Jardín: Espadas de San Jorge, vistosas y fáciles de cuidar

Lo explica Mirtha Sobarzo, que hace un año abrió un vivero en Neuquén como proyecto para su jubilación. Es técnica radióloga del Castro Rendón y después de un 2020 intenso, busca un remanso.

La Sansevieria, espada de San Jorge o lengua de suegra es una planta de mucha presencia. Las hay altas, con hojas en forma de espada y, también, enanas y en forma de roseta.
Es de origen africano y asiático y pertenecen a la familia de las Liliaceae. “Es conocida comúnmente como espada de san jorge, lengua de suegra o cola de vaca. Sus hojas son gruesas y poseen un bordeado amarillo en los extremos”, comenta Mirtha Sobarzo del “Vivero del Bajo” de Neuquén, al ser consultada por RÍO NEGRO.


La flor crece como una espiga hacia arriba. No es muy grande pero tiene un suave perfume, lo que le da otro valor ornamental. No siempre florece, porque como es una planta exótica y realmente no está es su hábitat natural, no siempre se desarrollan las flores y frutos.
Según Mirtha, esta planta puede crecer hasta 240 centímetros y no requiere muchos cuidados, se adapta a cualquier ambiente. “Es de poco riego: en verano cada dos o tres días, y en invierno más espaciado, una sola vez por semana”, explica la experta.

“En cuanto al sustrato, debe ser de buen drenaje para evitar que se pudra ya que la planta es de pocas raíces, pero muy generosa en su reproducción”, explica Sobarzo.
Las hojas son ligeramente gruesas y con llamativas marcas que surgen desde un grueso rizoma que va justo por debajo de la superficie del compost. Se debe tener mucho cuidado de no dañar las puntas de las hojas ya que afectaría su crecimiento.
La más conocida de la Sansevierias, es la planta alta, y la especie se denomina Sansevieria trifasciata.
Esta variedad posee márgenes de color verde dorado intenso, a lo largo de toda la extensión de la hoja.


Cada una de estas plantas acepta una amplia gama de condiciones de luz y también pueden tolerar períodos de sequía.
En primavera y verano es necesario asegurar un compost adecuado y si está en maceta verificar que la capacidad sea del tamaño acorde a la planta para que cuente con un buen material de drenaje. En verano, la planta disfruta de luz brillante, incluso de pleno sol.
A la sansevieria se la debe tratar como suculenta cuando se trata de riego. Nunca regar en exceso, dado que el rizoma está enterrado en el compost y puede pudrirse con facilidad.
En otoño e invierno, necesita que le garanticen el lugar más luminoso posible. Durante esta época precisa de muy poca agua, pero se debe cuidar de mantenerla lejos de las corrientes de aire.
Cuando las altas alcanzan los 15 cm, y las plantas de la roseta los 5 cm, pueden propagarse por división, siendo esto realmente beneficioso si la planta ha crecido demasiado. Se las divide en primavera antes de que comience el nuevo crecimiento.
¿Cómo? Quitar la planta del recipiente y remover con cuidado todo el compost de las raíces.


Para las plantas altas que tienen hojas en forma de espada, se debe cortar el rizoma en tres partes dependiendo del tamaño y dejar un par de hojas con raíces en cada una.
Para las plantas que tienen forma de roseta, también se corta el rizoma dejando en cada sección una de las rosetas en crecimientos que ha empezado a desarrollarse a lo largo de los estolones que salen del rizoma principal.
Los esquejes de hoja tienen que obtenerse en verano cuando la planta está creciendo con fuerza. Para hacer esquejes de una hoja se deben cortar secciones de 5 cm de largo y dejarlas que formen callos. Insertar la mitad inferior de cada sección en compost de cultivo y, las plántulas podrán crecer a partir de las superficies cortadas. Se pueden plantar dos o tres en un recipiente de 8 cm.
Si las hojas empezaran a pudrirse en la base y aparecieran manchas de color marrón, sobre todo en invierno es una señal inequívoca de putrefacción provocada por el exceso de agua.
Se recupera retirando la planta del tiesto, se corta las partes del rizoma afectada y se deja secar durante algunos días. Se eliminan las hojas dañadas y se plantan nuevamente.
Las sansievierias precisan de muy buena luz para conservar su atractivo veteado. Las manchas blancas en las hojas y velludas suelen provocarse por la cochinilla algodonosa, y las ampollas marrones son una señal clara de un ataque de cochinillas.
Para deshacerse de estas visitas indeseables, se aconseja el uso un paño empapado en alcohol metílico.


Una joven historia


Con 55 años, Mirtha Sobarzo emprendió el vivero para dedicarse una vez jubilada.
El 2020 fue un año muy duro para todo el personal de salud. Hace 32 años que Mirtha se desempeña como técnica radióloga en el Hospital Castro Rendón en turno mañana. “En todo el transcurso de mi carrera nunca viví un año tan atípico”, comenta la mujer y asegura que la pandemia ha requerido mucho más trabajo y más atención diariamente. “Fue un año muy duro, sin descanso, con vacaciones suspendidas y guardias excesivas”, señaló.
El vivero es el cable a tierra. “Dedicar parte de mi tiempo a árboles, plantas, y hablar de algo que no sea tema de enfermedad, es muy gratificante”, expresó la profesional.


“El vivero del bajo”, ubicado en Intendente Carro 606 es un emprendimiento familiar que arrancó hace un año y medio. “Todo empezó un domingo, hablando con mi padre. Poder concretarlo desde el patio de mi casa – por chico que sea – es muy alentador asegura la profesional que no pierde la esperanza de que el avance del virus Covid-19 sea mas controlado a medida que la gente se vaya vacunando y se cuide como debe.


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