Gennuso reabre la paritaria con Soyem, atado a los ingresos

Esta semana se volverán a sentar las autoridades municipales de Bariloche y la conducción del sindicato para analizar la pauta salarial para el segundo semestre.

El Ejecutivo municipal retomará esta semana las paritarias salariales con la conducción del Soyem en busca de un acuerdo para el segundo semestre, aunque se guarda todavía los montos tentativos para la eventual mejora. El Jefe de Gabinete, Marcos Barberis, dijo que intentarán acercarse “lo más posible” a la inflación acumulada, pero el indicador clave es la recaudación municipal.

Barberis explicó que el estado de las cuentas públicas los tiene preocupados y que el último cierre de las actividades económicas impuesto en mayo por el gobierno nacional derrumbó los ingresos del municipio. La recuperación llegaría a partir de agosto/septiembre, cuando impacte la temporada turística de invierno. Pero el volumen es todavía difícil de estimar.

El Soyem tampoco hizo explícitas sus pretensiones y se mostró comprensivo con la política cautelosa impuesta por el intendente Gennuso.

El último aumento pactado hace dos meses otorgó a los trabajadores una suma fija no remunerativa de 10.000 pesos con los salarios de mayo y de junio, que en julio será pasada al básico. El gremio había pedido en la previa que el acuerdo sea por porcentajes, pero finalmente declinó ante la postura del Ejecutivo, que desde hace al menos tres años impuso el criterio de las sumas uniformes para todos los trabajadores.

Barberis reconoció que ese mecanismo “achata la pirámide” a cambio de favorecer a las categorías más bajas. “Igual cuando pasa al básico impacta en forma distinta en cada caso, porque se aplican los adicionales”, explicó.

Según el Jefe de Gabinete, la indicación que recibieron de Gennuso antes de sentarse a negociar con el Soyem es que cualquier compromiso debe estar atado estrictamente a los estimados de recaudación.

Barberis reconoció que cumplir con esa pauta no es fácil porque “en mayo, por ejemplo, el ingreso por tasa TISH se cayó un 30% respecto de abril”. El impacto se atenuó luego, pero el período de la depresión económica lo tienen bien registrado en el municipio. “Fueron 23 días y el impacto fue muy importante”, dijo Barberis.

Indicó que la consigna que llevan es no apartarse en nada del compromiso de comprometer aumentos que solo se puedan garantizar con los ingresos, “porque fue así como el municipio logró pagar durante la pandemia 18 sueldos y tres aguinaldos sin ningún atraso”.

Refirió que el año pasado, una vez conformados los básicos, el aumento promedio para los trabajadores municipales terminó redondeado en el 35%, sin alcanzar la inflación publicada por el Indec. Aseguró que este año buscarán cumplir con el objetivo de compensar el costo de vida o acercarse lo más posible. “Sabemos que la plata no alcanza, eso lo tenemos claro. Nosotros (por los políticos) también lo sentimos porque nuestros sueldos están atados a los de planta -dijo Barberis-. Nadie sabe cuánto va a ser la inflación, pero lo tenemos como parámetro. Igual la comparación no debe ser con la inflación 2021 porque nuestros ciclos salariales son marzo/marzo”.

Explicó que los salarios son una partida de gastos clave para el municipio, pero no es la única y “todo debe ser tenido en cuenta”. Señaló a modo de ejemplo que el personal asignado en Catedral para la temporada debió ser provisto con camperas y pantalones de invierno cuya compra demandó 700 mil pesos.


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