Sandra Rodríguez: «La cruel verdad es que Carlos fue a una movilización y no volvió»

La excompañera de Carlos Fuentealba habló en el juicio por el asesinato del maestro. Recordó la última vez que habló con él, cuando ya se estaba retirando.

Al término de los alegatos de los querellantes Ricardo Mendaña y Marcelo Medrano, quienes pidieron la declaración de responsabilidad de los 8 jefes policiales de Neuquén imputados en la causa Fuentealba II, habló la compañera de Carlos, Sandra Rodríguez, quien reclamó justicia en nombre de las hijas del docente y «de todos y todas las maestras».

Dirigiéndose al tribunal integrado por Luis Giorgetti, Raúl Aufranc y Diego Chavarría Ruiz, recordó que el 4 de abril de 2007 se quedó en su casa para cuidar a las niñas mientras Carlos participó de la movilización. «Estábamos cansados de la falta de diálogo, de la no definición del conflicto salarial», aseguró. Pero, dijo, «él tenía pensado volver a trabajar el lunes».

Recordó, con la voz quebrada pero firme, las veces que habló por teléfono con su pareja. En una ocasión estaba refugiado de la represión en la estación de servicio de Arroyito, y la última vez le manifestó: «quedate tranquila Sandra, ya estamos en la ruta volviendo a Neuquén». Esas fueron sus últimas palabras en mis oídos».

«Así fue como en un instante se nos arrebató la vida de un ser querido y se truncaron los sueños de Carlos», continuó.

Señaló que allí comenzó una «titánica lucha» que duró 16 años, a lo largo de los cuales «40 funcionarios judiciales nos negaron la tutela judicial efectiva».

«El ciudadano común Jorge Sobisch dijo yo soy el responsable político», remarcó.

«No nos bastó con que se condene al autor material. (Poblete) no actuó solo, pertenecía a una fuerza orgánica. No era un caso aislado, un demente. La policía no puede actuar como una horda, no puede intervenir a cualquier costo, provocando daños irremediables».

«¿Por qué los persiguieron?»


«Me pregunto por qué los persiguieron, por qué alentaron la violencia irracional. Carlos y el resto se estaban retirando», agregó.

«¿Por qué no cesaron? ¿No es abuso de autoridad ese accionar desmedido, no es abuso de autoridad un exceso y el propio asesinato de Carlos? Yo soy maestra, no soy abogada. Acá se habla en términos de represión, disuasión, de orden ilegítima o legítima, pero la terrible y cruel verdad es que Carlos fue a una movilización y jamás volvió», indicó.


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