Intuición, calma y saber, para captar la esencia de las obras
Este portugués es el profesional top del momento: su prestigio hace trascender las obras de los arquitectos.
mundo privado
FOTOS: Fernando Guerra El fotógrafo de arquitectura suele ser el Midas de los arquitectos. A menudo basta que un buen fotógrafo oriente su retina y arte hacia una obra para que ésta sea conocida en todo el mundo. Por el contrario, una obra de arquitectura no fotografiada es usualmente inadvertida. La presencia de una obra en los medios depende de la sensibilidad y de la sagacidad del fotógrafo tanto como de la calidad del arquitecto. Fernando Guerra es uno de los más importantes fotógrafos de arquitectura. Conduce junto a su hermano Sérgio Guerra la firma FG+SG. Los reportajes a ellos dos aparecen en libros y revistas de todo el mundo, cada día crece su prestigio y se los disputan varios de los arquitectos más famosos. La labor de los Guerra excede el campo específico de la fotografía para arquitectura. Sin ellos, la arquitectura, y por ende la cultura portuguesa, contarían con muchos menos espacios en los medios. Los Guerra arrojan luz sobre Portugal, subraya la prensa especializada. Fernando comenta que es fotógrafo “desde que recuerdo. Se transformó en profesión o en ocupación a tiempo completo sin que haya perdido el lado placentero de siempre”. –¿Cuál es ese placer? –La búsqueda de imágenes que trasciendan el mero carácter documental. –¿Has trabajado como arquitecto? –Me formé en 1993 y me fui enseguida a Macao a trabajar como arquitecto, en un estudio de allí. –¿Por qué Macao? –Quería practicar en un sitio diferente, que me atrajo. Fui por seis meses y me quedé cinco años. Lo difícil fue volver. –¿Comenzaste allí como fotógrafo profesional? –Fotografiaba a diario, pero principalmente personas. Todo debía estar centrado en alguien y no en algo. Busqué sitios diferentes de los cotidianos, fuera de los circuitos: Vietnam, Nepal, China, Tailandia. Aún no daba gran importancia a fotografiar edificios, ni siquiera aquellos que yo diseñaba. Terminaba siempre por descuidarme y perder la hora precisa. Como cualquier arquitecto. –En 1999 regresas a Portugal. ¿Con qué planes? –Abrí un estudio de arquitectura y comencé a trabajar en algunos proyectos, participé en concursos públicos. Paralelamente, enseñaba en la universidad. Un ejercicio normal. –Pero aún nada de fotos de arquitectura… –Hice algún que otro reportaje. Por entonces Sérgio terminó la carrera de arquitectura y con su ayuda me fui organizando. Así fue posible consolidar el proceso. Comenzamos a tener ganancias y pedidos de algunos de los más respetados arquitectos en Portugal. Hace dos años que decidí dedicarme a tiempo completo. –¿Cómo funciona la sociedad con Sérgio? –Paso la mayor parte de la semana viajando. Él, en Lisboa, asegura todo el sistema de FG+SG: contactos, nuevos trabajos, entregas, la colocación de reportajes en revistas y libros, tanto nacionales como internacionales, y mantener www.ultimasreportagens.com. Estoy permanentemente comunicado en tiempo real con Sérgio. –¿Ustedes hacen todo? –No, pero es un equipo pequeño y queremos mantenerlo así. Tenemos un diseñador y un editor para los libros. Lo esencial es mantener la calidad de los trabajos y cumplir los plazos de entrega. Y me permite pasar largos períodos de tiempo fuera con proyectos menos interesantes financieramente, pero muy importantes para nuestra trayectoria como atelier. Fotografío y edito los trabajos solo, la idea de poner a alguien a fotografiar conmigo es como mínimo extraña y probablemente también lo sería para el cliente. Además, me gusta fotografiar en silencio y con mucha calma. –¿Han tenido suerte? –Creo que llegamos al mercado en el momento oportuno. Las nuevas revistas y editoriales aprovecharon internet y la posibilidad de llegar rápidamente a otros contenidos. Cada mes colocamos una serie de proyectos portugueses en diversas revistas como Wallpaper, Architectural Record, a+u, Detail, Interni, Icon, entre otras. –¿Dependes de eso como artista? –La fotografía que una elite intelectual consume en acontecimientos sociales no me interesa. No sé si soy un artista pero nunca me preocupó. Prefiero el mensaje que llega a millones, el compromiso con la idea de comunicar y ser entendido. El mensaje es lo importante, no yo o mi trabajo. Por encima de todo presto un servicio, soy el mensajero. Y el mensaje puede estar entre líneas aun siendo una fotografía. Mirar una obra es, antes que nada, un acto voluntario y una selección crítica. La fotografía es la concretización de ese modo de ver particular, la parte visible de un registro personal que intenta convertirse en instrumento de conocimiento de la realidad. –Tus reportajes muestran siempre diferentes horas del día. –Generalmente narran un día de la obra: desde la mañana hasta la puesta de sol. Las transformaciones de la luz, la envolvente que despierta, las personas que pasan… –…tan características en tu trabajo. –Sí, siempre las personas. Es el elemento de unión entre mi trabajo de siempre y el de hoy. Traigo el reportaje de la calle adentro de la arquitectura, la arquitectura vacía y estéril no me interesa. Al estar tanto tiempo en la obra, las personas se olvidan de mí y la presencia natural acaba aconteciendo. –¿Tu trabajo es en gran parte esperar, entonces? –Esperar, sí, que acontezca algo, porque siempre surge algo interesante, inesperado, sea en una calle o dentro de una casa. El simple hecho de que la luz cambie hace que la fotografía también cambie. Lo que era banal hace media hora, se convierte en la fotografía que resume el trabajo del arquitecto en ese sitio. La esencia del proyecto. Hay trabajos que demoran más tiempo y que comprenden las diversas estaciones. –¿Por ejemplo? –Trabajo actualmente en un libro sobre una ciudad coreana cerca de Seúl, llamada Paju. A través de imágenes, relato el día a día de las personas que allí viven o trabajan durante un período de meses o años. Es uno de los proyectos más apasionantes en que me he envuelto recientemente y saldrá en libro dentro de aproximadamente un año. –¿Cuál considerás que es tu ciudad? –Lisboa, cada vez más. Tal vez por estar permanentemente de viaje. De los viajes me gusta especialmente regresar. En enero, por ejemplo, tengo trabajos en Madrid, Barcelona, Londres y Bruselas. Para quien no gusta de los aviones es como mínimo curioso. Al menos junto millas para usar en las vacaciones… –… que nunca llegan. –No tengo vacaciones ni fines de semana desde hace cuatro o cinco años, pero para ser franco no los preciso mucho. Nuestra carrera es demasiado interesante para parar o incluso aflojar. Intento aprovechar los viajes que hago para mirar también por fuera del objetivo y relajarme. Lo mejor es cuando los trabajos se tornan de tal forma personales que se convierten en escape. –No todos los fotógrafos de arquitectura son arquitectos. –Como arquitecto tengo ventaja en relación al fotógrafo tradicional para percibir el concepto de la obra. Sé leerla, como la mayor parte de los arquitectos. –¿Se puede ser profesional en ambas cosas a la vez? –Los arquitectos, cuesta decirlo, estamos presos en problemas, por los clientes o potenciales clientes, su voluntad y disponibilidad financiera, con los ayuntamientos y sus interminables reglamentos y su burocracia. Para mí es alentador que mi éxito o fracaso dependa sólo de lo que hago durante una sesión, no de lo que me dejen hacer. Sin excusas. La fotografía me permite concentrarme en mi trabajo, la arquitectura no. –¿Debes lidiar con mala arquitectura? –Por suerte hay quienes hacen buena arquitectura, me ayuda a hacer mi parte. No soy crítico de arquitectura aunque haga mi juicio, que es personal y filtrado, y a veces me interesa más mi cliente y colega que la obra en sí. Pero lidio bien con proyectos que no tengan aquello que yo diseñaría. No tendría sentido de otro modo. Por encima de todo es un trabajo, un servicio, y la disposición tiene que ser siempre la misma. –¿Sos de una familia de arquitectos? –Mi padre es arquitecto y, de hecho, nos hemos convertido en una familia de arquitectos. La mayoría de mis amigos son arquitectos también. Fuente: arkinetia y www.fernandoguerra.com
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