Homosexualidad, tema tabú en Cuba

Por Carlos Batista

El nuevo documental de la realizadora cubana Lizette Vila, «Sexualidad, un derecho a la vida», estrenado esta semana en La Habana, calienta un polémico asunto en la isla: la homosexualidad y el travestismo, sobre el cual pesan prejuicios y tabúes que frenan hasta las políticas oficiales. La película de 30 minutos se refiere a un grupo de travestis locales que, luego de pasar un curso, trabaja como promotores de salud sexual.

El estreno se realizó en una pequeña sala del Museo Nacional y ante los prolongados aplausos del público, los siete homosexuales entrevistados subieron al escenario y, con aplausos propios, agradecieron a los presentes. Vila ya había tocado el tema en otro material, «Y hembra es el alma mía», que en sus 13 años de existencia «no ha sido divulgado ampliamente», según se quejaron algunos travestis.

Pero esta vez Vila trabajó por encargo del Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex), que dirige la pedagoga Mariela Castro Espin, hija del segundo hombre de la jerarquía cubana Raúl Castro y de la presidenta de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), Vilma Espin.

El Cenesex, creado en 1989, «es una institución docente, investigativa y asistencial en el área de la sexualidad humana» que realiza su trabajo «con un enfoque integral», según su sitio en internet. «Ser homosexual, bisexual, travesti o transexual no es una enfermedad, no es sinónimo de perversidad ni constituye delito alguno (…) son formas de expresión de la diversidad sexual, como lo es también la heterosexualidad», define el Centro.

Sin embargo, esta política oficial está lejos de tener aceptación generalizada en una sociedad de tabúes y prejuicios centenarios, donde para llegar al punto actual, «más relajado», transitó por políticas y caminos fuertemente discriminatorios.

«Siento que sí, que la gente está un poco más relajada, tanto en lo público como en la familia, ante la presencia homosexual, pero ligeramente más relajada, no más tolerante», dijo la directora del Cenesex a una revista local. El tema del travestismo ya fue tocado en el cine cubano en «Suite Habana», donde se cuenta la vida de Iván Carbonell Bravo, un cantante de música salsa que se inspira en Celia Cruz.

En la película, Carbonell aparece cantando en «El Bar de las Estrellas», un cabaret de travestis en La Habana, cerrado por las autoridades poco después de la filmación. Un artículo del bibliógrafo y profesor universitario Tomás Fernández Robaina, hace un análisis del «proyecto revolucionario y los homosexuales» en el cual recuerda que al principio de la Revolución de Fidel Castro, en los años 1960, el problema se abordó «como una enfermedad».

Para el tratamiento de esa «patología» se crearon en 1965 las Unidades Militares de Ayuda a la Producción (UMAP), donde creyentes religiosos, homosexuales y vagos fueron internados. Las obras de prestigiosos escritores como Virgilio Piñera, Emilio Ballagas, Severo Sarduy y Reynaldo Arenas desaparecieron en las librerías y editoriales por ser homosexuales, una ausencia que duró por casi cuatro décadas.

Fueron los años de los «parametrados», cuando si un individuo no cumplía ciertos parámetros (la heterosexualidad, entre ellos), no tenía acceso a numerosos puestos y responsabilidades laborales.

«Fresa y Chocolate», la famosa película de Tomás Gutiérrez Alea, filmada en 1993, es reconocida como uno de los elementos que provocaron una mirada diferente, más «relajada» sobre la homosexualidad, a partir de esa década. (DPA)


Adherido a los criterios de
Journalism Trust Initiative
Nuestras directrices editoriales
<span>Adherido a los criterios de <br><strong>Journalism Trust Initiative</strong></span>

Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios