Caso Rafael Nahuel: qué declaró el último prefecto, acusado de efectuar el disparo mortal

El albatro Guillermo Cavia habló hoy y admitió haber disparado a una persona encapuchada. Reflotó la teoría del enfrentamiento armado con la comunidad mapuche. Las contradicciones y lagunas del juicio siguen abiertas a una semana de los alegatos.

Con un relato por momentos sobreactuado, plagado de gestos faciales y con algunas trabas; declaró este martes el último albatro que faltaba por el crimen de Rafael Nahuel, Guillermo Cavia. Contuvo el aire y dio su versión de los hechos el prefecto que disparó el proyectil que mató al joven mapuche, según la acusación fiscal. 

El último albatro en declarar en el juicio volvió a reflotar hoy la teoría del enfrentamiento armado por parte de la comunidad mapuche, que ya se había echado por tierra en el transcurso de las 18 audiencias, según los relatos de la amplia mayoría de los testigos, incluso de algunos de la propia Prefectura quienes no confirmaron haber visto armas de fuego.  

El de Cavia era un testimonio clave por estar imputado en la causa en carácter de autor del delito, junto a otros cuatro prefectos acusados de coautores, Francisco Pintos, Carlos Sosa, Juan Obregón y Sergio García. 

Cavia admitió, en una audiencia express en Roca, haber disparado a una persona “encapuchada” a quien no le vio la cara, y le apuntó a la zona baja de las piernas. Se escudó en que lo hizo para que “cesara la agresión” ante un ataque armado que sufrió. Dijo que ese día pudo distinguir un «revólver» en manos de los “ocupantes”.

Según la cronología de los hechos de Cavia, la granada de aturdimiento, arma no letal tantas veces citada en las audiencias, se utilizó no para disuadir el supuesto ataque cuando inició, sino para poder descender luego de que él ya hubiera disparado con su arma letal.  

Las contradicciones entre las declaraciones de los prefectos quedan abiertas y todavía no se explica desde la defensa la presencia de más de 30 vainas servidas de la Prefectura en la escena del crimen.

Luego de una inspección ocular en el terreno seis años después, hoy terminó definitivamente la etapa de prueba del juicio por el crimen del mapuche de 22 años asesinado el 25 de noviembre de 2017 en medio de un conflicto por recuperación territorial en Villa Mascardi.

Caso Rafael Nahuel: «Nosotros fuimos perseguidos»


“En el cumplimiento de la orden judicial y el ejercicio de mi facultad como funcionario público yo ejercí lógicamente la legítima defensa, sobre un grupo de personas que me estaban disparando y atacando con armas de fuego y otros objetos contundentes”,  lanzó esta mañana el prefecto naval Cavia, asesorado por su defensor particular Marcelo Rochetti, desde Buenos Aires. 

“(Esos objetos) estaban diseñados y construidos para lesionarme o causar un daño mucho peor, por lo cual yo no tuve otra opción más que evitar y neutralizar este tipo de agresión, dado que se encontraba en riesgo mi vida y la vida de mis propios compañeros”, continuó su relato.  

“Escuchamos un grito que se entendía como una arenga de combate, pero no provenía solamente de dos personas sino de un número mucho mayor que nosotros no habíamos visualizado”, dijo el prefecto. 

Según su testimonio, ese grupo que eran más de quince personas (de la comunidad) empezó a bajar “con sus rostros completamente cubiertos, con lanzas y objetos contundentes en sus manos y bajaban en formación”, detalló. 

El albatro dijo se mantuvo escondido detrás de la vegetación y que luego de agotar todos medios para salvaguardar su integridad física, hizo uso “progresivo racional de la fuerza, establecido en los protocolos de actuación para el personal de fuerza de seguridad”.

“Voy a aclarar que no perseguimos en ningún momento a nadie, (...) por lo contrario nosotros fuimos perseguidos, por eso tuvimos que bajar montaña abajo y más allá de cómo se hayan encontrado recuperado de estas vainas (en la inspección ocular), no hubo una persecución”, dijo el albatro, integrante de la fuerza de elite. 

Ante este planteó criticó que el terreno se haya peritado diez días después de los hechos siendo que “quedó completamente en manos de estos ocupantes”, argumentó, sembrando dudas sobre la investigación. 

En su declaración, el imputado Guillermo Cavia también se refirió a la hipótesis de la transferencia de residuos de disparo a los detenidos de la comunidad mapuche -Lautaro González y Fausto Jones Huala- quienes bajaron a Rafael Nahuel herido desde la montaña. 

Caso Rafael Nahuel: más prueba tras la inspección ocular


El albatro que declaró hoy pidió que se incorpore a la prueba el trabajo que citó una de las testigos de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) donde se asegura que las posibilidades de transferencia son “relativamente bajas” y solicitó que se perite el patrullero de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) donde se tomaron las muestras. 

Finalmente, el tribunal decidió a último momento formalizar la incorporación de tres pruebas: la cartografía de la inspección ocular detallada con el mapeo del hallazgo de las vainas servidas, realizado en la escena del crimen el martes 24 de octubre, el trabajo de investigación sobre la transferencia de partículas solicitado por el acusado Cavia y el informe pericial antropológico que había pedido el abogado querellante Sebastián Feudal.

Por otro lado, el juez Alejandro Silva, como presidente del tribunal, informó que no hicieron lugar al pedido de pericia al patrullero de la PSA pedida hoy por el acusado, por encontrarla “extemporánea e inoficiosa”.

Ahora, el juicio se encamina a los alegatos de clausura que empezarán la semana que viene en dos jornadas, el 7 y 8 de noviembre. 


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