La laguna esteparia que volvió a tener agua después de 10 años

Los Juncos abarca unas 15 hectáreas y está dentro de una estancia, a unos 15 kilómetros del inicio de la Ruta 23, en Dina Huapi. Es clave para las aves migratorias. Su volumen depende de las lluvias y en los últimos inviernos había sido “apenas un charquito”.

Durante casi 10 años, permaneció sin agua pero este invierno, la laguna Los Juncos, ubicada a 15 kilómetros del inicio de la Ruta 23 en Dina Huapi, volvió a recuperar su volumen de agua. Muchas de las especies que se habían visto obligadas a migrar con la sequía, como flamencos y patos migratorios, intentan recolonizar el lugar.

Esta laguna temporal de estepa abarca unas 15 hectáreas y está ubicada en el predio de la estancia San Ramón. Tiene un caudal asociado a las precipitaciones que ha resultado afectado por el cambio climático y los períodos de sequía prolongados.

Ambientalistas que suelen visitar la zona reconocieron que en los últimos años, “apenas si se hacía un charquito en invierno”. En 1986, integrantes de la Asociación Lihué firmaron un convenio con los propietarios de la estancia San Ramón para crear la laguna como área protegida.

“En ese momento, se mantenía con agua todo el año. Después empezó a secarse en verano y ahora apenas se juntaba un poco de agua en invierno. Vamos a ver ahora cuánto se mantiene esto”, relató el naturalista Alejandro Beletsky.

Esta laguna es de gran importancia para la avifauna. En esta época se pueden ver flamencos, patos que en invierno se van al norte del continente”.

Federico Hollmann, director de Fauna de Río Negro.


Aseguró que “en la época gloriosa de la laguna”, llegaron a haber 60 especies de distintas de aves. Pero a partir de la sequía, hubo especies que abandonaron el lugar para siempre. Solían verse coipos también que todavía no regresaron a la zona.

“La idea fue preservar ese ambiente acuático porque era un lugar maravilloso de aprendizaje, un lugar de tránsito de aves migratorias”, acotó este guía de observación de aves.

Esta laguna está ubicada en la zona de transición entre el bosque -ya que en esa zona se alcanzan a ver los últimos cipreses- y el comienzo de la estepa.

Martín Nini, delegado del Departamento Provincial de Aguas en Bariloche, detalló que la laguna Los Juncos responde a los ciclos húmedos; “es decir que si llueve, se carga enseguida pero cuando deja de llover, el agua se evapora”.

El guardaparque Gastón Marchioli visita la laguna Los Juncos una vez por mes para evaluar la humedad del suelo y medir la altura de los juncos que llegaron a tener dos metros de largo y ahora, miden 15 centímetros. “Preocupa la presencia de cardos porque es invasivo y es señal de sequedad”, detalló.

“Todas las lagunas de estepa tienen una juntada de aves lindísima”, dijo el naturalista Beletsky.

Los juncos tienen la función de proteger los nidos de las aves. Por eso, existe un mirador y carteles que advierten sobre la necesidad de no arrimarse a los pastizales perimetrales porque están los nidos.

La laguna Los Juncos es como un hotel para las aves migratorias. Paran en las lagunas, nidifican y luego ingresan al parque nacional”.

Gastón Marchioli, guardaparque.


“La gente no debe meterse a caminar porque puede romper un nido o matar un pichón”, advirtió Beletsky.

Marchioli definió la laguna como un “miniparque”, protegido por la norma internacional Ramsar debido a la importancia del sitio para las aves migratorias. Fue contundente al asociar la sequía con el gran desbalance hídrico.

“El río La Fragua desborda ahí y luego llegan la lluvia y la nieve. Comienza a llenarse con las primeras lluvias de abril y para esta época solía estar totalmente llena. Pero desde el 2005 empezó a mermar la lluvia y la nieve y por eso, la laguna ya no se llenaba”, expresó.


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