Juicio histórico en Viedma: «Si Morello odiaba la nacionalidad de la víctima, no iba a venderle la chacra»
El defensor Damián Torres planteó que el acusado debía ser declarado culpable por un homicidio agravado por el uso de arma de fuego, pero cometido con exceso en la legítima defensa. El jurado delibera en estos momentos para arribar a un veredicto.
El defensor particular Damián Torres, que asiste al imputado Eduardo David Morello, alegó ante el jurado popular este miércoles que la fiscalía y la querella no probaron durante el juicio que el acusado mató a Beimar Llanos Condorí por su condición de ciudadano boliviano.
Admitió que el acusado cometió un homicidio agravado por el uso de un arma de fuego, pero cometido con exceso en la legítima defensa por el que debe responder.
Por eso, le pidió a los jurados que lo declaren culpable por ese delito, pero no por el agravante del odio a la nacionalidad de la víctima, como solicitaron la fiscalía y la querella. Los doce jurados titulares pasaron a deliberar hace minutos en busca de un acuerdo para emitir un veredicto.
Planteó que el conflicto se originó por un tema patrimonial. Recordó que los problemas comenzaron desde el 2020 cuando el imputado vendió la chacra. En un primer momento la venta se acordó en 50 mil dólares y terminaron en 3 millones de pesos.
El conflicto se originó por una compraventa
Por eso, insistió que el conflicto es por una compra venta. “Uno creía que le debían intereses y el otro que debían escriturar”, señaló Torres al jurado.
Destacó que el escribano que estaba al tanto de la venta y que declaró en el juicio dijo que los dos eran “buenas personas”.
El defensor criticó a la fiscalía porque leyó a los jurados mensajes publicados por el imputado en su cuenta de X de manera “fraccionada” y sacándolos de contexto “para de alguna manera impresionarlos a ustedes con esto del odio a la nacionalidad”.
“Si contextualizamos todas las conversaciones (entre la víctima y el imputado) encontramos una relación que en términos generales era buena. El conflicto era el tema pagos”, sostuvo Torres.
Dijo que Morello “es un tipo campechano. En algún punto está formado de esa manera. Eso no tiene directa relación con haber querido matar a Beimar por odio a la nacionalidad”, destacó. Afirmó que el acusado “no tenía ninguna denuncia en el Inadi”. Tampoco en la Policía.
“De ningún modo era algo no conocido esa forma de relacionarse. Yo no la comparto. Pero de ahí a que se lo haya matado por esa situación hay un abismo gigantesco”, aseguró.
"Se defendió de una manera desproporcionada"
“Si Morello odiaba la nacionalidad, lo primero que no iba a hacer es venderle la chacra a una cooperativa con personas de esa nacionalidad. Esto no es un detalle menor”, observó el defensor.
“Esos posteos que la fiscalía quiere leer de manera fragmentada, claramente sacan toda la parte del contexto”, reiteró. Y aseveró que los acusadores “ni siquiera pudieron probar la relación directa del homicidio con el odio a la nacionalidad”.
Cuestionó “la doble vara” de la fiscalía porque no le prestaron atención a una denuncia que el imputado había hecho días antes del homicidio.
Dijo que el acusado fue agredido el 7 de agosto del año pasado por Llanos Condorí con una azada y que la víctima lo amenazó de muerte. La agresión ocurrió cuando fue a filmar a la víctima que estaba con su hijo. Dijo que Morello tuvo que ir a fotografiarlos para que en la Policía y en la fiscalía tomaran en cuenta lo que denunciaba. Pero al ser agredido tuvo temor. “Cada persona reaciona de una manera distinta en el momento del miedo”, observó Torres.
“Se defendió de una manera desproporcionada y allí es donde aplica el exceso en la legitima defensa y, por eso, va a tener sancoón Morello”, aseguró.
“¿Y cómo llegamo a eso? Llamó a la Policía, le pidió que vengan. Cualquier persona confía que la Policía va a venir rápido”, explicó Torres. “No hay tiempo de esperar un patrullero cuando estás en situación de conflicto”, añadió.
“Cómo en escasos minutos le estaban cortando la luz. Y filmó y lo hizo público”, indicó. “¿Qué persona va y llama a la ambulancia si quiere matar a otra porque la odia por su nacionalidad?”, se preguntó el defensor ante el jurado. “No se queda quieto cuando se entrega y dice: me mandé una cagada, estaba cansado. Es sinónimo de me excedí de cómo me defendí”, interpretó Torres.
Dijo que no tenía dudas de que se trató de un homicidio agravado por el uso de arma de fuego cometido con exceso en la legítima defefensa, lo que es sancionado con una condena mucho menor. Y pidió al jurado que lo declaren culpable a Morello.
Con respecto a las amenazas agravadas por el arma de fuego contra el hijo de 13 años de la víctima, que la fiscalía y la querella la atribueron al acusado, Torres dijo que no se probó.
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