La Defensoría de la Niñez intervino tras un hecho policial en Centenario

Investigan el contexto donde se desarrollan dos niños que fueron encontrados dentro del predio de un club deportivo de la ciudad.

Dos amigos dañaron el alambrado del predio de la Asociación Deportiva de Centenario e ingresaron al club, luego de las 20 del domingo. Rompieron una ventana y entraron al salón para llevarse una pelota y un inflador. Estaban por marcharse cuando los encontró la policía: eran dos niños de 11 y 13 años.

El comisario Javier Ayala informó que se actuó según el protocolo establecido para esos casos: se les informó a sus progenitores, se los trasladó al hospital local para corroborar su estado de salud, donde se constató que tenían «escoriaciones previas», y luego fueron devueltos a sus tutores legales.

La Defensora de la Niñez y la Adolescencia, Mónica Palomba, señaló que cuando hay niños involucrados con hechos ilícitos se abre un procedimiento con el fin de resguardar su integridad y evaluar el contexto en que se desarrollan: «Debe ser abordado desde la Defesoria porque hay derechos vulnerados».

«Nos dan aviso a celular de guardia. Ahí intervenimos para resguardar sus garantías. Se intenta ver qué es lo que necesitan en el ámbito de la salud y se busca saber quiénes son los representan o son sus tutores», relató Palomba.

Remarcó que se trata de un abordaje familiar y no punitivo sobre el hecho ilícito. «Hay que ver qué esta pasando, para saber qué derechos están siendo vulnerados, si es que los hay», continuó.

Recordó que los niños y los adolescentes son inimputables porque la responsabilidad pasa por los padres o tutores legales. Remarcó que los hechos «no tienen que ser punibles, pero sí deben ser abordados».

«Hay que hablar con los padres y buscar la manera de que tengan un proyecto», contó la defensora. Enfatizó que el fin es procurar que esos niños tengan una mejor calidad de vida y no criminalizarlos.

Explicó que el primer paso es citar a los padres. Luego el equipo técnico observa la situación puntual y evalúa cuáles serán las acciones futuras. «Vemos de qué manera les podemos brindar herramientas a la familia», indicó Palomba y señaló que, de acuerdo al caso, se le otorga tratamiento psicológico o la asistencia de un trabajador social. Agregó que también se considera si el niño o adolescente está escolarizado, si hay ausencia de sus tutores o si trata de un hogar con consumos problemáticos.

La defensora recalcó que una vez iniciado el procedimiento, la Defensoría se encarga de garantizar y resguardar la integridad de los chicos involucrados. Subrayó que se trata de «situaciones transversales»: «Hay que saber qué esta pasando y ver qué hacemos con eso para superarlo».


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