Gin artesanal: la bebida que plantó raíces en Viedma
El éxito de un buen producto está en la dedicación de quien lo elabora y sobre todo en la calidad de los ingredientes que utiliza. Y el ser patagónico tiene valor agregado.
Desde Viedma, Rodrigo Mazzanti creó un gin artesanal que se consolidó como referente regional. Con un minucioso trabajo de destilación y una nueva versión cítrica de naranja, Gin Raíz crece en calidad y presencia en distintas ciudades del país, sin perder su esencia local.
De la curiosidad al oficio
Lo que comenzó como un interés personal en plena pandemia se transformó en un proyecto que hoy lleva el sello de la Patagonia. Rodrigo Mazzanti, autodidacta y apasionado por la destilación, pasó de experimentar con pequeños alambiques de cobre a construir una marca que ya compite en calidad con los grandes nombres del gin argentino.
“Quiero que cuando se abra una botella de Raíz no huela a alcohol, sino a perfume”, resume Mazzanti mientras prepara un nuevo lote en su taller de Viedma. Esa frase condensa su filosofía: equilibrio, precisión y respeto por los botánicos.
Un gin con raíces locales
El gin Raíz clásico combina enebro, coriandro, raíz de angélica y cardamomo —la base tradicional de todo gin—, pero con una impronta local que lo distingue. En la fórmula original, la manzana roja del Valle aporta una nota dulce y fresca que lo conecta directamente con el territorio rionegrino.

La novedad llega con una nueva versión de naranja, donde el perfil cítrico gana protagonismo sin perder elegancia. El resultado es un gin equilibrado, de aroma intenso y final suave, pensado para disfrutar solo con buena tónica y mucho hielo.
Artesanal y control total
En su taller, Rodrigo destila diariamente 10 litros de gin artesanal en un alambique de cobre. Cada producción se realiza de manera controlada, con tiempos de maceración, filtrado y redestilado precisos, hasta alcanzar un destilado de alta graduación —alrededor de 80°— que luego se rebaja cuidadosamente al nivel ideal para el consumo. La escala es artesanal, pero la proyección es clara: Mazzanti está trabajando y planificando cómo ampliar su fábrica para aumentar la capacidad de producción sin perder la esencia artesanal que lo distingue.
Una mirada sobre la calidad
Mazzanti sostiene que la calidad empieza en la materia prima: “si la materia prima es premium, el producto también lo será”. Por eso selecciona cuidadosamente cada botánico, priorizando los nacionales y, en especial, el enebro del sur, que le da al gin patagónico una personalidad única. Su objetivo no es competir por volumen, sino mantener una línea coherente de excelencia.
Esa búsqueda constante de calidad se refleja también en la constancia del proceso. No hay improvisación: cada destilado sigue los mismos pasos rigurosos, con un seguimiento meticuloso del aroma, la temperatura y la pureza del alcohol. Gin Raíz no busca ser un producto de moda, sino una bebida con identidad y consistencia.
Expansión, reconocimiento
Gin Raíz ya se encuentra en locales de Neuquén, Bahía Blanca y Monte Hermoso, y en breve desembarcará en Choele Choel. La expansión fue natural, impulsada por el boca en boca y el reconocimiento de quienes valoran los productos genuinos. “No hace falta producir mucho, sino producir bien”, asegura su creador, convencido de que el crecimiento debe ir de la mano de la calidad. La recepción en ferias y bares especializados ha sido muy positiva. Bartenders y sommeliers destacan su versatilidad, ya que puede brillar tanto en cócteles clásicos como en combinaciones más experimentales.
Nuevos desafíos
Aunque el gin es su emblema, Rodrigo ya explora otros caminos dentro del mundo de los destilados. En su laboratorio artesanal ensaya recetas de vermut y calvado, buscando siempre reinterpretar bebidas tradicionales con un sello propio. “Me interesa crear cosas que representen el lugar donde vivimos”, explica.

Su visión a futuro incluye abrir un pequeño espacio de catas y experiencias sensoriales donde el público pueda conocer de cerca el proceso y la historia detrás de cada botella. La idea es simple, pero potente: transformar la pasión en una experiencia compartida.
Sentido de pertenencia
El nombre Raíz no es casual. Mazzanti llegó a Viedma hace algunos años, atraído por el deporte, y decidió quedarse. Desde entonces echó raíces en la comarca, no solo con su gin sino también con su almacén gourmet, que lleva el mismo nombre.
“Raíz tiene que ver con volver a lo esencial, con lo que somos y de dónde venimos”, explica. Esa conexión con la tierra es, justamente, el espíritu que su bebida transmite. Hoy, Gin Raíz demuestra que el gin artesanal patagónico está a la altura de los grandes nacionales. En un mercado que supera las 130 etiquetas en Argentina, el destilado de Mazzanti se destaca por su equilibrio, su identidad y la dedicación que hay detrás de cada botella.
Su búsqueda no se detiene: sigue experimentando con nuevos botánicos y bebidas espirituosas —como vermut y calvado—, siempre con la misma premisa: representar el sabor y el espíritu de la Patagonia. En cada copa de gin Raíz hay algo más que un destilado: hay viento del sur, hay manzanas del valle y hay manos que trabajan con paciencia.
Cada trago cuenta una historia: la de quien soñó en silencio entre alambiques y encontró, en el aroma del enebro, su propia forma de pertenecer. Porque más que un gin es un gesto de amor por la tierra que lo vio nacer. Y en ese equilibrio de perfume y fuego, de cobre y tiempo, late el verdadero espíritu patagónico.
Desde Viedma, Rodrigo Mazzanti creó un gin artesanal que se consolidó como referente regional. Con un minucioso trabajo de destilación y una nueva versión cítrica de naranja, Gin Raíz crece en calidad y presencia en distintas ciudades del país, sin perder su esencia local.
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