha tela para cortar. El desenlace del partido quedará en el recuerdo, pero algunas conclusiones surgen al instante.

Tan elogiado, con razón, por el mundo futbolero, la movida de fichas de Marcelo Gallardo no tuvo sus frutos. El entrenador eligió que su primer cambio fuera Julián Álvarez, un pibe en el que viene confiando hace más de un año, de hecho lo puso en el suplementario contra Boca en Madrid.

Pero el delantero de las inferiores no pudo darle al equipo lo que necesitaba. Tampoco lo hizo Lucas Pratto, quien nunca recuperó su nivel tras la última lesión. El último cambio fue obligado por la molestia de Milton Casco y Gallardo tuvo que dejar, por decisión propia y obligación, a Juan Fernando Quintero e Ignacio Scocco en el banco. Tomó decisiones y esta vez erró. Napoleón es humano.

Filipe Luis Llegó desde Europa tras jugar cosas muy importantes contra los mejores del mundo. Ayer mostró personalidad pero como a todo su equipo le faltó juego. Luego del partido demostró en sus declaraciones por qué es un jugador de primer nivel mundial.

‘‘No jugamos bien pero el destino quería que nos lleváramos la gloria. Soy el hombre más feliz y más afortunado del mundo. River es el rival más difícil de vencer en Sudamérica, sabía perfectamente cómo jugar esta final, ha logrado parar nuestro juego. El campo no ayudó, pero no paramos de intentar e intentar’’, afirmó el lateral izquierdo de la selección brasileña.


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