La nueva Bustillo será con prioridad para peatones y ciclistas

Comenzaron a definir los criterios con los que la Provincia encarará los trabajos en la principal vía del turismo y de conexión con la zona oeste de Bariloche.

Vialidad provincial abrió el juego al municipio en relación con la prometida remodelación de la avenida Bustillo y buscó el dictamen de expertos locales antes de cerrar el proyecto ejecutivo, con la idea de licitar la primera etapa a fines de noviembre, y poner en marcha las obras a más tardar en marzo de 2021.

El diseño final todavía no está listo pero -a pedido municipal- el “concepto eje” será el de privilegiar la circulación y cruce de los peatones y también los espacios reservados a las bicicletas.

El primer tramo a ejecutar el año próximo comprende desde el kilómetro 0 -en la confluencia de las avenidas Rosas y San Martín- hasta el cruce del kilómetro 8, donde nace la ruta de acceso a Catedral.

Los gestores del proyecto no hablan de “ensanche” ni prometen tampoco un tercer carril, sino sólo de dársenas de giro y espacios de sobrepaso.

El subsecretario municipal de Planeamiento y Sustentabilidad Urbana, Juan del Valle, dijo que los atascamientos que suelen entorpecer el tránsito por Bustillo los días laborables en las horas pico, o también en verano en el regreso de las playas no están identificados como el principal problema a resolver.

La mira del municipio está puesta en “favorecer el uso peatonal y las bicicletas”, con veredas amigables y sendas específicas y seguras. “El embotellamiento no es una de las cosas prioritarias”, aseguró del Valle. Explicó que un carril adicional no lo resolvería porque “se formaría la misma cola, pero en dos carriles, tal vez un poco más corta”.

La elaboración técnica del proyecto está a cargo de Vialidad Provincial y la gestión local fue delegada en el titular del Ente de Desarrollo de la Cordillera, Pablo Zúccaro, quien asumió ese cargo pocos días antes del comienzo de la pandemia.

Zúccaro dijo que la Bustillo es técnicamente una ruta pero con características de avenida urbana. Y uno de los propósitos es “ralentizar” la velocidad promedio de los vehículos. Hoy la máxima permitida es de 60 kilómetros por hora y “lo deseable es que no pase de 50”. El diseño y señalización estarán orientados a ese objetivo.

Según Zúccaro, la trocha actual de la cinta asfáltica (unos 6,5 metros) con las banquinas ronda entre 10 y 12 metros, y para darle el tratamiento buscado necesitan un ancho libre de 14 metros. Lo cual no está garantizado en todos los puntos, porque hay varias invasiones sobre la traza.

La relación con los frentistas

Zúccaro mencionó algunos sectores conflictivos de Bustillo, como el primer kilómetro (donde hay varios hoteles y un sanatorio), el cruce del kilómetro 4 (calle Boock) y el kilómetro 5 (avenida Furman). Admitió que hay rampas de ingreso particulares, cercos y otras construcciones que invadieron el espacio público y hoy no permitirían disponer del espacio necesario para los ensanches con vereda y bicisenda (o ciclovía), como está planificado.

“Todavía es un tema a resolver -dijo el funcionario-. Hay algunas barreras físicas y hay distintas hipótesis de máxima y de mínima”. Reconoció que no corresponde hablar de expropaciones, porque se trata de espacio público y sólo adelantó que “se está tratando de ver, revisar cada caso y llegado el momento buscar un acuerdo de partes”.

Zúccaro dijo que desde el ente a su cargo, que fue creado por ley hace solo ocho meses, y por decisión de la gobernadora Arabela Carreras, se enfocaron en darle participación a los profesionales de Bariloche. Por eso la provincia contrató a agrimensores y especialistas en hidráulica de la localidad que comenzarán a trabajar esta semana para aportar al diseño definitivo.

Al igual que del Valle, el funcionario provincial dijo que el concepto general será “la prioridad para los peatones”. El tránsito longitudinal para estos últimos estará garantizado con veredas de ambos lados, pero Zúccaro no aclaró cómo piensan resolver los cruces, que hoy son todo un problema, dado el volumen de tránsito. Solo confirmó que no está previsto colocar semáforos.

Dijo que hoy uno de los principales problemas de Bustillo son las intersecciones con las arterias principales de ingreso a los barrios y por eso habrá dársenas de giro y zonas de adelantamiento.

Evitar imprevistos

Señaló que los aportes técnicos son indispensables porque “falta información actualizada en hidráulica y saber qué hay debajo de la tierra”, antes de alumbrar el proyecto de obra.

Tal vez en ese punto hayan influido las marchas y contramarchas que tuvo la obra de modernización de la calle Mitre, justamente por el desconocimiento sobre las condiciones del subsuelo y los tendidos de distintos servicios.

Zúccaro dijo que la obra tiene un presupuesto asignado por el gobierno nacional de 385 millones de pesos para el tramo hasta el kilómetro 8 y comprende mobiliario urbano, garitas de transporte y el alumbrado completo. A su juicio “también sería indispensable el soterramiento de cables”, pero sólo será incluido si alcanzan los recursos. “Si no, al menos buscaremos colocar los cañeros y que la obra se complete después”, afirmó. Ya existen también consultas con la CEB para evaluar ese tema.

“Es un desafío hacer esta obra y que sea un salto de calidad”, dijo Zúccaro. Subrayó la participación directa del municipio en todo el proceso y dijo que “si bien los proyectistas están en Viedma”, tienen previsto que haya una “inspección doble” durante la ejecución de la obra, a cargo de ambas jurisdicciones. Otro saldo de la experiencia con la Mitre.


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