La escuela 38 festeja 100 años con emotivos recuerdos

Letras de pluma y tinta en el viejo libro escolar junto a fotos en blanco y negro salen del baúl de lo recuerdos. Renacen los años de infancia en la escuelita del barrio y las redes sociales son el mejor vehículo para mostrarlo. Todos quieren volver, aunque sea por un ratito a las aulas, al patio, al recuerdo, a la niñez. Esa clase tan especial, la del centenario de la escuelita de Stefenelli, será el mejor momento para volver y reecontrarse con aquel niño perdido entre canas largas, con aquellos compañeros de guardapolvo blanco y nietos grandes y decir como decía el gran “Pichuco” Troilo, “¿Cuándo, pero cuándo me fui? Si siempre estoy llegando”.

La familia de “cacho”

Don “cacho” Borelli tiene 78 años y de pequeño hizo la primaria en la escuela 38. Entre sus recuerdos figuran el caminar los cuatro kilómetro desde su casa a la escuela y pasar a buscar a su compañero, Rubén García. “El vivía cerca de donde hoy está la comisaría y nos veníamos juntos. Entre la picardías que solíamos hacer, recuerdo que cuando jugábamos en la cancha, la pelota se caía a la acequia y así, toda sucia , tratábamos de tirarsela al director para ensuciarle el guardapolvo”. A pesar de los años y de su problema de columna, “cacho” no quiso perderse el baile del Pericón Nacional con sus sobrinos nietos.

Portera y ¿maestra?

Elidia Díaz, tiene 77 años. Comenzó a trabajar como portera por primera vez en 19 74 y los 30 años laborales fueron en la escuela 38. “Yo siempre quise ser maestra, pero como vivía en el campo, no puede estudiar mucho. Por eso cuando fui portera había algunas maestras que faltaban y como yo quedaba al cuidado de los chicos, me hacía la maestra y les daba una clase de matemáticas”.

La abuela de maletín negro

Marta Cerutti recuerda que en su época (50 al 54), no había kiosco en la escuela, pero cada vez que tenían el recreo, varios de los que tenían dinero se agolpaban al alambrado de la calle. “ Del lado de la vereda aparecía la abuela Alfano, que era viuda y vivía frente a la escuela. Llegaba con su maletín y nos vendía golosinas”.

“Rio Negro, mi provincia”

Don Marcelino Castro García hoy tiene 76 años y fue el escritor de uno de los libros de cabecera de muchas escuelas. Nació en España y llegó a la zona a los 19 años con los salesianos. “Yo llegue a la escuela 38 como maestro en el año 1976. Ese mismo año arme el primer libro de “Rio Negro, mi provincia” con el mimeógrafo de la escuela y que hoy está en el museo”, asegura Marcelino, quien vive a una cinco cuadras del colegio. Algunos alumnos de Marcelino aún recuerdan sus divertidos métodos para enseñar, destacando el mapa eléctrico. “Si contestaban bien se prendía la luz verde y si estaba mal, la luz roja”, explica.

Ex alumno sacerdote

Otro personaje ilustre es el sacerdote Vicente Martínez Torrens, quien fuera el primer cura en llegar a Malvinas durante la guerra contra Inglaterra. Tanto él como, prácticamente, toda su familia, asistieron a la escuela 38.

“Entre los recuerdos de maestras tengo a dos: una era doña Dominga de Taranto. Ella era brava, muy recta. Con ella no había recreos y hasta te revoleaba los cuadernos. La cara opuesta fue doña Amanda de Beldi, que nos llevaba a su casa donde hacíamos manualidades como avioncitos”, dice.

Hoy lunes, don Vicente celebrará la misa por los cien años de la escuela a las 17:15, junto al sacerdote Daniel Riquelme, también ex alumno y hoy misionero, en el santuario María Auxiliadora. El acto principal, será este martes con un desfile por calle Vintter a las 14:30 horas.

“Dos maestras recuerdo, la señorita Taranto, que era muy brava. La cara opuesta era doña Amanda de Beldi, la más buena”

Sacerdote Vicente Martínez Torrens y ex alumno de la escuela N°38.