La chef Julieta Marmorato, de Bariloche, brega por la unión para enfrentar y sobrellevar la pandemia

La chef ejecutiva de Bariloche Eventos & Convenciones insiste en que la unión y el aprendizaje nos permitirá sobrevivir a la crisis. Comparte su trayectoria para que la conozcamos más. Su saber y compromiso ennoblece la gastronomía patagónica.

Julieta Marmorato es una cocinera destacadísima de Bariloche que siempre está a la vanguardia en todo lo referido a gastronomía a nivel nacional e internacional.

Ella es brillante. Su trabajo es impecable e imprescindible para mantener alto el nivel de la cocina patagónica”, insiste siempre un colega suyo, Pablo Buzzo.

Desde hace varios años es la chef ejecutiva de Bariloche Eventos & Convenciones (BEC), “un lugar único no solo en Bariloche sino en el país. Aquí trabajamos con tecnología de avanzada y con un equipo de profesionales únicos. Nos mantenemos siempre con capacitaciones para estar a la vanguardia gastronómica y siempre como objetivo fundamental: las buenas prácticas de manufactura”, afirma en diálogo con Yo Como.

Concentrada, Julieta Marmorato en acción. Su capacidad de trabajo y liderazgo es rotunda; ésto la llevó siempre a lugares destacados dentro de su trayectoria laboral gastronómica.

Es mucho más que una gran chef. Su compromiso va más allá de la gastronomía. Brega que solo unidos se podrá vencer a esta pandemia que ha llevado al colapso a buena parte de la economía nacional.

Su visión sobre lo que viene -post Covid-19- importa pero primero, es lo primero: hablar de su pasión por la cocina.

“Mis inicios en la gastronomía fue por mí familia. Si bien soy la única que se dedicó profesionalmente a ésto todos en mí familia son grandes cocineros y amantes de la buena comida, empezando por mí abuelo, un hombre cuyo gran placer era la buena comida, y por mi abuela y mi mamá, dos grandes cocineras y hasta diría mejor que cualquier profesional. Mi hermano también es un gran amante de la gastronomía… Como se ve, era casi imposible que de semejante cuna no amara la cocina”, comparte.

Uno de sus postres en un evento en BEC.

“Empecé formándome como profesional gastronómico en el Instituto Argentino de Gastronomía en el 2000; a los pocos meses hice pasantías en el restaurante “Chandon Bar” de la mano de Darío Gualtieri y “Katrine”, con la mismísima Katrine Roed en Puerto Madero. En ese momento ambas marcas eran lugares icónicos de la gastronomía porteña. Luego di mi gran salto por haber obtenido el mejor promedio de la escuela: me dieron la posibilidad de ser parte del equipo del hotel Sofitel Arroyo. Fue ahí donde comencé mí carrera a un nivel de altísima gastronomía de la mano de el chef Thierry Pzsonka. Fui jefa de partida de cuarto frío, siempre trabajando y capacitándome con cursos”, agrega.

Así pasaron cuatro años hasta que “el destino”, así dice ella, la llevó a Europa. “Allá me desempeñé como sous chef de la firma Nimansamon de la mano del chef Federico Domínguez Fontán, en Salamanca, España”, expresa. “Ahí nos conocimos con Federico y empezamos este amor gastronómico que perdura hasta el día de hoy”. (Amigo lector, amiga lectora: qué bueno cuando en estas historias de trayectorias laborales se cruzan estos flechazos de películas, ¿no?).

Pasaron otros cuatro años y Bariloche estaba en su próxima parada. A los cuatro días de haber llegado ya estaba trabajando en “i latina”, el hermosísimo restaurante de comida latinoamericana ubicado enfrente a la catedral. Tras dos años como chef ejecutiva en este restó “inicié un vínculo nuevo en mí profesión: comencé a dar clases en la Escuela de Hotelería. Fue algo hermosísimo porque pude salir a respirara un poco de la cocina pero pudiendo estar desde otro lugar, un lugar para poder brindar y compartir la experiencia adquirida”. La generosidad es otra características de ella que subrayan sus colegas en total coincidencia y énfasis.

“Estar casada con el mejor chef de Argentina Federico Domínguez Fontán, además de hacerme sentir orgullosa me hace seguir creciendo profesionalmente. Nos complementamos muchísimo en la cocina, sé perfectamente lo que quiere con solo mirarlo”. Una maestra, esta mujer.

¿Qué pasa si llegan amigos de improviso a tu casa a la hora de comer?

Me encanta improvisar si vienen de sorpresa a casa pero prefiero que me avisen porque me da placer poder cocinarles lo que se que les gusta. Me tomo el tiempo de hacer las compras y pensar en el menú.

Soy súper dedicada con la comida en la casa. Me parece fundamental poder brindarle a mí familia una buena alimentación, no solo elaborando buena comida sino también respetando horarios de alimentación y una buena nutrición”.

Reconoce que hay productos que la llevan de inmediato a su infancia como los quesos; su abuelo, como buen francés, era un gran fanático. ¿Una comida de aquellos tiempos? Las papas a la crema de su madre y la paella de su abuela. Le gusta el vino, el café y dejarse tentar con un postre irresistible como es el Balcarce.

De todo lo bueno y lindo de la cocina pasamos a estos tiempos que corren.

¿Cómo la están pasando en este confinamiento larguísimo?

Sigo siendo la chef ejecutiva de BEC. La verdad que esta situación es toda una incertidumbre para nuestro trabajo, esperando que se reanuden las clases para poder recibir al turismo estudiantil, a quien nosotros damos la última “cena de velas». Esta pandemia nos encontró con muchísimos eventos programados para todos los fines de semana, bodas, cumples de 15…. tuvimos que cancelarlos a casi todos y otros posponer.

“La verdad que estamos muy ansiosos de poder volver a brindar nuestros servicios, por supuesto que siempre ocupándonos y preocupándonos por la salud y bienestar de nuestros clientes”, subraya.

¿Cómo te parece que sigo esto en el plano gastronómico local y/o regional?

Nosotros en BEC siempre trabajamos como plano principal las buenas prácticas de manufactura (BPM), tenemos la gran responsabilidad de dar de comer a gran cantidad de comensales por noche (hemos superado los 1000 comensales) por lo cual seguramente nos será mucho más fácil poder seguir brindando servicio a cantidades más reducidas, en un primer tiempo. Por supuesto ya estamos trabajando con todo el equipo en los nuevos protocolos.

En una de los escenográficas veladas en el BEC, donde Julieta se luce con todo su jerarquizado equipo de cocina.

“La nueva normalidad nos encontrará siempre aprendiendo. En el aprendizaje está el éxito y el futuro gastronómico”, comenta con total seguridad . “Además estoy convencida de que si todas las partes interesadas nos unimos podremos salir y vencer esta pandemia”, acota.

“Es esta cuarentena eterna no he perdido contacto con los productores, ellos son de gran importancia para nosotros ya que son los generadores de nuestra materia prima. Esta pandemia deja en jaque nuestra manera de alimentarnos. Y en este sentido, nosotros los gastronómicos tenemos muchísimo que aportar a nuestra sociedad. Este es un compromiso que hemos asumido siempre y ahora con más razón que nunca”, concluye.

Galardonada en Chile junto a su colega Juan Carlos Izaguirre, también de Bariloche, en un concurso organizado por Hotelga.

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