Ganado ovino vs. predadores: alternativas de manejo

Los predadores carnívoros son una de las principales amenazas para las majadas. Los perros protectores del ganado y el uso de luces disuasivas son dos alternativas de manejo posibles y accesibles, para reducir la incidencia de los ataques.

Por S. Martínez, J. Antenao y S. Guerrero (INTA)

Protector. El perro de majada de la Chacra Experimental Patagones, convive con 450 ovejas.

El conflicto entre ovejas y predadores es muy antiguo y se da en distintas partes del mundo con diferentes especies. Desde hace algunos años se testean medidas que ayuden a controlar los conflictos entre los carnívoros silvestres y el ganado ovino en la zona.
Un grupo interdisciplinario de investigadores del INTA, la Universidad Nacional del Sur y la Chacra Experimental del Ministerio de Desarrollo Agrario de la provincia de Buenos Aires, analizan el uso de perros protectores de ganado y luces disuasorias, para el control de predadores.
Los animales silvestres tienen un gran impacto en la economía de los productores locales porque atacan a las majadas en busca de alimento. Las especies que causan mayor daño son los pumas, los zorros y los jabalíes. “Si bien es cierto que para los productores estos se incluyen en un mismo grupo como “predadores – plagas”, desde un punto de vista ecológico, existe una gran diferencia”, señaló Sabrina Martínez, investigadora del grupo de Ecología Comportamental de Mamíferos de la Universidad Nacional del Sur.
El puma y el zorro son especies nativas y cumplen una función específica en este sistema del que el hombre forma parte con su actividad agropecuaria. El jabalí es una especie exótica introducida en el país para la caza con fines comerciales y actualmente se encuentra en expansión, causando daño no sólo a la ganadería sino también a la agricultura, ya que destruye ambientes naturales y no naturales y es capaz de transmitir enfermedades que generan un riesgo sanitario para el ser humano y el ganado.

“Las herramientas deben adaptarse a la realidad de cada establecimiento y reforzadas con la presencia en el campo”.

Estela Luengos – Investigadora CONICET


Con relación al objetivo de esta línea de trabajo, la investigadora señaló: “Nos propusimos estudiar alternativas de manejo que permitan alcanzar un equilibrio entre las actividades ganaderas y la fauna autóctona, sin llegar al exterminio completo de las especies nativas porque esto afectaría a los “servicios ecosistémicos”, que representan los beneficios que un ecosistema o una especie brindan al hombre”. Por ejemplo, los carnívoros nativos como pumas y zorros, ejercen una función de control de las poblaciones de sus presas, como los roedores, peludos, ñandúes o incluso presas mayores como las crías de chancho jabalí, en el caso del puma.
Para abordar esa problemática, los investigadores proponen un manejo integral que considere, no solamente a los predadores, sino también las condiciones del ganado para que puedan hacer frente a circunstancias eventualmente desfavorables tales como falta de pasto, bajas temperaturas o enfermedades que pudiesen sobrevenir.
En la búsqueda de estrategias de control, estudiaron el funcionamiento del perro protector de majada de raza Maremmano Abruzzese – proveniente del criadero de perros protectores en el Campo Experimental Pilcaniyeu del INTA Bariloche–. “Realizamos un monitoreo con 40 cámaras trampa en dos áreas, una donde existe ganado ovino con perro protector y otra donde hay ganado ovino, pero no hay perro protector. De esa manera, registramos datos de la disminución en las pérdidas por predadores en la majada de la Chacra Experimental Patagones para entender cómo responden los predadores ante la presencia del perro”, explicó Juan Antenao, investigador del INTA Valle Inferior.

Luces. Otro método eficaz para reducir el impacto de los ataques de predadores.


Para conocer la respuesta de los predadores ante la presencia del perro, se capturaron zorros pampeanos adultos y se les colocaron collares VHF que emiten una señal para monitorearlos y conocer su ubicación. De acuerdo con Estela Luengos – investigadora del CONICET –, el próximo paso será colocarle un collar GPS al perro protector para comparar sus movimientos con los de los zorros, fundamentalmente en la época de parición, cuando los ataques suelen ser más frecuentes.
Durante 2019 se realizaron testeos de luces disuasorias que son dispositivos que se encienden durante la noche con un patrón aleatorio de luces de distintos colores que simulan la presencia de una persona patrullando o recorriendo el área. Las pruebas en áreas de monte en cuatro establecimientos de Patagones, arrojaron resultados preliminares en los que se registró una disminución de la presencia de zorros. Sobre el uso de luces, la investigadora de CONICET, señaló que “como las luces pueden producir acostumbramiento en los animales, es recomendable no utilizarlas más de dos meses continuos”.
Existen muchos métodos que se utilizan en otros países, pero es necesario analizar en cada sitio aquel método o combinación de métodos que funcione mejor. “En todos los casos – agregó Luengos – las diversas herramientas que se apliquen deben adaptarse a la realidad de manejo de cada establecimiento y, por sí solas, no constituyen soluciones mágicas; deben ser complementarias a un adecuado manejo de las majadas y apuntaladas con la presencia en el campo”.

En números

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Los perros que en la actualidad están protegiendo majadas en el Partido de Patagones y Departamento Adolfo Alsina.

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