Otoño Uriarte: qué esperan Fiscalía, la querella y las defensas del veredicto que se conocerá este miércoles

El veredicto por el crimen de Otoño Uriarte marcará el fin de una larga espera. Los alegatos finales del juicio fueron en diciembre y resta conocer la decisión del tribunal. La sentencia será leída este miércoles.

Los pasillos del tribunal de la Cuarta Circunscripción Judicial en Cipolletti fueron testigos de una historia que lleva casi dos décadas esperando justicia. La imagen de Otoño Uriarte, una adolescente de 16 años desaparecida en 2006 y hallada muerta en 2007, apareció en cada audiencia y fue nombrada en cada testimonio. Mañana se conocerá el resultado de este proceso donde se analizaron pruebas claves, contradicciones y las posturas durante el juicio.

En este tramo final del juicio, la Fiscalía y la querella coincidieron en el pedido de culpabilidad de los imputados, mientras que las defensas insistieron en la falta de pruebas concluyentes.

Hace 40 días, la fiscal Teresa Giuffrida abrió su alegato final con una tesis clara: la bicicleta que utilizó Otoño el día de su desaparición es la prueba clave del crimen.

Su argumento se sostuvo en un detallado análisis de pruebas periciales, testimonios y contradicciones en las declaraciones de los imputados. «No fue un hecho al azar. Hubo planificación», afirmó Giuffrida ante el tribunal. Pidió que los acusados sean declarados culpables de privación ilegítima de la libertad calificada y homicidio agravado.

Los indicios se acumularon en su exposición: un trozo de nylon hallado cerca del cuerpo de Otoño, vinculado genéticamente a uno de los acusados; testimonios de personas que aseguraron haber escuchado confesiones; y la falta de coherencia en las coartadas de los sospechosos.

Uno de ellos, Germán Antilaf, aseguró inicialmente que ya no vivía en la zona cuando ocurrió el crimen, pero luego testimonios reconocieron su presencia el día clave, debilitando su propia defensa.


Los alegatos de la querellante y las palabras del papá de Otoño Uriarte: «Nos hicieron mucho daño»


La querella, representada por la abogada Prokopiw, adhirió a la teoría fiscal y profundizó en las condiciones en que fue hallado el cuerpo de la víctima.

Subrayó la brutalidad del hecho y las heridas que evidencian que Otoño luchó por su vida. «Queremos la condena de los responsables, pero también saber por qué la investigación se dilató tanto«, reclamó.

En la audiencia, Roberto Uriarte, padre de Otoño, habló con la voz quebrada. «Nos hicieron mucho daño», dijo, mirando a los jueces.

Denunció las demoras en la investigación, la indiferencia del sistema judicial y la falta de voluntad para esclarecer el crimen. Señaló que pruebas clave, como los análisis de ADN en vellos púbicos, tardaron 16 años en realizarse y que, cuando finalmente se intentó hacerlos, se alegó falta de recursos.


Las defensas con eje en la negación de los hechos acusados y la «inconsistencia»


Las defensas, en cambio, apuntaron contra la Fiscalía. El abogado de Germán Antilaf, Carlos Vila, calificó de «endebles» las pruebas y denunció la omisión de pericias sobre elementos que podrían haber arrojado nuevas pistas, como una media y una alfombra encontradas en la escena.

«No sabemos qué se encontró en esa alfombra que fue nombrada durante el juicio. No se investigó», reclamó y recogió ese dato que brindó el padre de Otoño en su testimonio, en la apertura de la ronda de testigos.

Manuela Castro, defensora de Maximiliano Lagos, sostuvo que la acusación cambió sobre la marcha, dificultando el ejercicio de la defensa. «Primero dijeron que el crimen se vincula a un abuso, ahora hablan de una deuda. Están modificando la teoría sin sustento», argumentó.

Su colega Edgard Lucero fue más allá y denunció una posible complicidad judicial y política en la investigación: «Este juicio no solo trata de encontrar culpables, sino también de ocultar responsabilidades de otros».

El abogado de Néstor Cau, Marcelo Caraballo, criticó la teoría de un plan premeditado. «Las piezas no encajan», dijo. Cuestionó también las pruebas odorológicas, sugiriendo que podrían haber sido manipuladas.

Cau tomó la palabra: «Busqué a Otoño, repartí folletos, quería que apareciera. Me cortó las manos antes de hacer algo así», afirmó.

Rubén Antiguala, defensor de José Jafri, atacó la validez de las pericias odorológicas y minimizó la importancia de la bicicleta como prueba central. «Se ha armado un caso sobre indicios débiles», sostuvo. Pidió la absolución de su defendido y cuestionó la dirección de la investigación.

El juicio, marcado por demoras y tensiones, llegará a su desenlace en las próximas semanas. 41 días después de estos alegatos, los jueces darán su veredicto.

Para la Fiscalía y la querella, la responsabilidad de los acusados es clara. Para las defensas, el caso está plagado de dudas. Pero para la familia de Otoño, la espera de justicia ya se ha extendido demasiado.


Los pasillos del tribunal de la Cuarta Circunscripción Judicial en Cipolletti fueron testigos de una historia que lleva casi dos décadas esperando justicia. La imagen de Otoño Uriarte, una adolescente de 16 años desaparecida en 2006 y hallada muerta en 2007, apareció en cada audiencia y fue nombrada en cada testimonio. Mañana se conocerá el resultado de este proceso donde se analizaron pruebas claves, contradicciones y las posturas durante el juicio.

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