La principal prueba de ADN por el femicidio de Agustina fue contaminada por una policía
Se desconocen las razones por las cuales había rastros genéticos de una agente del gabinete de Criminalística en la prenda de vestir. El defensor de Pablo Parra adelantó que pedirá precisiones de esa pericia.
La revelación que se hizo en la audiencia sobre la contaminación de la prueba principal en el femicidio de Agustina no hizo más que confirmar el adelanto de RIO NEGRO respecto del desmanejo de la escena del crimen. El defensor de Pablo Parra, imputado por el femicidio de la joven en Cipolletti, adelantó que pedirán detalles de cómo se obtuvo esa prueba. Para Juan Coto hubo irregularidades en ese procedimiento.
Por lo que pudo reconstruir este medio, una agente del gabinete de Criminalística contaminó la prueba por falta de recursos para conservar las muestras que se obtuvieron en la escena. Si bien marca la falta de profesionalismo y experiencia para trabajar en un caso tan delicado, sin la identidad de ese segundo ADN la causa seguiría en foja cero.
Algunos meses después del hecho, en la radio estatal LU19, la ministra de Seguridad Betiana Minor dijo que el esclarecimiento del caso era prioridad en la provincia y que el Ministerio Público Fiscal tenía “mucha” evidencia en la causa. Sin embargo, se supo en la audiencia del viernes que las pruebas estaban contaminadas por la propia policía que conduce la abogada a cargo de la cartera estatal.
En la audiencia, el defensor Juan Coto, rápido de reflejos, le pidió a la fiscalía precisiones sobre el ADN que contenía el ya famoso trozo de tela azul que compromete a Pablo Parra. Al principio la investigación naufragó porque había muchísimos perfiles y por eso la pesquisas se orientaron a compararlos con presos de la zona, que podrían ser sospechosos del terrible ataque a Agustina Fernández.
Incluso se llegó a tener en la mira a un hombre que había ejercido violencia de género contra su expareja y que fue detenido por violar una prohibición de acercamiento. Había muchísima expectativa con ese ADN pero el resultado dio negativo. Nuevos estudios confirmaron después que había perfiles de Pablo Parra junto con el de otras personas.
Un allegado a la investigación sugirió entonces iniciar un procedimiento de “descarte” con toda la gente que había intervenido en el caso.
El fiscal Santiago Márquez Gauna lo explicó con la elocuencia que lo caracteriza. En ese momento se priorizó la vida de Agustina y por eso no fueron resguardadas debidamente sus manos y el resto de su cuerpo y la vestimenta. Se autorizó a médicos, camilleros y enfermeros a practicarle a la joven todos los procedimientos necesarios para salvarla, algo que finalmente no ocurrió.
Lo que no tuvo explicación fue la prueba en el alambre de púa que avala la hipótesis de que Pablo Parra entró por el paredón (allí se enganchó su pantalón azul) y dejó su pisada en la parrilla y en una mesa del jardín interno.
Quién debe cuidar la escena del crimen
Esas mismas fibras obtenidas en la concertina fueron halladas en la calza de Agustina. ¿Cómo fue que apareció el ADN de la policía en la principal prueba del caso?, una pregunta que todavía nadie responde.
¿Quién o quiénes son los responsables de cuidar las escenas criminales? ¿En el caso de Agustina mandaron personal con experiencia o es cierta la versión de los inexpertos? ¿Alguien investiga los procedimientos? Hay un triste prontuario de antecedentes con femicidios impunes en Cipolletti y en gran medida responde a las fallas en la investigación.
El giro que tomó la causa casi seis meses después del hecho lleva tranquilidad al Ministerio Público Fiscal porque tienen un sospechoso y están seguros que fue el autor del crimen. Sin embargo, no hay que perder de vista las irregularidades en el proceso de investigación por la falta de rigor de las fuerzas policiales y que dependen directamente del ministerio de Seguridad.
Otra prueba clave
Además del ADN hallado en el alambrado del patio de la vivienda donde se cometió el crimen, hay otro indicio que terminó de inclinar la balanza para incriminar a Parra.
El perito que contrató la familia logró establecer que el auto del imputado circuló en las cercanías del complejo dentro del horario donde contó que había realizado una serie de diligencias; entre ellas ir a la casa de sus padres y comprar helado y cerveza en dos comercios distintos.
Se presume que fue el recorrido que hizo para regresar al complejo, ingresar por atrás a su casa y atacar a Agustina. Parra quedó imputado por el delito de femicidio y le dictaron seis meses de prisión preventiva el viernes pasado.
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