Quiso dejar de pagar la cuota alimentaria porque su hija cumplió 21, pero la Justicia de Neuquén se lo negó

La Cámara de Apelaciones Civil dijo que es necesario analizar si se justifica la extensión. Llegaron a un acuerdo.

Cumplir 21 años no exime automáticamente a un padre de la obligación de pagar la cuota alimentaria de su hija. Eso dijo la Cámara de Apelaciones Civil de Neuquén cuando rechazó una sentencia que disponía el cese. Sostuvo que el nuevo código habilita por vía de excepción la extensión hasta los 25 años para quienes continúan estudiando.

En este caso, la hija no había sido consultada sobre esta resolución, por lo que la jueza de Cámara, Patricia Clérici, afirmó que no había tenido posibilidad de justificar la prolongación.

Manifestó en su voto que con esta reforma se hacía eco «de un tema que se viene planteando en los estrados judiciales desde hace varios años, y por aplicación del principio de solidaridad familiar y de vulnerabilidad, dando respuesta a aquellos jóvenes que no cuentan con recursos económicos propios para solventar su desarrollo profesional, con la finalidad de procurar su formación y una adecuada inserción en el mercado laboral».

Señaló que la mayoría de edad no implica el cese de «pleno derecho» debiendo «demostrar a efectos de solicitar su prolongación que no sólo se encuentra inscripto en una carrera universitaria, sino también, la regularidad de la cursada y que la carga horaria no le permite efectuar actividades remuneradas a efectos de cubrir sus gastos».

Al no correrle traslado no se le había permitido explicar los motivos por los cuales podía extenderse. El juez José Noacco adhirió al voto.

Cuando el expediente volvió a primera instancia las partes llegaron a un acuerdo, que fue homologado el mes pasado. Se estableció que la cuota alimentaria a cargo del padre se pagará hasta que la hija termine sus estudios, o cumpla los 25 años, lo que suceda primero.

Esta causa, además, tiene un antecedente grave: el hombre mintió durante casi una década respecto de su salario e informó que era menor. La madre de la niña inició una demanda de cobro de alimentos retroactiva desde diciembre de 2012 hasta octubre de 2021. En 2022 ganó y se le pagó lo adeudado.


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