La linda historia de la pareja que bailó el vals en el centro de vacunación de Comodoro

Cumplieron 57 años de casados el mismo día que los convocaron a aplicarse la primera dosis de SputnikV. El sur los encontró para siempre.

José Álvarez (83) y Antonia Pérez Castro (80) llevan 57 años de casados y la vacuna contra el coronavirus vino a renovar la llama de amor, a través de la unión con familiares y amigos. Ambos sumaron popularidad en los últimos días, ya que bailaron el vals cuando fueron a la sede médica donde les habían dado turno para la inoculación, el mismo día de su aniversario.

Juntos se animaron a contar su historia de amor. En diálogo con el canal Todo Noticias, ambos relataron que llegaron a Comodoro Rivadavia como inmigrantes: él desde Chile cuando apenas tenía unos meses de vida, y ella desde Barcelona, España, en 1957. El sur los encontró y selló su destino.

Los dos se conocieron por intermedio de la hermana de José. Entonces, Antonia trabajaba en una conocida mercería del centro de la ciudad, Casa Florida, y él hacía lo suyo en Argensud, un almacén de ramos generales. Se casaron en 1964 y fruto de su amor nacieron tres hijos: Héctor, Adrián y Mirta.

La pandemia les trajo sufrimiento: no podían ver desde hacía meses a sus hijos y nietos, a quienes más extrañaron estos últimos meses. «Si vienen un rato, están sentados lejos, con barbijo; sin abrazos, sin besos”, contó Antonia sobre las últimas visitas.

A partir del decreto del aislamiento, la pareja evitó salir de su casa; hasta ahora solo van a hacer las compras y, cuando el viento lo permite, a caminar juntos por la costanera de la ciudad.

Por eso, se anotaron con entusiasmo vía online para recibir la dosis y el turnero los sorprendió con la fecha que les dio. Ese día, se acercaron al centro de vacunación tomados de la mano y en la recepción contaron la historia de celebración de los 57 años juntos.

Por eso, a la chica que los recibió en el Gimnasio N°2 de Comodoro se le ocurrió que podían bailar el vals para celebrar la fecha y festejar que iban a retomar su vida cotidiana.

Así, al ritmo de Danubio Azul, de Johann Strauss, improvisaron unos pasos, que quedaron inmortalizados en las imágenes que se convirtieron en virales. “Fue el mejor regalo para los 57 años de casados”, relataron sobre esa experiencia

Sin embargo, a ellos verse en esa situación y su repercusión viral les genera vergüenza. Por eso, dicen divertidos que «vamos a ir disfrazados» a recibir la segunda dosis de la SputnikV.


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