Cómo sigue el juicio a la tía por abuso sexual: «Hay muchísimos casos que no fueron contados»

La denunciante, sometida por su tía durante una década en Regina, hoy busca concientizar y que se conozcan más casos, sobre todo de abuso intrafamiliar. Cuándo se retoman las audiencias en la Ciudad Judicial.

El caso de abuso sexual infantil y corrupción de menores por el que Erna Vidal Sandoval, una mujer de Regina, está acusada de someter a su sobrina durante diez años, llegó a juicio el martes pasado y todavía no termina el debate en la Ciudad Judicial de Roca, tras varias reprogramaciones.

Mientras transcurren las audiencias, la joven denunciante -Camila- decidió convertir la dolorosa instancia judicial en una posibilidad reparadora para ella misma y para otras víctimas. Busca que el dolor se vuelva solidaridad y prevención, y así poder ayudar a quienes hayan sufrido abusos.

«El motivo de todo esto es visibilizar que estos hechos sí suceden y sobre todo en el contexto familiar. Sí sucede que personas que no creen en los abusos sexuales y personalmente creo que quién no te cree y no te apoya, no vale la pena», comentó la joven tras varias entrevistas en medios de comunicación y sus propias redes sociales.

«Aunque sea difícil de creer, hay muchísimos casos de abuso que fueron denunciados; pero hay muchísimos más que no fueron contados y mucho menos llevados a la justicia».

Camila, denunciante

La chica es de Regina y había denunciado penalmente abusos sexuales por parte de su tía política hace un poco más de dos años. Los hechos habían ocurrido sistemáticamente durante una década, desde sus cinco hasta sus 15 años mientras la mujer la cuidaba en horas laborales de la madre.

Es por esto que la joven busca «generar conciencia» y que más personas, adolescentes y niños se animen a denunciar, «abrir espacios para que muchas más personas se animen a hablar del dolor que cargan», sentenció.

“Yo lo hice para que se difunda porque estoy convencida de que esta persona lo hizo también con niños y niñas”, comentó a este medio.

«Sacarse el peso de la culpa»


Para Camila, la situación de abuso vulnera y da culpa a la víctima, en muchos casos. Desde su lugar, dijo que hablar ayuda a alejar ese sentimiento y dárselo a quien corresponde. «Culpable es quien cometió el delito de abuso. La víctima es la que sufrió el daño y las consecuencias del mal actuar del psicópata». «La víctima no provocó, no generó, ni deseó que eso le pase», soltó a través de declaraciones públicas.

La joven no cuenta con abogado querellante y está acompañada por su madre y su terapeuta durante todo el proceso. Declaró el primer día y no volvió a asistir a las audiencias. Sigue el juicio desde lejos, mientras tanto da publicidad a sus vivencias para cumplir con esta misión.

Cómo sigue el juicio


El juicio iba a concluir el jueves pasado con los alegatos de clausura, pero finalmente se retrasó y todo pasó para esta semana. Según información que brindaron desde el Ministerio Público Fiscal, mañana miércoles 22 será el día en que se reanudarán las audiencias con más testigos, previo a los alegatos.

Los testimonios que ofrecieron las partes, el fiscal Juan Carlos Raile Luppi y el defensor Juan Pablo Chirinos, declaran a puertas cerradas, sin público presente y de manera presencial o virtual. Aún restan testificar algunos.

Los alegatos configuran la etapa del juicio en la que las partes -defensor y fiscal en este caso- exponen con fundamentos porqué si o porqué no la encuentran culpable (a la acusada) de los delitos que se le imputaron.

Luego de los alegatos y el veredicto -en el caso de que se la declare penalmente responsable- se abrirá la etapa del juicio de cesura, días después. Allí las partes realizan sus pedidos de pena, que en este caso podrían ser entre 3 a 12 años de prisión efectiva. Por último, los jueces deliberarán y resolverán una condena.

El tribunal que juzga el caso está compuesto por los jueces Laura Pérez, Fernando Sánchez Freytes e Ignacio Pellizón.

La carátula del caso es “abuso sexual con acceso carnal, agravado por su condición de guardadora de la menor, en un número indeterminado de veces que concursan de forma real entre sí, en concurso ideal con el delito de corrupción de menores agravado por la edad de la víctima; todo ello a título de autora”. De ser hallada culpable, la mujer podría afrontar una pena que va de tres a doce años de prisión.


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