La fórmula que domina la televisión argentina

Concursos de cocina con participantes famosos. Concursos de cocina con amateurs. Concursos de talentos. Concursos de ingenio. Sin importar la franja horaria, el rating es dominado por los certámenes televisivos, que vuelven a ganar protagonismo. ¿Por qué?

Redacción

Por Redacción

Prender la TV, sentarse cómodo y disfrutar jugando en familia. Desde que comenzó la pandemia, los programas de concursos volvieron a ganar un espacio determinante en la televisión argentina. Bake Off, Masterchef, El Gran Premio de la Cocina, Pasapalabra, 100 argentinos dicen, La Hora Exacta y La Voz, por ejemplo, son algunas de las propuestas que han dominado el rating.


Pero, ¿qué lleva a que este tipo de producciones pasen a estar en lo más alto, siendo un formato que ya existe hace años?

Hay varias aristas para comprender por qué funcionan estos programas. La primera, y más lógica, es su contenido: en un contexto tan complicado donde las malas noticias abundan, tener un espacio “sano” de entretenimiento es un oasis en medio del desierto. Y con este tipo de concursos ocurre eso mismo. Son programas tranquilos, y le permiten a la gente un espacio recreacional. De las personas que miran “100 argentinos dicen”, por ejemplo, ¿quién no se encontró contestando las preguntas a la par de los concursantes? ¿Nadie intentó alguna vez completar el rosco de Pasapalabra? ¿O implementó alguna receta que haya escuchado en uno de los programas de cocina?

Hablamos de formatos en los que hay una competencia pero, sobre todo, hay momentos de diversión. Allí, el interés por conocer las historias de los participantes a lo largo del concurso es uno de los principales ingredientes. Y la gente se identifica o al menos toma partido por alguno, acompañándolos hasta el final de su participación y, por ende, volviéndolos parte de su día a día.

El certamen Pasapalabra, con Iván de Pineda, volvió tras el clamor del público.


También es un ingrediente fundamental la tensión propia de la competencia. Para comprender el retorno de estos programas al prime time, debemos contextualizar todo. En una época donde la mayoría de los consumos televisivos funciona “a demanda”, la incertidumbre parece ser una de las claves. Así lo reflejó Masterchef, por ejemplo, al dividir su último programa en dos mini episodios. El segundo día, el show duró apenas unos minutos, pero sirvió para acarrear rating al estreno de La Voz, que finalmente marcó 23 puntos.

Si buscamos más motivos por los que estos programas funcionan, de seguro los encontramos. En algunos casos, la cocina hace las veces de hilo conductor, en un contexto en el que cocinar en casa volvió a ser una tendencia.

El probado funcionamiento de estos formatos llevó a que, en los últimos dos años, dominen la TV. Y al menos por ahora, no parece que vayan a dejar de intentarlo. A mediados de este mes se produjo el estreno de La Voz en Telefe, marcando picos de casi 26 puntos de rating. El concurso de canto, que cuenta con un panel de jurados compuesto por Ricardo Montaner, Soledad, Lali Espósito y Mau y Ricky, se encuentra en su etapa inicial donde selecciona a los participantes que llevarán adelante el resto de la competencia.

La Voz Argentina volvió a mediados de junio, con un buen piso de rating y mucho movimiento por fuera de la TV.


El caso de “100 argentinos dicen” es paradigmático: va en horario de la siesta, a partir de las 14:30, y domina diariamente la franja de la “mañana” (los programas que van entre las 12 y las 16), desplazando a un tanque como “Cortá por Lozano”. Ha registrado picos de casi 10 puntos de rating, un gran número para ese momento del día, e incluso haciendo una comparación con otros horarios ha superado registros de Showmatch, que viene promediando entre 8 y 9 puntos.

Por la tarde ocurre algo similar con Pasapalabra, un ciclo que se había vuelto un clásico desde 2016 en adelante por Canal 13 y que, por la pandemia, debió salir del aire en 2020. Sin embargo, por el clamor del público en varias plataformas, se emitió un comunicado asegurando que en 2021 volvería al aire pero en la pantalla de Telefe. Y desde allí, volvió a erigirse como uno de los grandes éxitos, con picos por encima de los 9 puntos de rating y un promedio alto para un programa emitido a las 18:30.

A la noche, La Voz comparte franja con “La Hora Exacta”, la propuesta de Canal 9 con Teté Coustarot y Boy Olmi. En este caso, es un programa de conocimientos pero que apunta a hechos históricos. Y Telefe piensa seguir en la misma línea: cuando finalice La Voz, volverá Bake Off con una nueva edición.

La Hora Exacta, con Teté y Boy, apuesta a este formato en el prime time.


Hay otro detalle en común entre estas exitosas propuestas: están configuradas como producciones multipantalla (ver aparte). Es que, si bien su emisión principal tiene lugar en la TV, están acompañadas de las redes sociales. Cada programa tiene su hashtag y sus propias páginas en redes. Y cada emisión arrastra una gran cantidad de tráfico en Facebook, Twitter e Instagram. Por ejemplo, La Voz es tendencia en cada jornada y sus videos se replican en todas las redes, incluido YouTube.

Entretenimiento sano. Diversión en familia. Una apuesta que incluye a todos los públicos posibles. Y una sonrisa en un contexto difícil. Con esa simple receta, los concursos vuelven a ser el plato estrella de la TV argentina.


Multipantalla, la clave de estos tiempos



La explosión de este formato de programas en las redes sociales no es “un elemento más”. Estas producciones están pensadas como multiplataformas a tal punto que, en algunas oportunidades, las redes fueron determinantes.

Así ocurrió el año pasado con Bake Off, donde gracias al empuje de los usuarios de Twitter se terminó modificando el final del programa.


Es que en la red social del pajarito se descubrió que Samanta Casais, quien se consagrara como ganadora, había hecho trampa en las condiciones de ingreso. Y se armó un revuelo tan grande en las redes que finalmente la producción tuvo que armar una grabación extra, en la que el jurado le retiraba el premio de $600 mil y se lo daba a Damian Pier Basile.

Más acá en el tiempo, el recién iniciado La Voz apuesta por completo a este formato multipantalla. Es que los participantes que no pasan la instancia de audición a ciegas quedan en una segunda instancia llamada “El Regreso”, donde siguen participando en redes y en otras plataformas y luego uno gana el derecho a volver al show.

Las redes ya no son algo más: son parte del programa.


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