La fiscalía acreditó que una paciente sufrió un abuso sexual en el hospital Castro Rendón

El hecho ocurrió el 23 de abril de 2020, durante una intervención quirúrgica. Se pudo determinar la presencia de semen, pero no se logró identificar al agresor.

El 18 de abril de 2020, a las 13, una mujer ingresó al hospital Castro Rendón, el de mayor complejidad del sistema público de la provincia de Neuquén, luego de haber tenido un accidente doméstico utilizando una moladora que le provocó un corte profundo en su muñeca izquierda. Le realizaron una intervención de urgencia que duró cinco horas, aproximadamente. El 23 de abril, a las 5 de la mañana, le hicieron un baño prequirúrgico porque debían practicarle una segunda operación. Alrededor de las 8.30 entró al quirófano, donde le colocaron anestesia local a la altura del hombro y la durmieron. En ese contexto es que se produjo una agresión sexual.

Al día siguiente, cuando pasó el efecto de la morfina, ella decidió contarle lo sucedido al médico que la asistía, quien dio intervención al personal policial. «Mi idea era que sacaran las muestras que quedaran en mi cuerpo, yo pedí que no me bañaran, no sé cuánto tiempo dura o si sirve. Yo tengo certeza de lo que pasó”, solicitó ella. El médico forense del Poder Judicial la examinó el 25 de abril y levantó los hisopados

El fiscal Manuel Islas mencionó que el interior de quirófanos no cuenta con cámaras de seguridad.

El día de la intervención había ocho personas en la sala, además de la víctima. El personal de salud estaba dispuesto de tal manera que no todos veían lo mismo, ya que parte de su cuerpo estaba cubierto por un campo estéril que delimita la zona quirúrgica, lo que la denunciante describió como una «tela bastante alta».

Para el fiscal el relato de los hechos, y el informe que elaboró el psiquiatra forense, le permitieron concluir que su relato «no es una fábula, no es un invento, ni es un delirio, sino que es un episodio vivido”.

Uno de los hisopados indicó la presencia de semen «con certeza». Sin embargo «al someter la muestra a tal reactivo se altera y se agota esa muestra, es decir, no se puede obtener de ella un perfil genético apto para un cotejo de ADN con el o los sospechados.»

Esto significa que se comprobó que los restos eran de semen, pero no se pudo utilizar posteriormente esa muestra para la comparación.

“Aún cuando se obtuviera muestra de perfil genético de los denunciados, no sería posible cotejarlo con las muestras colectadas» ya que estas «no son suficientes» para este propósito, según manifestó el fiscal.

Islas consideró que esta era la medida «necesaria y útil para acreditar con rigor científico la intervención autoral en este aberrante hecho que presenta una perversión inusitada cuya materialidad se encuentra desde mi punto de vista suficientemente acreditada».

Fue por eso que decidió archivar el caso al no poder establecer el autor o los autores. «Tal resolución no es definitiva, conclusiva, ni irreversible ni causa estado sino lo que implica que de aparecer nuevos rudimentos cargosos puede reactivarse», aclaró.

Claudia Braceras, abogada de la denunciante, afirmó: «la resolución me parece buena en el sentido de que da por acreditado que el hecho sucedió y explica que por razones técnicas no se pudo identificar al sospechoso.» Sostuvo que Islas pudo constatar que ella «salió con semen de adentro del quirófano, hay por lo menos una falta de servicio del hospital que no tomó los resguardos y no cuidó a una paciente».

Planteó que la sobreviviente de la agresión sexual tiene una «entereza impresionante» y que «quiso hacer la denuncia, más que por ella pensando en evitar que a otras mujeres les pase lo mismo.»


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