Jardín: venus atrapamoscas, las alucinantes plantas carnívoras

Hoy repasamos una de las plantas “trampa” más famosas e icónicas: la venus atrapamoscas. ¿Cómo surgen? ¿Cuáles son los cuidados necesarios? Alejandro Sánchez, dueño del vivero Marielis, nos cuenta todo lo que tenemos que saber sobre este ejemplar.

En esta ocasión hablaremos de la famosa “venus atrapamoscas”, cuyo nombre científico es “dionaea muscipula”. Es una planta pequeña cuya estructura está formada por una roseta, de cuatro a ocho hojas, que surgen de un corto tallo subterráneo de forma bulbosa.


Cada tallo alcanza una altura máxima de entre 3,5 a 10 centímetros, dependiendo de la época del año. Posee hojas modificadas en forma de mano, con las cuales atrapa a su presa en menos de un segundo. Los insectos son atraídos a las trampas por el néctar dulce que éstas producen en los bordes y por su color rojizo.

Se reproduce de forma similar a muchas otras plantas: polinización o reproducción sexual. Los insectos transfieren el polen de los estambres de una flor al pistilo de otras. “Lo adecuado para su reproducción es tener dos floreciendo de forma simultánea. Entonces podremos reproducirlas y recolectar sus semillas”, explica Alejandro Sánchez, del vivero Marielis de Centenario.

Las partes reproductivas masculinas de la flor (estambres) maduran antes que las femeninas (pistilos), esto ocurre para evitar la autopolinización de la planta.

Una vez que se realiza la polinización cruzada, las semillas madurarán en unas cuatro o cinco semanas, y ya estarán listas para ser plantadas de manera inmediata.

La trampa atrae a los insectos mediante un néctar dulce producido en sus bordes.


Pero, ¿cómo son los cuidados de una planta carnívora? La venus atrapamoscas se debe colocar en un lugar luminoso, al reparo de la lluvia. Le gusta el sol directo. En invierno debe evitar lugares calefaccionados, ya que necesita frío para hibernar.

El riego debe ser continuo por bandeja (se debe ubicar la maceta sobre una bandeja plástica y el agua se coloca en la bandeja, nunca sobre la maceta) y siempre con agua de lluvia, destilada o de ósmosis inversa.

La venus es famosa por cerrarse de golpe y atrapar a cualquier criatura que tenga la mala suerte de vagar cerca, aunque algunos insectos no son presa porque son “polinizadores” que ayudan a la planta a reproducirse.

Esta planta se cierra cuando algo roza dos veces los pequeños pelos táctiles del centro de la hoja. Para que una planta carnívora detecte a sus presas, estas son atraídas por un aroma afrutado (néctar secretado que cuenta con la ayuda de pelos sensores) en la superficie de sus hojas de captura. La venus atrapamoscas es una roseta inocua y las láminas de sus hojas forman trampas dentadas. El exterior de las trampas generalmente tiene un color verde, mientras que los interiores tienen un pigmento rojo.

La floración de la “venus atrapamoscas” comienza entre fines de la primavera y principios del verano.


Sobre el borde de cada lóbulo hay entre 14 y 20 dientes que apuntan a la presa. Su tallo puede alcanzar hasta 30 centímetros de altura, mientras que la cápsula de las semillas es plana y contienen una sola semilla. Al momento de que sus dientes se cierran, se clavan tan rápido que evitan que la presa escape. Una vez que se ha producido el cierre, los dientes quedan apuntando hacia el exterior y la trampa se encuentra bien sellada, mediante la intervención de los jugos digestivos liberados por ciertas glándulas, dentro de la pared interior de la trampa desintegran lo engullido. La digestión tarda entre 7 y 10 días, luego de lo que la trampa se abrirá nuevamente e iniciará otra cacería, o simplemente tendrá lugar la fotosíntesis.

La floración comienza entre fines de la primavera y principios del verano, cuando la planta produce un largo escapo floral con un racimo de hasta diez flores blancas; cada una con cinco sépalos, cinco pétalos, alrededor de doce estambres y un pistilo compuesto. Los capullos terminales abren antes, continuando en secuencia descendente hasta que llegan a abrirse los de la base

Existen otras variedades conocidas como sacarrenia, drosera y nepenthes; y todas están en el vivero Marielis, en Centenario.


Algunos consejos para sus cuidados



1. Es importante que las plantas consuman un poco del sol de la mañana o de la tarde, mínimo 4 horas.

2. No es necesario proveerles insectos.

3. Otro aspecto clave es no tocar las trampas, porque esto disminuirá su capacidad de caza.


4. Las venus no deben ser regadas nunca con agua corriente, de pozo, ni mineral.

5. Nunca hay que agregarle ningún tipo de fertilizante o abono.

6. Último, pero fundamental, no hay que exponer a la “venus atrapamoscas” a insecticidas o productos agresivos.


Una historia online con final feliz



Alejandro Sánchez decidió que el amor fuera el eje central en su destino. Oriundo de Regina, residía en Cinco Saltos y había entablado una relación online con Marielis Peréz. de Venezuela. Con ella decidieron ensamblar sus respectivas familias con sus hijos Sheila, Cristel, Carlos y el fruto de esta unión, Milo.

En sus vacaciones del 2018 perdieron todos los documentos en un supermercado. “No sabíamos que hacer con el dinero de las vacaciones”, cuentan Alejandro y Marielis a RÍO NEGRO.

Por Facebook descubren que alguien vendía venus atrapamoscas. “En ese momento decidimos vender en nuestra zona”, recuerda Alejandro. Inmediatamente buscaron proveedor y se capacitaron para brindar una buena guía a los clientes.

Se dieron a conocer a través un perfil cuyo nombre es el de Marielis, “porque es bonito y poco común” dice Alejandro, y así dieron marcha a esta nueva etapa en sus vidas, un 4 de febrero de 2018 en Cinco Saltos.

Alejandro y su familia, con el Resto-Vivero Garden en el horizonte.


La demanda se incrementaba entonces incorporaron más variedades realizando repartos y entregas en puntos de encuentro. Así fueron armando su “vivero-hogar”, que era un paseo por toda la casa, porque las plantas ocupaban las escaleras y hubo que mudarse.

Un 14 de septiembre de 2019 buscaron el abrazo de la sociedad de Centenario, que los recibió con mucho cariño. Con la pandemia tuvieron muchos tropiezos para poder abrir y atender a sus clientes ya que no eran considerados esenciales, además de la odisea que debían hacer para cruzar los puentes. “A pesar de todo los impedimentos, la gente venía a comprar plantas”, cuenta Alejandro.

Surgió la posibilidad de alquilar el local de al lado, entonces pensaron en formar un “Resto-Vivero-Garden” ubicado en calle Los Eucaliptos 550 de Centenario: un restaurante en medio del vivero. “Allí ofreceremos confitería, desayuno, almuerzo y cena donde la gente además podrá recorrer el vivero y regalarse una planta” concluyó Alejandro.


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