Radiografía del narcotráfico en Río Negro: operativos, nuevas estrategias y expansión del delito

A pesar de las últimas incautaciones, el panorama del tráfico de drogas sigue reconfigurándose. El accionar de bandas delictivas, su arraigo territorial y la creciente participación vecinal en las denuncias anónimas, motorizan la persecución de los delitos.

La provincia de Río Negro enfrenta un complejo y persistente desafío en el combate contra el narcotráfico. Si bien resonantes operativos como el reciente “Ola Polar” en Roca demuestran la capacidad de las fuerzas de seguridad para asestar golpes significativos, la realidad judicial y policial revela una dinámica de crecimiento que va más allá de los grandes cargamentos.

El narcomenudeo sigue trabajando desde el silencio, tejiendo redes profundas en ciudades clave del Alto Valle, focalizándose en lugares fronterizos de la zona andina y trazando un mapa que exige una atención constante y una estrategia integral para enfrentar un fenómeno que muta y se adapta con gran agilidad.

Buscando delinear una radiografía del avance de esta problemática en el territorio rionegrino, se analizaron datos de operativos, estadísticas judiciales y el testimonio de las principales autoridades en la materia.

La expansión territorial, las nuevas modalidades de operación y la constante capacitación de las fuerzas emergen como ejes centrales para comprender la situación. La información proporcionada por la Secretaría de Narcocriminalidad (Senac) y la Dirección General de Toxicomanía y Leyes Especiales de la policía provincial, junto a los datos de la Unidad Fiscal General Roca, permiten configurar un cuadro detallado de un delito que sigue posicionado como una de las prioridades en los expedientes que lleva adelante la Justicia Federal.


Nuevo sistema acusatorio


El nuevo Código Procesal Penal Federal, en vigencia desde el 4 de noviembre de 2024, transformó la dinámica de las investigaciones en Río Negro, otorgando un rol central a los fiscales. Según un informe de la Unidad Fiscal General Roca (que concentra gran parte de los procesos relacionados a este flagelo), la narcocriminalidad constituye aproximadamente el 75% del total de casos ingresados, posicionándose como el principal delito de intervención. Este dato, brindado por el jefe de Distrito, Fernando Arrigo, y la jefa de Unidad Fiscal, Claudia Frezzini, refleja la magnitud del fenómeno.

La Justicia Federal cambió al sistema acusatorio en noviembre del 2024. Foto Archivo.

El nuevo sistema, además, impone una notable velocidad ante el volumen: el 75% de los casos registran movimientos en menos de 30 días, una rapidez impensable bajo el modelo anterior.

Las investigaciones de la Fiscalía detectaron una diversidad de sustancias: cannabinoides (tanto en plantaciones caseras como fraccionados), clorhidrato de cocaína, y estimulantes sintéticos como la droga “Tusi”. La aparición de esta última en el Alto Valle, con un golpe que culminó con la detención de una pieza clave en Neuquén, marca un alerta sobre la diversificación del mercado.

Venta de la droga «Tusi» en el Alto Valle: expertos la consideran “la suma de todos los miedos”.

En este contexto, la Fiscalía también notó la presencia de armas de fuego en el 3.57% de los elementos secuestrados, lo que sugiere una conexión entre el narcotráfico y la violencia, así como la capacidad financiera de las organizaciones para adquirir estos medios.


Desafíos operativos


La Dirección General de Toxicomanía y Leyes Especiales, bajo la dirección de Abelardo Raiman, intensificó su labor logística. La policía rionegrina tuvo un año con una considerable cantidad de procedimientos, proyectando una superación de los registros del año pasado en términos de incautaciones.

Raiman destacó el trabajo coordinado de su dirección, que abarca tres áreas clave: narcóticos, sustracción de automotores y la sección canes. Este último, un recurso vital en operativos de ruta, es determinante en la detección de estupefacientes en vehículos, como ocurrió recientemente en varios controles de Cervantes y Los Menucos.

Abelardo Raiman, director de Toxicomanía y Leyes Especiales de la policía de Río Negro. Foto Alejandro Carnevale.

Además del trabajo en campo, la policía puso una mirada especial en mejorar su capacidad logística. El director mencionó que han optimizado el parque automotor no identificable y que, ese trabajo, mejoró el servicio.

La jefatura de Policía, además, está orientando sus capacitaciones con la Senac para atacar el poder económico de las organizaciones. Este enfoque es compartido por parte de la Unidad Fiscal General Roca y se vio reflejado en el operativo en Cipolletti y Allen, donde se desarticuló una red que utilizaba una “cueva financiera” para lavado de activos.

Es que, según las autoridades, las bandas criminales, para “lavar” el dinero ilegal, adquieren bienes patrimoniales, y la persecución de estos bienes es una estrategia clave para desmantelarlas por completo.

Con un 65% de incautaciones de estupefacientes y un 17% de vehículos y computadoras, la Justicia Federal de Roca destaca el poder económico de las organizaciones.


Nuevos modus operandi


Las modalidades delictivas del narcotráfico han evolucionado. El clásico “pasamanos” o los búnkers han dado paso a nuevos métodos, como la venta por delivery o redes sociales, un cambio que la policía y la Senac siguen abordando con capacitaciones específicas en tecnologías digitales. Sin embargo, la diseminación de la droga a través de “kioscos” o puntos de venta más pequeños, impulsados por la necesidad de deshacerse rápidamente de la mercancía, sigue siendo una constante en la provincia, lo que ha llevado al aumento del “narcomenudeo”.

La colaboración interinstitucional es fundamental para enfrentar este panorama. El informe de la Fiscalía destaca el trabajo con la Senac que proporciona gran parte de las denuncias), la Gendarmería Nacional (en peritajes químicos y electrónicos), la Policía Federal (en la investigación de los hechos) y la propia Policía de Río Negro. Este trabajo en equipo se ha visto reflejado en la incautación de un 65.44% de estupefacientes, 23.34% de equipos de telefonía, 3.57% de armas y 1.99% de vehículos, lo que demuestra un ataque integral a las estructuras criminales.

Con un enorme despliegue, una investigación desbarató una red narco en Allen y Cipolletti.

La provincia se encuentra en un momento de reajuste institucional, con la proyección de una Agencia Provincial de Lucha contra el Narcotráfico. Este paso, anunciado recientemente por el ministro de Seguridad y Justicia, Daniel Jara, buscará crear una estrategia sostenida en el tiempo para anticiparse a la constante evolución de las sustancias, los métodos y la tecnología utilizada por las bandas delictivas. En definitiva, Río Negro no solo combate contra la droga, sino contra las complejas redes criminales que se asentaron en su territorio.


0800-Drogas, la llave maestra para abrir casos en la Justicia Federal


La política contra la narcocriminalidad en Río Negro se apoya en una combinación de estrategias que incluyen un eje importante. La difusión del 0800-Drogas surge como herramienta clave de acusaciones telefónicas y una creciente coordinación interinstitucional.

Darío Buonaventura, secretario de la Senac, subrayó la importancia del anonimato en las denuncias. Es un número gratuito, no se solicita ningún tipo de dato personal al denunciante, garantizando la hermeticidad y el resguardo de su identidad.

Además de la vía telefónica, también se puede brindar información clave a través de la página web del Ministerio de Seguridad y Justicia de Río Negro.

En lo que va del 2025, se recepcionaron cerca de 600 informes anónimos por tráfico ilegal de drogas. Los datos procesados y verificados por la secretaría son derivados a las unidades fiscales, permitiendo iniciar investigaciones y desarticular redes. La mayor concentración de denuncias se ha registrado en la jurisdicción de General Roca, lo que refuerza la noción de un corredor delictivo importante en el Alto Valle.

Vemos que todo va creciendo. Respecto a la proyección de los próximos meses, estimamos que se van a superar datos del año pasado

Darío Buonaventura, secretario de la Senac

Esta herramienta, combinada con la colaboración de la ciudadanía, es fundamental para procedimientos de gran envergadura. El operativo “Ola Polar”, que incautó 10,8 kilos de cocaína en Roca, se inició gracias al 0800-Drogas. Buonaventura enfatizó que la difusión de este número y la garantía del resguardo de la identidad son parte de una política pública sostenida, que incluye convenios con municipios y una constante articulación con los Consejos de Seguridad de la provincia. Sostuvo que seguirán sumando a los municipios que todavía no son parte de la iniciativa.

Darío Buonaventura, secretario de la Senac. Foto Alejandro Carnevale.

La confianza en este sistema ha sido tal, que las proyecciones indican que el número de denuncias superará lo registrado en el período anterior, demostrando su enorme efectividad.


Opinión | Narcomenudeo y la punta visible de un negocio invisible


El narcotráfico no sólo se combate con hombres y mujeres esposadas en un juicio, patrulleros y procedimientos. La batalla más difícil tampoco es la que se genera con los múltiples allanamientos ni con las detenciones espectaculares o las fotos de ladrillos de cocaína apilados. Es la que se pelea en las sombras, que van desde barrios marginados hasta las fiestas más caras, donde el narcomenudeo ya forma parte del paisaje.

Las fuerzas de seguridad actúan, claro. Hay investigaciones silenciosas, capacitaciones específicas. Se profesionalizan, se tecnifican. Pero ¿cuánto puede hacer una fuerza policial si el delito crece desde abajo, si el narcomenudeo se recicla en cada cuadra de barrio, si la oferta y la demanda siguen conviviendo en la misma verda? El balance judicial tampoco nos deja margen para la ingenuidad. El 75% de los casos federales en la región vinculados al narcotráfico no son un dato, son un panorama para prestar especial atención.

Bajo el nuevo sol del sistema acusatorio, la fiscalía federal emerge con una vitalidad que celebra la autonomía y la velocidad. Aquel viejo engranaje, lento y pesado, fue reemplazado por un motor ágil que en menos de un mes ya mueve tres cuartas partes de los expedientes de este tipo de delitos. Pero ese festejo que surge cuando se desbaratan redes y se incauta mercancía con rapidez, no debe cegarnos. No podemos ignorar que la sombra del narcotráfico es un monstruo de muchas cabezas, y que por cada una que se corta en un barrio marginal pueden florecer tres kioscos nuevos. Allí, el control territorial será clave. Es que, lo más inquietante del fenómeno es su habilidad para mezclarse con lo cotidiano. Un celular, un auto robado, una cuenta de Instagram o Telegram. La droga no llega siempre en contenedores: llega en bolsitas, en mochilas, en vehículos sin papeles.

No es solo mantener la agilidad, que ya se ha demostrado. Es cómo usamos este tiempo ganado y construimos políticas de prevención que no sean meras promesas de campaña. Es entender que el combate a las adicciones empieza en la escuela, con educación, con trabajo. Y es, sobre todo, no detenerse en el eslabón más débil de la cadena, sino quebrar la espalda del enorme poder económico que sostiene a estos monstruos.

La batalla no se tiene que dar únicamente contra los pibes que venden, sino contra los dueños del negocio, los que los proveen. Tiene que seguir enfocada en el lavado de activos, desbaratando cuevas financieras y quitando los bienes que adquieren a fuerza del miedo y, muchas veces, de sangre.


La provincia de Río Negro enfrenta un complejo y persistente desafío en el combate contra el narcotráfico. Si bien resonantes operativos como el reciente “Ola Polar” en Roca demuestran la capacidad de las fuerzas de seguridad para asestar golpes significativos, la realidad judicial y policial revela una dinámica de crecimiento que va más allá de los grandes cargamentos.

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