La problemática presupuestaria neuquina

El sistema social y económico del Neuquén no puede sustentarse, en lo inmediato, sin los aportes de la renta hidrocarburífera.

opinión

Las regalías constituían la mitad de los recursos provinciales a mediados de la década pasada y actualmente representan sólo un cuarto. La producción de petróleo cayó un 30% y la de gas un 24% en los últimos cinco años. A esto deben sumarse un precio del gas muy inferior a cualquier referencia razonable y, en el caso del petróleo, un tipo de cambio que ha evolucionado muy por debajo de los precios internos y, en particular, de los salarios. Estos factores generan una disminución en los ingresos anuales de la provincia en concepto de regalías superior a los 1.000 millones de pesos, monto coincidente con el déficit del corriente año. ¿Qué hacemos con esto? Los que abogan por “encarar el problema de la masa salarial” están pidiendo que el Estado provincial despida empleados y/o reduzca los sueldos públicos. Ésta no es la política que ha definido el gobierno. El camino del ajuste preventivo no está dentro de las posibilidades que manejamos. Ello precipitaría la crisis, el colapso de los servicios públicos, la disminución de las fuentes de empleo y la pérdida de la calidad de vida y de las oportunidades para el futuro. En los últimos años el empleo público provincial creció moderadamente, algo menos de un 3% anual, orientado a los servicios de salud, educación y seguridad. No obstante, la evolución de la masa salarial es la principal explicación del crecimiento de los gastos del Estado. Las revisiones salariales han permitido mantener el poder de compra real de los salarios públicos. En tanto, desarrollamos un programa financiero que permitió honrar los compromisos del Estado y generamos algunas modificaciones en la tributación provincial que mejoran la equidad del sistema tributario e implican una mayor recaudación propia. Desde la gestión del sector público se trata de generar un reparto equilibrado de esfuerzos y de beneficios. Que entre todos nos demos seguridad para desarrollar de la mejor manera posible nuestros planes de vida individuales y colectivos. Las cosas van a mejorar. La política energética está en revisión. La nueva YPF bajo control estatal es más que un indicio. Desde la provincia, a través de la empresa G&P, estamos preparados para hacer nuestra parte. Los precios del gas se revisarán y los nuevos hallazgos de hidrocarburos no convencionales en nuestro territorio se pondrán en producción. El gobierno provincial debe ser, en este contexto, una fuente de serenidad. Y manejar los tiempos con responsabilidad y equilibrio, sin precipitar una crisis ni arriesgar lo que todos los neuquinos tenemos. ¿Qué tenemos los neuquinos? Desde 1960 a la fecha Neuquén multiplicó por cinco su población, mientras que el país sólo la duplicó. Nuestra densidad de población (seis habitantes/km²) es de lejos la mayor de la región patagónica y supera a varias de las antiguas provincias argentinas. La capital provincial cuenta con más de 250.000 habitantes, se ha constituido en la ciudad más importante de la Patagonia y en centro comercial y cultural de una zona que supera holgadamente el medio millón de habitantes. El crecimiento no ha sido sólo cuantitativo. Hoy podemos mostrar la menor tasa de mortalidad infantil del país (6,9 cada mil nacidos vivos; 118 en 1960), la mayor esperanza de vida al nacer para las mujeres y la segunda para los hombres (81 y 73 años respectivamente; 47 en promedio en 1960), niveles de cobertura en servicios esenciales envidiables –vacunación, acceso al agua potable y a los servicios educativos–, la Universidad Nacional del Comahue constituye un polo de atracción de estudiantes mucho más allá del territorio neuquino, el gobierno provincial aparece en cuarto lugar del país en términos de “visibilidad fiscal” (Iaraf) y tenemos una tasa de desempleo del 5,1%. Neuquén se ubica en el sexto lugar entre las 24 jurisdicciones subnacionales argentinas según el Índice de Desarrollo Humano (Informe Nacional sobre Desarrollo Humano – PNUD). Lo que importa Esto es lo que importa. Estos indicadores provinciales son los que defiende el gobierno, sin ocultar la complejidad de la situación que estamos atravesando. Los servicios que presta el Estado provincial no están colapsados: hoy generan los resultados en términos de calidad de vida que mencionamos, que no arriesgaremos y por el contrario fortaleceremos. Lo haremos manteniendo la generosidad característica de la provincia, que no sólo atiende a su población sino que a través de sistemas abiertos de acceso a los servicios –salud, educación, desarrollo social– contiene a habitantes de otras jurisdicciones. El sistema social y económico de la provincia del Neuquén no puede sustentarse, en lo inmediato, sin un aporte adecuado de recursos derivados de la renta de los hidrocarburos. Por eso estamos en problemas. Pero vemos una solución. Y estamos ayudando a concretarla. Manejando los tiempos. El equilibrio presupuestario no tiene sentido si no está supeditado a la calidad de vida de la población y a las posibilidades de las generaciones futuras de neuquinos. Necesitamos un esquema presupuestario sustentable para eso. Estamos activos y con objetivos claros, piloteando en la tormenta, tratando de ejercer responsablemente la confianza que nuestros comprovincianos depositaron en el gobierno. (*) Ministro de Economía y Obras Públicas de la provincia del Neuquén

Es el nivel de desempleo en la provincia según la última medición realizada por el Indec.

Omar Gutiérrez (*)


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