La hazaña de tres amigos en el volcán Lanín
Son de San Martín. Escalaron por la riesgosa cara sur.
SAN MARTIN DE LOS ANDES (ASM).- Ascender la cara sur del volcán Lanín no es un paseo, pues el glaciar representa un desafío de escalada técnica y de riesgo creciente. Está en retirada, con afloramientos y grietas. Pero hacer cumbre con un andinista de pierna ortopédica en una cordada de tres, roza la hazaña.
De hecho, es la primera ascensión al Lanín de la que se tiene noticias en esas condiciones.
Además, las motivaciones de la escalada también tuvieron su doble originalidad. Por un lado, Pablo Robledo (29 años) procuraba probarse a sí mismo, con la ayuda de sus amigos, que era capaz de hacer los 3.776 metros sobre el nivel del mar por la pared más difícil del volcán y con una pierna ortopédica. Perdió una de sus extremidades en un accidente de moto en 1991.
Por el otro, Jano Gutiérre (28), guía profesional de montaña, y Maximiliano Gutiérrez (23) se juramentaron respaldar a Pablo, su amigo y a la vez socio. Y es que esa sociedad tiene mucho que ver en la prueba de resistencia, habilidad e inteligencia para lograr la cima del Lanín.
Jano, Pablo y Maximiliano son socios del emprendimiento comercial «Cara Sur», una marca de ropa de montaña que se fabrica en San Martín de los Andes. Los tres diseñan, cortan, confeccionan, comercializan y distribuyen los productos, y esta ascensión también tenía por objeto probar en el terreno la calidad de una nueva bolsa de dormir, que esperan lanzar al mercado en los próximos días. No es necesario aclarar que el nombre «Cara Sur» no fue escogido al azar, y tampoco que la prueba del producto fue exitosa.
La cumbre por la cara sur fue lograda el 15 de febrero, tras 46 horas de aventura. El ascenso técnico, que comienza a partir del inicio de la lengua de hielo, demandó unas 12 horas.
Como se apuntó, el glaciar está en retirada y eso complica el escalamiento: se multiplican las grietas y los afloramientos de los «serac» o bloques de hielo. El dato se palpa en el esfuerzo adicional que debieron realizar los andinistas.
Jano ya había hecho cumbre desde la cara sur en otras oportunidades. Pero en esta ocasión debieron duplicar la cantidad de «largos» habituales en otros años.
Los «largos» son ascensos en tramos de unos 60 metros de cordada; el primero de los montañistas en la línea abre camino y asegura los anclajes. Luego, el resto continúa el ascenso con las cuerdas aseguradas hasta que el grupo se encuentra en el mismo punto y se repite el procedimiento. En el Lanín, después de los primeros tres «largos» se iniciaba una escalada más «liviana». Pero en esta ocasión debieron repetir el procedimiento seis veces.
Hacía dos años que no se intentaba la cara sur, precisamente por la dificultad que presenta la retirada del hielo.
Al mismo tiempo, debieron modificar los ritmos y la técnica de escalamiento por la condición de Pablo. El joven, que es un destacado deportista sanmartinense a pesar de su incapacidad parcial, tiene una prótesis que es especial para las actividades físicas.
La pierna ortopédica cuenta con una flexión por presión, pero es obvio decir que no tiene el movimiento articulado y controlable de un miembro humano.
En consecuencia, «la tarea es a fuerza y corazón», dijo Pablo a este diario, exultante por el logro y por el apoyo de «estos dos locos».
De seguro, para los tres socios y amigos no será la última cordada…
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