La peña: Locro con más o menos calorías, pero con personalidad

Columna semanal

Que el locro del 25 sea locro. Porque el locro es la comida de los días patrios, del Día del Trabajador, de aquellos que implican una celebración bien nuestra. Una celebración bien cargada de calorías, de esas que abundan en nuestras comidas.

Pero con la mente abierta intento imaginar una versión light o más bien liviana y me resulta complejo.

El locro es locro y cuanto más ingredientes sabrosos tiene mejor es. No logro imaginarlo sin chorizo colorado o sin tripa gorda, ingredientes vitales en semejante comida.

Pero tampoco puedo imaginar como harían para reemplazar sus ingredientes. El maíz, el poroto, el ají picante y cuanto agregado le pone con carácter de secreto las expertas y los expertos cocineros.

Hay comidas que pueden ser parecidas, pero no tal cual si uno las quisiera hacer más livianas. Sobre todo en un locro, que tiene una larga lista de componentes que son los que en definitiva le dan semejante sabor.

No sería fácil reemplazar una comida como el locro.

Los pueblos prehispánicos o pre incaicos idearon la comida como la gran suma de calorías, capaz de satisfacer todos los gustos y de sostenerlos todo un día.

Y no hay fórmula para un locro único, porque todos sus hacedores se animan a decir que tienen un secreto y no lo quieren contar. Pero no es tan secreto porque en realidad uno u otro condimento ya están re contra utilizados en las comidas y en particular en los locros.

Tal vez el locro sea una de esas comidas de las que no se puede hacer una versión tan diferente. Podrá ser un poco más liviano y cambiar algunos ingredientes, pero no tantos, para no dejar de ser locro.

En materia culinaria nada me sorprende, y por eso no descarto que alguien pueda idear su propia versión innovadora.

Que no ocurra lo de las empanadas, que el locro siga siendo locro y con más o menos calorías conserve sus atributos.


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