La reinvención de los guías de turismo en tiempos de crisis

En Bariloche hay 262 profesionales del sector que ante la falta de trabajo apelaron al ingenio para subsistir, con tareas y oficios que ofrecen en un menú de actividades a la carta.

Marta Bur nunca pensó que a sus 61 años iba a comenzar un nuevo emprendimiento que le traería tantas satisfacciones como las guiadas de turistas extranjeros por la Antártida, como hacía hasta hace unos meses. La pandemia la tomó por sorpresa en su casa de Bariloche y le dio un descanso necesario en un comienzo, pero luego trajo la preocupación que invadió a muchos porque la crisis se prolongaba y apeló a perfeccionar la elaboración de eco envoltorios que se convirtió en una salida económica en crecimiento.

Su proyecto es innovador y ecológico. Conoció estos eco envoltorios en viajes al exterior y aprendió la técnica hace algunos años de manos de una guía chubutense que le trasladó el conocimiento, pero nunca los hizo con fines comerciales hasta hace un mes que encontró en este aprendizaje una fuente de ingresos para subsistir en la cuarentena.

Los eco envoltorios con cera de abejas que realiza Marta tienen una vida útil de 4 a 6 meses. Foto: Marcelo Martinez

Marta elabora envoltorios con tela encerada con cera de abeja. Su producto es moldeable solo con el calor de las manos, reutilizable y compostable. “Es ideal para la gente que empieza a entender cuánto mal nos hace el plástico, y para mí es bueno porque estoy sin trabajo, genero algo de ingresos y produzco algo que me hace bien”, señaló la creadora de “Estoy verde” (@estoyverdeBRC)

Cuando regrese el turismo, Marta espera poder “combinar las dos cosas, es muy lindo este proyecto, es como un bebé que no quisiera dejar”, afirmó.

No está en el ADN del guía estar encerrado, trabajamos de 8 a 12 horas diarias en la calle, buscando el sustento”.

Máximo Daulte, guía de turismo y cortinero.

Jerónimo Granados también es guía de turismo y con sus 28 años apeló a un conocimiento del alemán, ya que pasó años de su infancia en ese país, para enseñar el idioma mediante cursos virtuales.

Jerónimo Granados dicta cursos online de alemán ante la falta de trabajo como guía de turismo. Foto: Marcelo Martinez

“Nunca pensé en dar clases, apliqué el idioma a la profesión, pero por fuerza mayor me decidí, me gustó y me sirve para aprender más el idioma y generar dinero”, contó el joven que en sus tiempos de guía se dedica a acompañar grupos de alemanes por el país.

A pesar de ser de una generación joven, Jerónimo se olvidó de las redes sociales y apeló al “boca en boca” para ofrecer sus clases virtuales. Por ahora tuvo éxito y tiene en agenda consultas.

“Creo que voy a seguir con las clases, me gustaría mantenerlo y ver qué rumbo toma”, afirmó al pensar en su futuro cuando retome las guiadas.

Natacha Gonzalez, guía de turismo de profesión. En cuarentena creó «Como en casa Bariloche». Foto: Marcelo Martinez

Para Natacha González el aislamiento la puso con las manos a la obra en la cocina y desarrolló el emprendimiento “Como en casa” (@comoencasabariloche). Empezó en abril con una amiga a realizar conservas, cajas de dulces y salados pero hace poco su socia debió emigrar porque la crisis se le hizo insostenible y ahora quedó sola con su proyecto que cada vez crece más.

“Un parate tan grande nunca tuvimos, eso nos obligó a reinventarnos por la cuestión económica y mental, y encontré una salida con algo que me gusta hacer”, relató Natacha que tiene la idea de quedarse con este proyecto aún cuando vuelva a guiar aunque confiesa estar algo “descreída y desesperanzada” con lo que deparará el futuro del turismo.

«Como en casa» surgió en esta crisis con conservas, cajas y de dulces y salados. Foto: Marcelo Martínez

«La idea es quedarme con la cocina aunque también espero volver a guiar, no sé como va a ser el regreso del turismo».

Natacha González.

Con una visión más optimista, José Luis Antecao tiene el lema de que “no hay que perder la fe”. Este hombre que lleva más de 20 años como guía de turismo, ahora realiza tareas de jardinería y pintura de viviendas, dos labores que le resultan cómodas para emprender junto a su hijo, también guía e instructor de esquí sin trabajo por la falta de turistas.

“Siempre hay distintas crisis y hacemos algo para subsistir, hay que darse maña”, señaló José Luis que en algún otro momento fue remisero e imprentero y que ahora ansía volver a guiar por los paisajes de Bariloche.

José Luis Antecao, es guía de turismo reconvertido en jardinero temporalmente. Foto: Marcelo Martinez

Los anfitriones de la ciudad y una propuesta solidaria


La paralización del turismo a mediados de marzo fue un golpe de dimensiones inimaginables hasta el momento. Uno de los sectores castigados son los guías de turismo, que suman 262 matriculados en Bariloche y que en un 95% son monotributistas.

El paso de los meses, la ayuda que no llegaba y la salida que se veía lejana, los motivó a unirse en una propuesta que fue creciendo de manera colectiva y que hoy llaman el “colegio solidario”, mediante el cual promocionan una multiplicidad de actividades que los guías realizan para subsistir.

Máximo Daulte es el vocero del grupo. Recordó que todo surgió cuando comenzaron a contactarse entre guías conocidos para ver cómo estaban pasando la paralización de la actividad. Algunos contaban que estaban haciendo conservas, panes, arreglos de viviendas, jardinería e incluso quienes volvieron a ejercer antiguas profesiones, y así se dieron cuenta que había una variedad enorme de tareas que sus colegas emprendieron en estos meses.

Máximo Daulte, guía de turismo y cortinero, en estos tiempos críticos para la actividad.

Por eso confeccionaron un listado con los datos y lo que hacía cada uno. Hoy la nómina tiene 54 guías y se puede encontrar en las redes sociales del Colegio de Profesionales del Turismo de Río Negro.

“Los guías estamos acostumbrados a salir ala calle a buscar el sustento por eso esta situación en la que nos encontramos fue confusa”, señaló Daulte, quien ahora reforzó su emprendimiento de cortinero, que ya había arrancado en 2008 como una actividad paralela en la época de baja del turismo.

Para este guía con 32 temporadas en su haber, es fundamental dar a conocer la actividad porque a su entender el rol del guía “pasa desapercibido en la ciudad”.

“El guía es el anfitrión del lugar, quien recepciona al visitante, lo orienta, le da información veraz y hace que el turista se sienta en casa”, enfatizó con la ilusión de que en lo inmediato volverán todos a ejercer con la misma pasión.

$ 50.000
es el aporte del Aptur que recibieron algunos guías de turismo en estos meses. La ayuda no llegó a todos.
95%
de los guías de turismo matriculados en Bariloche trabaja de manera autónoma y es monotributista, solo un 5% tiene relación de dependencia.

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