Inquilinos por un techo digno

La vivienda es un derecho humano y constitucional. Millones de familias a lo largo de nuestra nación alquilan para vivir debajo de un techo, soñando con la posibilidad de algún día no endeudarse más y no seguir siendo esclavos de las malas políticas económicas de nuestra nación y de los negocios privados inmobiliarios.

Hemos pedido al Indec que contemple en la canasta básica total los alquileres, con las cifras reales de una canasta familiar total de inquilinos/as. El alquiler lleva a las familias al endeudamiento y en la mayoría de casos empobrecimiento. Se ha naturalizado la vivienda como negocio y, en realidad, es un derecho humano vulnerado. Este es un problema que está relacionado el trabajador.

Las familias destinan un alto porcentaje de sus ingresos para vivir bajo un techo que nunca será suyo y que le quita derecho a poder acceder a otros derechos tan básicos como mejorar la alimentación, salud, estudios, vestimenta y el resto de los derechos que soñamos y que como trabajadores y humanos deberíamos gozar libremente.

Los sueldos devaluados y los alquileres con una regulación en dólares, la inflación permanente y la falta de empleo o el desempleo dan el golpe duro a las familias.

Queremos pagar nuestros techos propios. Tenemos el derecho y queremos que lo respeten. Necesitamos políticas habitacionales que permitan al trabajador/a inquilino/a a poder tener su hogar propio. No queremos monobloks, queremos barrios dignos donde el trabajador pueda pagar su techo propio.

Glenda Gómez

BUENOS AIRES


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