Muerte del soldado en Zapala: indagaron al acusado de encubrimiento

Es un soldado voluntario acusado de destruir pruebas. Se presentó este martes en el juzgado federal de Zapala. La investigación del homicidio sigue empantanada.

Un soldado voluntario de Zapala declaró este martes acusado de encubrimiento, en el contexto de la investigación de la muerte de otro soldado, Pablo Gabriel Córdoba (21) ocurrida el 1 de junio pasado en el Grupo de Artillería 16 de Zapala.

El imputado, Brian Abel Jara, se presentó en el juzgado federal asistido por el defensor oficial Gabriel Rouret. De la indagatoria participaron además el juez federal subrogante Hugo Greca y la fiscal federal interina Karina Martínez Stagnaro.

En cambio no pudo participar el abogado Maximiliano Orpianessi, quien representa a los padres de Córdoba, porque el juez no le hizo lugar para que intervenga como querellante. Orpianessi apeló esa decisión y pidió que la indagatoria se suspenda hasta que la Cámara resuelva, pero Greca no esperó y el acto se realizó en la mañana de este martes.

En medio del hermetismo que suele rodear toda la actuación del magistrado, al menos de manera oficial, no trascendió el contenido de la declaración del soldado. Sólo se supo que ofreció su versión de los hechos.

Contradicciones: de testigo a imputado


Jara declaró al menos cuatro veces como testigo cuando la causa estaba caratulada como «muerte dudosa». Se trata de la primera persona que encontró a Pablo, el 1 de junio alrededor de las 6:15 de la mañana.

En sus cuatro testimoniales incurrió en contradicciones y omisiones. La más grave, es que ocultó que había filmado a su compañero tirado en el piso, con los dos balazos en la cabeza. Tampoco reveló desde el primer momento que compartió ese video con otro voluntario, con su ex pareja y con una tía.

Cuando Jara no tuvo más remedio que admitir que había grabado el video, el juez Hugo Greca no le secuestró el teléfono celular. Esa decisión inexplicable motivó que se perdiera una prueba fundamental.

El video, irrecuperable


Para cuando le secuestraron el teléfono, Jara ya había borrado el video y después denunció el robo del aparato que fue rápidamente recuperado por una eficaz labor de la justicia de la provincia de Neuquén.

En tanto su pareja reseteó el celular, su tía declaró que se le cayó al agua su aparato, y el soldado que también lo recibió dijo que nunca alcanzó a verlo.

Al día de hoy es imposible recuperar esa filmación, que según Jara dura un segundo aunque nadie puede saber si es verdad.

En los momentos posteriores al hallazgo de Córdoba herido de muerte, el imputado envió además audios que también fueron eliminados.

Algunas dudas que aún persisten


La acusación en su contra es por haber destruido datos, material fílmico y pruebas del homicidio de Pablo Córdoba, de manera intencional.

Si la filmación se hubiera protegido, se despejarían las dudas respecto de la posición del cuerpo de Pablo; si tenía colocado el chaleco o no, dónde estaban el fusil FAL y el cargador, entre otros misterios que rodean al crimen.

El juzgado federal estuvo vallado y con refuerzo de custodia, como ocurrió el 1 de diciembre pasado para la marcha para reclamar justicia.

Como se sabe, el primer y único detenido por la causa -luego liberado- fue un docente que realizó pintadas artísticas al que el juez le abrió una causa.

Las vallas habrían sido solicitadas al municipio de Zapala y al juzgado federal de Neuquén. El personal policial de refuerzo también vino de la capital provincial. El costo de semejante despliegue no fue suministrado.


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