Haití camino a la “normalidad”

Haití acaba de entrar en un ciclo electoral que debiera conducirla, paso a paso, a la “normalidad” institucional. En efecto, el pasado 9 de agosto tuvo la primera vuelta de sus elecciones parlamentarias. El 25 de octubre tuvo sus elecciones municipales, la segunda vuelta de las parlamentarias y la primera vuelta de sus elecciones presidenciales. La segunda vuelta de las presidenciales está prevista para el 27 de diciembre. Como es normal en Haití, el proceso electoral se inició con poca participación ciudadana, demoras, violencia e intimidación durante las campañas y la enorme preocupación de siempre acerca de la honestidad de las conductas y la transparencia de las acciones y procesos. Hablamos de un proceso de “normalización” institucional que ha acumulado ya nada menos que cuatro años de atrasos, generados en buena medida por el terremoto del 2010, así como por las maniobras de quienes, desde el Ejecutivo, procuran “estirar” todo lo posible sus mandatos originales, ya vencidos. Para perdurar en el poder. Para Haití, se abre así una pequeña ventana de oportunidad para poder regresar lentamente a la normalidad democrática, que no debiera desaprovecharse. Por esto es hora de afirmar la amplia cooperación que resulta necesaria desde los diversos organismos internacionales y regionales que la están acompañando en sus múltiples dramas de toda índole. No será nada fácil. Porque, un día después de difundirse los resultados, la violencia regresó a Haití. Se impuso el oficialista, Jovenel Moise, con el 32,81% de los sufragios. En la segunda vuelta dirimirá la elección contra Jude Celestin, de la Liga Alternativa por el Progreso y Emancipación Haitiana, que en la primera vuelta logró el 25,27% de los votos. Para completar la conformación de un nuevo gobierno, las barricadas deben removerse y las calles pacificarse. De lo contrario Haití volverá a ser una hoguera fuera de control. (*) Exembajador de la República Argentina ante las Naciones Unidas

Emilio J. Cárdenas (*)