Ibiza, la fiesta que nunca termina

Bares, discotecas y playas del Mediterráneo copadas por las celebrities conviven con la nostalgia hippie de los años sesenta.

Son las diez de la noche. Sopla una suave brisa. Una banda de música etno toca en medio de los alrededor de 200 puestos de Las Dalias, el mercadillo hippie más famoso de Europa. El ambiente está relajado. En el puesto de mojitos se ha formado una cola.

El bar de Las Dalias fue fundado en 1954 para los campesinos de la zona y para los habitantes de la cercana localidad de Sant Carles. Sería el comienzo de una leyenda, aunque nadie lo sospechaba en aquel entonces.

En aquella época aún no había mucho turismo. Sólo algunas celebridades, como el príncipe Rainiero de Mónaco o el naviero griego Aristóteles Onassis, viajaban en algunas ocasiones a esta isla salvajemente romántica con sus pinares, costas acantiladas y bahías de color turquesa. Todo cambió en la década de los 60, mucho antes de que el jet set internacional eligiera la isla como su destino favorito.

Los primeros en descubrir Ibiza fueron los peluts (peludos), tal como llamaba la población local a los hippies.

La mayoría de ellos se asentaron en la región de Sant Carles. Por poco dinero compraban a los lugareños las casitas blancas con forma de cubo. Por la noche, se reunían en Las Dalias, el punto neurálgico de la cultura hippie en la isla en aquellos tiempos. Fue la época dorada del flower power. Y hasta el día de hoy, el norte y el noroeste de la isla son el epicentro de la cultura hippie.

En el norte comienzan varios de los senderos más bonitos de la isla. Desde el poblado de Santa Agnès, conocido por su bar rústico Can Cosmi y la espectacular floración de almendros en febrero, uno puede llegar en poco tiempo caminando a la Puerta del Cielo, una gigantesca roca que ofrece una vista espectacular. En Benirràs, todas las noches se reúnen hippies para despedirse del sol con el redoble de tambores.

Los clubes elegantes están situados junto al puerto naútico de Ibiza, donde en verano están fondeados los barcos de los superricos con el centro histórico como fondo. Entre el público, en locales legendarios como Pachá o Lío, es posible encontrarse con muchos famosos.

Todavía hay cierto equilibrio entre flower power y jet set. Cada uno tiene sus propios refugios. Pero la pregunta es hasta cuándo, porque a la isla, con sus 140.000 habitantes, llegan cada año más de tres millones de turistas, una cifra que no deja de crecer.

La Generación Dorada hizo pie en la isla

Datos

El crack de los San Antonio Spurs, el bahiense Emanuel Ginóbili, disfrutó de unas vacaciones doradas en Ibiza con un elenco de selección: también estaban Andrés Nocioni, Fabricio Oberto, Pablo Prigioni y Carlos Delfino.
“Vacaciones en familia y con grandes amigos! Qué más se puede pedir? Qué bien la pasamos en Ibiza!”, tuiteó Manu el 22 de julio pasado.

Son las diez de la noche. Sopla una suave brisa. Una banda de música etno toca en medio de los alrededor de 200 puestos de Las Dalias, el mercadillo hippie más famoso de Europa. El ambiente está relajado. En el puesto de mojitos se ha formado una cola.

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