Investigan qué «contaminó» el cuerpo de la niña al punto de entorpecer la pericia

Pudo deberse a una acción natural o intencional.

NEUQUEN (AN)- El fracaso en los peritajes para identificar el cuerpo de una niña, que apareció estrangulada y violada en un baldío cercano a una comisaría, abrió una nueva línea de investigación. Ahora los expertos quieren saber cómo se «contaminaron» los restos al extremo de entorpecer el trabajo técnico. En ese sentido, procuran establecer si fue por acción natural o si el asesino tuvo algo que ver.

Ayer, un experto forense llegó a Neuquén para revisar personalmente los restos, aparecidos el 10 de marzo y que algunos presumen pertenecen a Graciela Mendoza, la niña de 6 años que desapareció de la terminal. Hoy regresará a capital federal con nuevas muestras y hará otro intento por encontrar células con ADN que permitan la identificación.

Según se supo, el trabajo no puede hacerse con las piezas dentales de la víctima porque no tienen con qué cotejarlas. En el caso de Graciela, nunca habría sido llevada al dentista. Por eso esperan tener el ADN para compararlo con el de su madre y de su abuela materna.

El experto que llegó ayer es Eduardo Raimondi, jefe de Inmunogenética de la Fundación Favaloro. Aprovechó su estadía en esta capital para dar una conferencia de prensa junto con el juez de la causa, Juan José Gago, durante la cual intentó aplacar la ansiedad de quienes esperan resultados concretos.

Explicó que estuvo trabajando sobre una pieza ósea del cadáver (el hueso fémur) «en muy mal estado». Se estima que pasaron 30 días desde la muerte hasta que hallaron el cuerpo.

Hablando en general el hueso «tiene características particulares», dijo Raimondi. «El ADN está en células dentro de la masa ósea. Se elige una porción al azar y se necesita un proceso de descalsificación que insumió diez días antes de poder analizar si hay células con ADN».

Continuó: «no quiere decir que fracasó el trabajo. Sabemos que esto puede pasar. Ahora vamos a extraer otra porción del hueso y haremos nuevamente el proceso de descalsificación. A veces encontramos ADN en el primer intento, otras en el tercero y hasta el cuarto. Pueden pasar 90 días hasta obtener un resultado».

En el mismo sentido, admitió que toda la pieza con que cuentan puede hacer naufragar las pericias. «No hay a priori una característica externa que nos diga si va a servir o no».

Por eso, ayer al mediodía estuvo examinando personalmente el cuerpo para observar si hay otras partes en mejores condiciones de ser peritadas. Fuentes de la investigación indicaron que hoy, cuando se resuelva el medio de trasporte para no interrumpir la cadena de frío, Raimondi regresará a Buenos Aires con restos del cadáver que eligió él mismo.

Pero el experto dejó otra frase sugestiva. «No sé nada de la causa, de manera que no sé en qué condiciones estuvo este cadáver. Pero el éxito de las pericias depende del medio químico en el que estuvo».

Según pudo saber este diario, hacia allí apuntará ahora una parte de la investigación. Los pesquisas quieren saber si la contaminación de los restos, que hizo fracasar las pericias, se debe a la acción de agentes naturales (sol, lluvia, calor o frío del medio ambiente) o si en cambio el autor del homicidio ejerció alguna actividad intencional para entorpecer el trabajo de los especialistas.

En ese sentido, pudo ocurrir que el cuerpo haya sido sometido a cal, sal o incluso colocado en un freezer. Esta hipótesis de trabajo se explorará a partir de hoy.

Al mismo tiempo se están desarrollando otras pericias. Una bioquímica de Cipolletti analiza muestras de tierra para establecer cuánto tiempo estuvo depositado el cadáver en ese baldío de la calle Montevideo.

En Buenos Aires, otra experta en entomología tiene bajo el microscopio la fauna cadavérica y del lugar, para cotejarla y llegar por otro camino a la fecha del deceso y la data en que el cuerpo fue depositado en el terreno.

Otro estudio se está realizando en el Instituto Balseiro, donde se examina la pelvis. Allí, los investigadores encontraron huellas de un abuso sexual.

Toda esta batería de pericias, más otras cuya instrumentación está en análisis y que incluye técnicas del FBI, tiene como objetivo identificar el cuerpo y encontrar pistas que conduzcan hacia el autor del homicidio.

En tanto y lejos de los gabinetes, la Policía sigue los pasos de algunos personajes sobre los que se extiende la sospecha para confirmar o descartar datos que han reunido a lo largo de dos meses de intenso trabajo.

«Tenemos todo lo que hay puesto a disposición de esta causa», dicen los investigadores, que cada día sienten el aumento de la presión por la falta de resultados concretos para exhibir.

La familia de Graciela Mendoza recusará al juez

NEUQUEN (AN) – La familia de Graciela Mendoza recusará al juez de instrucción Juan José Gago, quien investiga el hallazgo del cadáver que se cree pertenece a la niña desaparecida hace dos meses en la terminal de ómnibus. Los argumentos son que «ha fracasado en la investigación» y, fundamentalmente, les ha negado la posibilidad de constituirse como parte querellante.

El abogado de los Mendoza, Luis Varela, cuestionó el accionar de Gago, de quien dijo: «armó el circo de la prostitución infantil en la terminal con sus declaraciones» y no les permite constituirse como parte en el expediente «con el argumento de que tiene un NN (cadáver sin identificación), pero sin embargo tomó medidas, como ordenar extracciones de sangre a la familia de la nena, en inequívoco signo de que cree que se trata de Graciela».

Hugo Pastén, un tío de la niña desaparecida, dijo lo suyo: «Sospechamos de todo lo que viene haciendo el juez, desde el momento que nunca nos permitió ver el cadáver y no nos ha informado dónde ni cómo está. Nos enteramos por la prensa de que fallaron los análisis de ADN ¿Cómo confiar ante todo este panorama?», añadió.

Los padres y hermanos de Graciela Mendoza encabezaron ayer un encuentro en reclamo del esclarecimiento del hecho, que organizó el Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos de Neuquén en la explanada de la terminal de ómnibus.

Cerca de doscientas personas, con velas encendidas y marcado recogimiento, participaron de la ceremonia religiosa que contó con la presencia del obispo de Neuquén, Agustín Radrizzani, pastores de iglesias evangélicas, dirigentes políticos, funcionarios de la justicia y público de todos los estratos sociales. Se observó la presencia de los padres de las víctimas del triple crimen de Cipolletti, las chicas González y Villar.

Varela dijo que en los próximos días planteará la recusación de Gago ante el Tribunal Superior de Justicia, donde ya presentó una queja contra el juzgado. «En su negativa a que nos constituyamos como querellantes el juez entra en una incongruencia. Por un lado investiga a la familia y por otro no nos informa de nada y nos inhibe de la posibilidad aportar datos, estudios, análisis, que nosotros también estaríamos en condiciones de realizar», sostuvo.

El acto de ayer fue convocado para «mantener la imagen de una niña desaparecida, porque tenemos miedo de que la sociedad haga diferencias entre chicos como Graciela y otros», dijo Coco Mantilaro, miembro de la entidad organizadora del encuentro de ayer.

«Graciela, te esperamos en casa», escribió una de las hermanas de la nena desaparecida en una gran lienzo blanco.

El obispo Radrizzani señaló que «este hecho que vivimos y sufrimos se parece a lo que pasa a nivel mundial», donde hay niños sometidos al comercio de la prostitución. «Es el momento de tomar conciencia de que los menores son lo más importante de la sociedad», concluyó.

De la cordillera a Neuquén

NEUQUEN (AN)- El doctor Eduardo Raimondi es considerado una eminencia por medios judiciales de la provincia. Para ellos, es una garantía que se esté ocupando personalmente de las pericias en el cadáver de la niña aparecido hace casi un mes.

Raimondi es jefe de Inmunogenética de la Fundación Favaloro, en la capital federal.

Actualmente está trabajando en la identificación de los cuerpos encontrados en la cordillera de los Andes, entre los restos de un avión inglés caído en el cerro Tupungato en 1947.

El avión, un Avro 691 Lancastrian, trasportaba seis pasajeros y cinco tripulantes y había sido utilizado como bombardero en la segunda guerra mundial. El 2 de agosto de 1947 perdió altura cuando se dirigía hacia Chile y se estrelló a 5.500 metros de altura en el cerro Tupungato.

Una expedición, a fines de febrero pasado, logró rescatar tres torsos, una mano y parte de un pie. Todo el material fue remitido al gabinete de Raimondi, quien realiza estudios para extraer el ADN y establecer la identidad.

Ayer, el experto estuvo en Neuquén y examinó personalmente el cuerpo aparecido en esta capital. Eligió cuidadosamente algunas partes que se llevará a capital federal para continuar el trabajo.


Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios