La pandemia no puede ser una excusa para dejar de elegir


¿Qué tienen los demás países que no tengamos nosotros? En principio, gobiernos que no manipulan las reglas de juego. Porque, en definitiva, ese es el intento del kirchnerismo.


La pandemia le vino como anillo al dedo a un gobierno que es tan poco afecto a asumir responsabilidades como a la institucionalidad. “Es algo que sucede en todo el mundo”, repiten a la hora de justificar sus desatinos y los permanentes avances sobre los derechos ciudadanos.

Omiten que si bien hay cosas que afectan a todo el mundo, no todos los países las manejan de la misma manera. Ni somos mejores que Suecia ni un estadista europeo es igual a un intendente del conurbano bonaerense. Las circunstancias pueden ser las mismas, pero las decisiones y sus resultados consecuentes son bien diferentes.

Ahora esa pandemia “que sucede en todo el mundo” es la excusa para avanzar sobre el derecho más básico: el de elegir. El Gobierno nacional manifestó a través de diversos voceros su intención de dejar sin efecto las PASO y, siempre funcional al kirchnerismo en los hechos, Juntos Somos Río Negro se expresó de acuerdo.

Es loable que, luego de haber (mal) organizado el pago de jubilaciones allá por el principio de la cuarentena y el velatorio público de Diego Maradona en noviembre, el gobierno comience a preocuparse por los contagios. Pero no hace falta suspender las elecciones.

El argumento de la dimensión mundial del problema no sólo se cae frente a la evidencia de los datos, sino que mirar fronteras afuera permite demostrar que es posible votar en pandemia.

Desde que la OMS declaró pandemia al Covid-19, el 11 de marzo de 2020, hubo 84 elecciones en países de todos los continentes.

Sería engorroso mencionar todas y cada una de ellas, pero sólo por citar algunas tuvimos elecciones presidenciales en Estados Unidos y Polonia, legislativas en Israel, Croacia y Corea del Sur, referéndums constitucionales en Italia y Chile. Incluso, por si alguien considera pretenciosa la comparación con países más avanzados que el nuestro, hasta Venezuela votó en 2020 (dos veces), al igual que Burkina Faso, Ghana, Malawi y un largo etcétera, que incluye a las exóticas islas Seychelles.

¿Qué tienen los demás países que no tengamos nosotros? En principio, gobiernos que no manipulan las reglas de juego. Porque, en definitiva, ese es el intento del kirchnerismo.

Los sistemas electorales pueden cambiar, como de hecho ha sucedido muchas veces, pero esto requiere un grado de consenso amplio entre todos los sectores. No puede hacerse por voluntad de uno solo y no es prolijo hacerlo en un año electoral, que es como cambiar las reglas en medio del partido.

Si la verdadera razón fuese evitar contagios, en lugar de alterar el mecanismo de elección de candidatos podrían avanzar en maneras de votar más seguras desde el punto de vista sanitario. Por ejemplo, el voto electrónico o la boleta única de papel, que implican menos manipulación de papeles y una menor necesidad de fiscalización.

Pero estas ideas ni siquiera están en discusión. En un cajón de la Legislatura provincial duerme el proyecto de boleta única de papel que presenté hace meses, esperando que el oficialismo habilite su tratamiento.

La pandemia, sin dudas, va a modificar muchas de nuestras costumbres de aquí en adelante. Esperemos que la de elegir democráticamente nuestros gobernantes no sea una de ellas


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