«Decime que saqué a todos los nenes»: la angustia por el incendio en el que murió un bebé en Añelo

Este viernes se escucharán los alegatos en el juicio contra Marcelo Barrera, acusado de provocar el incendio que causó la muerte de un bebé en Añelo. Durante las audiencias se expusieron las condiciones de vulnerabilidad en las que vivía la familia de la víctima.

Los jueces dirán en su veredicto si Marcelo Barrera fue o no el autor del incendio que causó la muerte de Genaro, el bebé de 10 meses que murió atrapado por el fuego la madrugada del 19 de julio de 2024, en el barrio La Meseta de Añelo. Pero los cuatro días de juicio oral sirvieron para algo más que ventilar pruebas de un crimen puntual: dejaron al descubierto cómo viven muchas familias en la capital de Vaca Muerta.

Este viernes serán los alegatos. La fiscalía pedirá que se declare responsable a Barrera, un hombre oriundo de Zapala con antecedentes por delitos contra la propiedad que en Añelo encontró su primer trabajo registrado, y la defensa pública dirá que las pruebas son insuficientes.

Quienes declararon en las jornadas del juicio que comenzó el lunes fueron policías, peritos, pero también vecinos, vecinas, asistentes sociales, psicólogas. Cada uno aportó una pieza que permitió saber cómo era el entorno de Genaro.

La madre y su pareja


Describieron, con cierta crudeza, los problemas de adicciones de su madre Eliana Rebeca Melo (38). Había llegado a Añelo unos meses antes huyendo del padre de Genaro, quien le quemó la casa que tenía en Centenario.

Estaba (está aún) en pareja con Cristian Costelo, un hombre sobre el cual la defensa de Barrera proyecta sospechas. En esa época ocupaban una vivienda de un plan sin terminar, en el barrio La Meseta. El único servicio que tenían era electricidad porque se colgaron de la red.

«Se pasaban el día alcoholizados, drogados», dijo una vecina que reconoció que les hacía las compras a cambio de marihuana. Ellos casi ni salían de la casa.

Asistentes sociales comprobaron que dos hijas de Eliana -de 6 y 8 años- no iban a la escuela, no estaban vacunadas, a veces no comían, y podían pasar semanas sin bañarse. Hoy viven con su abuela.

Peleas constantes


«Ellos dos se lastimaban mucho, todo el tiempo. Una vez fui a la casa y había sangre por todos lados. Se peleaban y volvían a estar juntos», relató la vecina que les hacía los mandados. «Ella no tenía problema en romperle una botella en la cabeza delante de las hijas», agregó.

Otras personas del barrio dijeron que ni sabían los nombres de la pareja. Para algunos ella era Rebeca, o La China, y él «el Gitano». Los evitaban, porque «eran violentos» entre sí y con los demás. Las veces que intervino la policía o las asistentes sociales del municipio fue por denuncias de vecinos.

La madrugada del incendio


La madrugada del hecho, Eliana, Costelo y el ahora imputado Barrera se juntaron a tomar vino. A muchos les llamó la atención, porque las cosas no estaban bien entre ellos. Las niñas y el bebé dormían en una habitación.

Empezó una discusión que terminó con empujones en la vereda y promesas de venganza.

Eliana se acostó dormir, Costelo se escondió en una casa vecina, Barrera caminó hasta la vivienda cercana donde le daba hospedaje un amigo de Zapala.

Poco después empezó el incendio, sin testigos presenciales. Los bomberos confirmaron que fue intencional.

La mujer salió corriendo de la casa con las dos nenas; Costelo intentó entrar para buscar a Genaro pero el fuego se lo impidió. Dice que no recuerda qué pasó después.

«Te juro que yo no fui»


Una vecina relató en el juicio que lo encontró cuando le practicaban reanimación, y que el hombre repetía: «te juro que yo no fui, fue el otro gil», en alusión a Barrera.

También le pedía: «decime que saqué a todos los nenes». Para entonces ya se sabía que Genaro no había sobrevivido. La policía le pidió a la vecina que no le contara la verdad.

Ella obedeció, pero no se privó de reprocharle al Gitano: «yo les dije que esto no iba a terminar bien».

El tribunal de juicio está integrado por Federico Sommer, Raúl Aufranc y Luciano Hermosilla. Por la fiscalía intervino la asistente letrada Carolina Gutiérrez (la acompañó en breves tramos el fiscal Andrés Azar) y por la defensa pública la defensora de Circunscripción, Laura Giuliani, y la defensora Carolina Johanssen.


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