La producción del antagonismo

La identificación de “ellos” y “nosotros” le ha dado resultado al Movimiento Popular Neuquino en las coyunturas electorales. De hecho, la génesis del partido es la identificación del otro como el poder central “malo” contra el poder provincial “bueno”. En ese esquema aquel se lo compara como el extractor de riqueza, inmortalizado en El Embudo de Marcelo Berbel: “Si nuestro sudor sirviera ya habría algún sudoructo”.

En las elecciones de marzo se utilizó otro esquema, el de la meseta donde nadie podía hacer olas ni generar debates para “estirar” la buena performance aunque costara caro. En la campaña para las PASO se usó ese mecanismo y la diferencia fue la urna que llevaba Guillermo Pereyra a las reuniones y con una envidiable didáctica enseñaba a cortar la boleta, hasta el límite que se pidió, en forma tácita, que se votara en blanco para presidente a fin de que no existan anulaciones. Entonces no había motivos para producir el antagonismo y el resultado fue difícil de digerir, quedaron terceros cómodos en una contienda donde solo hay lugar para los dos primeros.

La devaluación del 12 de agosto y el decreto de necesidad y urgencia 566 de Mauricio Macri que estableció el congelamiento del precio de los combustibles durante los próximos 90 días teniendo como referencia los valores al 9 de agosto, con un tipo de cambio en torno a los $45, le vino como anillo al dedo. “No nos oponemos al congelamiento de las naftas pero sí al del barril”, repitió el gobernador Omar Gutiérrez.

La identificación de un enemigo reactivó en el MPN las banderas federalistas aunque ahora se anima a discutir el intervencionismo.

El decreto tocó el corazón de Vaca Muerta, una suerte de talismán apropiado por el MPN, y fue como abrir una compuerta de El Chocón río abajo. No hubo rincón de la provincia donde no replicara el rechazo con el dato de que se pierden $600 millones por mes que se descuentan de las regalías.

El candidato a la reelección del Senado mostró los dientes, convocó a sus delegados, redobló la apuesta al pedir, en forma paralela, que se adelante la recomposición salarial para el sector. Este pedido es demasiado atractivo en una cultura de campamento donde el consumo es el altar.

Gutiérrez intentó dar algún tipo de debate telefónico con los ministros y dice que logró postergar la decisión por 24 horas. Precisó que hay 6 operadoras que están reanalizando sus flujos de inversión y que le pidió a dos operadoras que no bajaran sus equipos hasta que la semana que viene se pueda tener alguna modificación. Gustavo Lopetegui, secretario de Energía, le dijo a este diario que hasta que no cambien las condiciones macroeconómicas no se va a modificar el DNU.

“Esto no hubiera pasado si el interlocutor fuera Pereyra pero el macrismo ya lo anota en los perdidos”, dijo un habitué a los pasillos del patio Sur de la Casa de Gobierno, el mismo que ensayó la teoría de que si gana el Frente de Todos y Juntos por el Cambio la vacante del senador de Vaca Muerta sería ocupada por el gobernador de Río Negro.

El tope a la resolución 46, las retenciones a las exportaciones y ahora el barril Macri se convierten en inflexiones para la relación con Nación.

Habrá que ver si la producción del antagonismo, que le sirvió en bandeja al MPN el presidente Macri, oficia de desfibrilador para el corazón herido. Cómo será la necesidad de recrear la situación que Gutiérrez se asomó al debate ideológico del intervencionismo estatal “que desalienta inversiones porque en otras cuencas no existen”.

Cuando el intervencionismo estatal es favorable al “nosotros” no hay discusión, como la resolución 46 que distribuyó 700 millones de dólares para financiar la explotación de Vaca Muerta.

Primero fue el tope al subsidio de la resolución que había firmado Juan José Aranguren y luego las retenciones de 4 pesos por dólar. Fueron los primeros nubarrones que se ciñeron sobre Vaca Muerta pese a las demostraciones de flexibilidad que mostró el titular del gremio petrolero.

El DNU de Macri fue como una tormenta convectiva en Rincón de los Sauces que inundó el cañadón Carranza. El antagonismo puede servirle al MPN en términos de izar banderas y recuperar votos pero la relación con Nación está en una bisagra.


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